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Parece que ahora va en serio. Estados Unidos reforzó ayer su flota en el Golfo Pérsico para un ataque contra Irak, llevándola a un impresionante total de dos portaaviones, 21 buques de guerra y 302 aviones de combate. Esta concentración de poderío militar ya convenció al personal de la ONU de abandonar lo que parece que pronto va a ser zona de guerra. La retirada incluyó a los organismos de inspección de desarme, evacuados para garantizar la seguridad del personal por recomendación de Estados Unidos. Sumado a la evacuación de su embajada en Kuwait, el repliegue de los inspectores deja finalmente el campo libre para el ataque. Esta vez, asimismo, la actitud del gobierno estadounidense es notablemente más dura, con el vocero del Departamento de Estado, James Rubin, llegando a afirmar: Lo que no se necesita, y no hay planes para que haya, son más negociaciones con Saddam Hussein. Estados Unidos está acumulando rápidamente lo que cree que necesita para el futuro inmediato: anteayer se había enviado otro portaaviones y un buque misilístico al Golfo Pérsico, mientras que ayer el secretario de Defensa William Cohen firmó además una orden para enviar 3000 hombres y 129 aviones de combate adicionales a la concentración ofensiva estadounidense ya desplegada en la zona. El rearme norteamericano en la zona se sostuvo en una posición oficial igualmente dura. No habrá un ultimátum, afirmó terminantemente el jefe del Estado Mayor Conjunto Henry Shelton en una entrevista por TV, agregando que a Saddam ya se le han dado todas las advertencias. Bill Clinton, por su parte, advirtió al pueblo estadounidense que debemos estar preparados en caso de que Saddam no cumple con las resoluciones de la ONU. La embajada estadounidense en Kuwait ya se preparó al evacuar rápidamente ayer su sede. Esto significa guerra; o al menos el famoso cuerpo de supervisión del desarme iraquí, la UNSCOM, parece pensarlo. Aunque Saddam le prohibió continuar su inspección de la capacidad militar iraquí, no los había expulsado del país. Ayer, sin embargo, el embajador estadounidense en la ONU, Peter Burleigh, le advirtió a su líder, Richard Butler, que la situación estaba muy cerca de llegar a un conflicto armado, lo que provocó el éxodo masivo del personal de la UNSCOM. A ellos se les sumaron los trabajadores de las misiones humanitarias de la ONU en Irak, y los del segundo cuerpo de inspección, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIAIEA). El repliegue de la AEAEIA fue particularmente significativo, ya que el gobierno iraquí había permitido que continuara con su labor de inspección. Sin ellos, a Irak le quedan pocos puentes con Occidente para lograr un compromiso pacífico. La ruptura del diálogo es lo último que el secretario de la ONU Kofi Annan quiere, sin embargo. Rudamente interrumpido de su gira por Magreb por el golpe de mano iraquí, Annan emprendió apresuradamente el retorno a la sede de la ONU en Nueva York, adonde llegará hoy. Asimismo, ya lanzó un llamado desde Africa al presidente Saddam Hussein a que reanude su cooperación con la UNSCOM. Su preferencia por una solución pacífica es compartida por Rusia, que convocó ayer a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU luego de que Butler se decidiera por la retirada. En Israel, sin embargo, la perspectiva de un acuerdo con un país que tiene la capacidad de bombardear sus ciudades no es bienvenida. El premier Benjamin Netanyahu y Clinton ya hablaron ayer del tema en una conversación telefónica en que el norteamericano definió el ataque como inevitable. Asimismo, EE.UU. reforzó las dotaciones de misiles Patriot anti-SCUD (misil iraquí) en caso de que Irak responda con un ataque propio contra las ciudades israelíes. El peligro es muy tangible en Israel, donde ayer se inició la distribución de máscaras antigás en caso de un ataque con tóxicos. En efecto, eliminar la capacidad iraquí para fabricar y emplear este tipo de armas es el principal objetivo de la ofensiva estadounidense. El problema, sin embargo, es cómo lograrlo mediante un ataque aéreo o misilístico. Es imposible eliminar la información que posee Irak sobre la fabricación de armas neurotóxicas o biológicas, ya que ésta que puede seralmacenada en un disco de computadora; la única alternativa viable sería la destrucción física de las fábricas de armas de destrucción masiva. Ese es un objetivo muy elusivo: construir esas armas no requiere instalaciones enormes, y cualquier confusión podría llevar a EE.UU. a presidir sobre un fiasco similar a cuando atacó una fábrica de productos farmacéuticos en Sudán pensando que allí se fabricaban bombas neurológicas. En cualquier caso, la eliminación de estas fábricas parece cada día más urgente. Según la CIA, Irak dispone actualmente de la capacidad de comenzar la fabricación de gases neurotóxicos dentro unos meses, y la de armas biológicas casi esta misma noche.
ESCASA MAYORIA Y DURAS CONDICIONES DE ISRAEL Por
escasa mayoría, y con una serie de condiciones que ponen al límite la capacidad de
aceptación de los palestinos, el gabinete israelí aprobó ayer el acuerdo de Wye
Plantation, que establece la entrega de un 13 por ciento de Cisjordania a la Autoridad
Palestina. Solamente ocho de los 17 ministros dieron su aprobación, mientras cuatro
votaron en contra y cinco se abstuvieron, y el primer ministro Benjamin Netanyahu
advirtió que Israel se reserva el derecho de anexar territorios palestinos si la AP, como
Yasser Arafat lo ha indicado en numerosas ocasiones, proclama unilateralmente un Estado
palestino el 4 de mayo del año próximo. Mientras tanto, los palestinos recibieron una
mala noticia con un nuevo triunfo del alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, y el aumento del
poder de la derecha religiosa, que ganó 15 de los 31 escaños de la ciudad cuya parte
oriental los palestinos contemplan como capital de su futuro Estado.
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