En una crisis presupuestaria inédita,
la Universidad reclama una deuda oficial de doce millones. Apoyo de la
oposición.
Oscar Shuberoff dijo que no
pagarán aportes patronales.
La comunidad universitaria marchará al Congreso el 25. |
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Por Cecilia Sosa
Si el
gobierno nacional no revierte su política, la Nación habrá perdido una institución
fundamental para el progreso: la Universidad Pública. El diagnóstico se escuchó
ayer en la sesión del Consejo Superior de la UBA, donde a los habituales decanos y
consejeros se sumaron diputados y senadores de la oposición para escribir un nuevo
capítulo del reclamo por la crisis presupuestaria que atraviesa la educación superior.
El consejo de la Universidad porteña decidió por unanimidad presentar un recurso de
amparo ante la Justicia para instar al Gobierno a girar los 12 millones de pesos que
adeuda y para lograr la suspensión del pago de los aportes patronales, que pasarían a
integrar un fondo de emergencia. Son medidas drásticas para poder pagar los magros
salarios, los servicios y mantener abiertos los hospitales y laboratorios, explicó
el rector Oscar Shuberoff.
También se acordó un abultado cronograma de actividades incluida una
concentración frente al Congreso el próximo miércoles 25 que tendrá su epicentro
la semana próxima, cuando el Congreso debatirá el presupuesto para el 99. Entre la
batería de protestas hasta se prevé la instalación del propio Shuberoff y los decanos
de la UBA en la vía pública porteña para sacar de los claustros la gravedad de la
crisis.
La cúpula de la UBA compartió ayer la larga mesa del Rectorado con los legisladores
Alfredo Bravo, Rodolfo Terragno, Roberto Ulloa, Patricia Bullrich, Leopoldo Moreau,
Andrés Delich y Cristina Guevara, entre otros. En los flancos, se alinearon los
consejeros y los trece decanos de las facultades porteñas. Y todos lanzaron sus dardos
contra el gobierno nacional, que hace tres meses dejó de girar fondos para el pago de los
servicios básicos de las unidades académicas de la UBA. Encima, se suma el
proyecto de presupuesto para el 99, que cuenta con 70 millones menos que el del
98. Esta es la consideración que les merece a los funcionarios de Economía el
sistema universitario público, azuzó Shuberoff, para abrir el debate. No
alcanza el dinero para aguantar hasta fin de año. Y corremos el riesgo de tener que
cortar el suministro de servicios indispensables como la atención en los hospitales
universitarios, puntualizó.
Las voces de los decanos y legisladores integrantes de las comisiones de Presupuesto
y de Enseñanza se alternaron para apoyar la propuesta del Rectorado de iniciar
acciones judiciales para que el Poder Ejecutivo gire el dinero adeudado y que se declare
inconstitucional el decreto que excluye a las universidades nacionales de la exención del
pago de los aportes patronales (del que sí disfrutan las entidades privadas). Por eso, al
momento de la votación, las manos de los presentes se alzaron impacientes y unánimes.
En realidad, las decisiones de ayer del consejo no hicieron más que ratificar las tomadas
la semana pasada por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que además había
declarado el estado de emergencia financiera en todas las universidades públicas. El
Consejo Superior decidió también que los recursos destinados a los aportes patronales
pasarán a integrar un fondo de emergencia financiera y presupuestaria, que se
utilizará para pagar los servicios de luz, gas y teléfono. La UBA está obligada a
dejar de pagar algunas cosas o a cerrar sus puertas, justificó Rodrigo Masini,
presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires.
Ayer, los pronósticos de los legisladores no sonaron auspiciosos. Cuando se discuta
el presupuesto, vamos a dar pelea y por ahí sacamos algo. Pero el Senado está usurpado
por el oficialismo y, además, queda en pie el veto presidencial, confesó Alfredo
Bravo a Página/12. No obstante, el diputado Terragno aseguró: Estamos trabajando
duro en las comisiones para que se restituya lo recortado y vamos a presentar un proyecto
depresupuesto alternativo. Por fuera del debate parlamentario, el miércoles 25 una
movilización de la comunidad universitaria porteña presentará en el Congreso un
petitorio para reclamar el cumplimiento de la vulnerada Ley de Presupuesto y de la Ley
Federal de Educación, que preveía un incremento presupuestario del 20 por ciento anual.
Estado de
incertidumbre
Desde las distintas facultades de la Universidad de Buenos Aires,
estudiantes y docentes también hicieron oír sus voces en el reclamo encabezado por las
autoridades académicas. Vivimos en un estado de incertidumbre total, porque nunca
sabemos si vamos a cobrar a fin de mes, contaron a Página/12 dos profesoras que
prefirieron mantener sus nombres en reserva, en la entrada de la Facultad de Farmacia y
Bioquímica. El docente universitario gana menos que un maestro y eso debería ser
revisado. Especialmente, por la responsabilidad que implica formar profesionales, se
quejó Blanca Vitale, profesora en la Facultad de Ciencias Económicas. Su colega Juan
Labiaguere añadió: Los salarios son tan bajos que debemos tener otra ocupación
para vivir. Y eso produce falta de motivación para enseñar. Entre los alumnos, las
protestas fueron más radicales. La política del gobierno, al desantender la
educación, apunta a perpetuar el sometimiento de la gente, dijo Pablo René,
estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales. Cerca de allí, en la sede de Económicas,
Rubén Arena, aspirante a contador, coincidió: Quieren ponerles trabas a los
jóvenes para que no estudien, convertirlos en corderitos de Dios, para que sean
manejables. Y Gonzalo Camcela, de Sociología, agregó: Se quiere destruir a
la Universidad pública, llevarla a un estado tan crítico que obligue el
arancelamiento. |
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