|
|
|
|
|
|
|
|
|
Por Martín Granovsky La carta fue
polite. La respuesta del gobernador fue polite. Y la respuesta de los consejeros también
fue polite, ese adjetivo tan inglés, tan intraducible, que reúne al mismo tiempo la
cortesía, el tacto, la educación y la gentileza. Y los buenos modales: a ellos recurrió
ayer el presidente Carlos Menem para enviar a los kelpers una carta en la que no figura la
palabra “soberanía”, y a ellos se aferraron también los malvinenses cuando le
hablaron de la “pacífica coexistencia de los vecinos”. El texto de Menem aparecerá hoy en el Penguin News, el semanario de las islas, y forma parte del último capítulo de la política de seducción hacia los isleños que emprendió Guido Di Tella en 1992. El Presidente recuerda que en el Reino Unido, dos semanas atrás, recibió “una cordial bienvenida de todos, no obstante nuestras diferencias existentes con Londres”, lo cual muestra que “todos claramente entendemos el valor de estar de acuerdo en estar en desacuerdo”. Pide encontrar soluciones a “los problemas del pasado”, es decir la guerra de 1982, y recuerda que la democracia no significa “unanimidad y uniformidad”. Los consejeros legislativos de las islas (son ocho, que colaboran con el gobernador designado por la Corona) responderán en el Penguin con dos ideas clave: u “La confianza y el respeto mutuo excluye el uso de la coerción y la amenaza e incluye el reconocimiento de los orígenes históricos, culturales y lingüísticos de nuestra gente, que forma la base de nuestro derecho a la autodeterminación.” Traducción: no más guerra como la del ‘82 y soberanía británica, que es la que –autodeterminadamente– quieren los isleños. u “Damos la bienvenida a los esfuerzos del Presidente de la Argentina para crear una atmósfera donde podamos vivir en paz y bajo el gobierno de nuestra elección, lo cual representa la absoluta esencia de la democracia que su gobierno proclama.” Traducción: si la Argentina es democrática debe respetar la soberanía británica. Página/12 preguntó al Gobierno si las flores cruzando el Atlántico Sur responden a la idea de formar, por ejemplo, un consejo asesor en las Malvinas integrado por seis británicos y seis argentinos. La respuesta en Buenos Aires tuvo dos letras: “No”. Y una indicación: “La idea del cuerpo de seis y seis se parece mucho a una propuesta de Conrado Etchebarne”. Ex editorialista de La Prensa, Etchebarne, que dialogó muchas veces con el canciller, ha difundido en distintos momentos ideas como la indemnización a los kelpers a cambio de que resignen la soberanía de las islas y formas de presencia argentina. Ayer, en La Nación, Joaquín Morales Solá había dicho que la Cancillería ya “está negociando con Gran Bretaña la integración de un consejo asesor en las islas Malvinas”. Morales Solá escribió que la iniciativa fue “aceptada en principio por ambos gobiernos” y que la Alianza “conoce informalmente todos los progresos en las tratativas con Londres”. En Roma, el vicecanciller Andrés Cisneros dijo públicamente que “no estamos negociando absolutamente nada. La única negociación, si se la puede llamar así, es el intento que estamos haciendo con la oposición de conformar un bloque argentino unificado, y ojalá lo consigamos”. Y en Buenos Aires un comunicado de la embajada británica aclaró que “los gobiernos del Reino Unido y de la Argentina no están negociando sobre estos temas”. Para polite, ayer, mejor los isleños.
|
