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Empieza el suspenso en la Cámara de los Rumores

La Cámara de los Lores terminó ayer la audiencia por el caso  Pinochet y se retiró a deliberar; el fallo podría estar la semana próxima. Pero, sea cual fuere éste, el ex dictador tiene un as en la manga.

Un “bobby” londinense pasa junto a un poster anti-Pinochet.
Los cinco “law lords” empezaron ayer sus deliberaciones.

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Por Marcelo Justo desde Londres

t.gif (67 bytes) La Cámara de los Lores es un hervidero de rumores y especulaciones. Al final de la sexta audiencia ayer, Lord Slynn, presidente del panel de cinco “Law Lords” que atiende en la causa de Augusto Pinochet, indicó con cara y voz de poker que daría a conocer “en su debido momento” el fallo sobre la apelación al dictamen del Real Tribunal Superior que hace dos semanas concedió la inmunidad al general en territorio inglés. Fuentes cercanas a la fiscalía y la defensa se inclinaban por la semana próxima como fecha más probable, pero no descartaban que el dictamen se demorara más “debido a la complejidad y trascendencia del caso”. En cuanto a la naturaleza del fallo, un abogado de la fiscalía, que representa al juez Garzón ante la cámara, señaló que dos de los “Law Lords” favorecían la extradición, otro la rechazaba y los dos restantes eran un enigma. “Soy optimista. Creo que va a ser 3-2 a favor nuestro”, indicó a Página/12.
El optimismo de la fiscalía pareció encontrar ayer una corrobación indirecta en el terreno extrajudicial. Aun antes de que concluyeran las audiencias de la última instancia judicial inglesa, era evidente que aumentaba la presión política sobre el ministro del Interior británico Jack Straw, quien, en caso de que los “Law Lords” revoquen el dictamen del Real Tribunal Superior de Londres, debe dar el visto bueno al pedido de extradición de España, pero tiene la prerrogativa de conceder la libertad a Pinochet “por razones humanitarias”. Los diputados de Renovación Nacional que se encuentran en Londres haciendo lobby insinuaron que una delegación gubernamental del más alto nivel encabezada por el canciller José Miguel Insulza se haría presente en Londres la semana próxima para solicitar clemencia para Pinochet si los lores fallan en su contra. La embajada chilena en Londres se negó a confirmar la especie, pero el rumor iluminó la preocupación de la defensa de Pinochet por el dictamen de los lores y la presión que estaban dispuestos a ejercer sobre el Ejecutivo británico.
Según la edición de ayer del matutino británico The Guardian, en los pasillos parlamentarios crece el rumor de que si el fallo es contrario al ex dictador, Straw se inclinaría por usar ese as que tiene en la manga, concediendo, en uso de sus facultades “cuasijudiciales”, la libertad al general quien tomaría de inmediato el avión de la Fuerza Aérea Chilena que lo espera desde hace 17 días en una base de la RAF (Fuerza Aérea británica) en Oxfordshire. A la salida de la audiencia en la cámara de los lores, el diputado de la izquierda laborista, Jeremy Corbyn, vicepresidente de la comisión de derechos humanos de la cámara de los comunes, confirmó a Página/12 que los rumores y especulaciones abundaban entre los diputados. “Por el momento son eso. Pero creo que el gobierno tiene bien en claro que un alto número de diputados laboristas se opondrá con todas sus fuerzas a una medida de este tipo”, señaló Corbyn.
Por el momento todo descansa en manos de los lores y la interpretación que hagan de dos puntos legales cruciales: el principio de inmunidad y la definición del acto de Estado. El primero fundamentó el dictamen del Real Tribunal Superior y, según admiten ambas partes, es el más importante ya que puede invalidar todo otro argumento. En el curso de los seis días de audiencias, la defensa de Pinochet reiteró que la ley inglesa contempla una inmunidad absoluta tanto para el jefe de Estado como para el ex jefe de Estado, sea cual fuera el acto que hubiera cometido. Sin embargo ayer, en un argumento de última hora, el abogado de la fiscalía inglesa señalaba expresamente que ésta se aplica al derecho civil pero “no a los hechos criminales”. De admitirse que la inmunidad no es absoluta, se debería definir el segundo principio, dado que, según la ley, el jefe de Estado goza de inmunidad en los “actos de Estado que cumpla en el ejercicio de sus funciones públicas”. Según Nicholls, acto de Estado es todo acto ejercido por el jefe de Estado en el ejercicio de sus funciones. La definición que parece una tautología esconde una importante precisión: todo acto realizado por alguien que es jefe de Estado gozaría de inmunidad. Nicholls adujo que esto incluía no sólo los actos que Pinochet hubiera ordenado en el interior de Chile sino los que ejecutó en el extranjero como parte del Plan Cóndor que coordinó las actividades de los servicios secretos de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. “Los actos realizados en el extranjero por Chile son actos de Estado de la misma naturaleza que los que tomaron lugar en el interior del país”, dijo Nicholls. Sobre este punto la fiscalía obtuvo el importante apoyo del “amigo de la corte”, David Lloyd-Jones, un abogado que asesoró en los dos últimos días a los “Law Lords”, quien dijo que la tortura y el secuestro eran “investigables por las cortes” y caían dentro de las obligaciones internacionales de Inglaterra.

 

Sabato pide enjaularlo

El escritor Ernesto Sabato dijo ayer que correspondería meter al ex dictador Augusto Pinochet “en una jaula con animales fétidos y aditamentos que hiciesen reflexionar a esa basura espiritual y política”. Sabato consideró que no debe haber miramientos con Pinochet ya que “se trata de un monstruo que se dedicó a torturar a miles de personas, la mayoría de ellos idealistas”. El novelista argentino dijo que para él la dictadura de Pinochet “ha sido un horror físico, espiritual y moral, por lo que no se puede permitir que un monstruo como el general chileno tenga la menor libertad”. En este sentido, deseó a Pinochet “que se muera cuanto antes y de ser posible de una grave enfermedad”. El autor de El Túnel dijo que es necesaria la creación de un Tribunal Penal Internacional para juzgar crímenes como los de Pinochet.

 


 

PIDIERON A FREI ECHAR A DOS EMBAJADORES
Los militares comenzaron a presionar

t.gif (862 bytes) “Considero grave que la postura asumida por nuestro país no haya sido acogida ni entendida por otras naciones”, dijo ayer el jefe del Ejército chileno, general Ricardo Izurieta, en relación a la defensa del gobierno de los principios de territorialidad y de inmunidad diplomática de Augusto Pinochet. Los jefes de las Fuerzas Armadas se reunieron el miércoles con Frei en el marco del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) y aunque expresaron su apoyo a la gestión del gobierno, también pidieron otras cosas, según la prensa chilena: que el presidente suspendiera el viaje a Malasia que inició ayer, que declarara personas “no gratas” a los embajadores de Gran Bretaña y de España en Santiago y que se formara una comisión especial gubernamental para gestionar la liberación de Pinochet en la capital británica.
Hace tan sólo un mes, Frei proyectaba su asistencia a la sexta cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) con una sonrisa: iba a comunicar a sus colegas del sudeste asiático que su país rebajaría el arancel aduanero del 11 al 8 por ciento en 1999. Pero la detención de Augusto Pinochet en Londres puso el viaje que inició ayer en otro plano. Según el ministro de Gobierno Jorge Arrate, el presidente convocó a esta reunión solamente para informar sobre “el curso de los acontecimientos” antes de ausentarse “por nueve o diez días”. El funcionario intentaba así bajar el tono respecto a un clima de inquietud en las Fuerzas Armadas, manifestado en un pedido urgente de reunión del Cosena y en un “estado de alerta” declarado en el Ejército, según el diario La Tercera.
Pero otros medios, como El Mercurio y La Nación, publicaron ayer que, más allá del respaldo al gobierno, las Fuerzas Armadas efectivamente tradujeron su molestia por lo que ocurre en Londres y en Santiago a través de un conjunto de propuestas rechazadas por Frei. Además de la virtual expulsión del embajador español, Juan Manuel Egea, y de su colega británica, Glynne Evans –lo que implicaría la ruptura de relaciones diplomáticas con ambos países–, los militares estimaron necesario que la Corte Suprema de Justicia expresara su punto de vista sobre los principios jurídicos expuestos en el caso y su oposición a los fundamentos de las acusaciones contra el ex dictador que se multiplican en Europa.
Según El Mercurio, los jefes de las Fuerzas Armadas también trataron con Frei –aunque no en forma conjunta– el apoyo de varios sectores del Partido Socialista, perteneciente a la coalición gobernante, a un eventual juicio contra Pinochet. En ese sentido, pidieron que la comisión gubernamental que debería viajar a Londres, según los mandos castrenses, no debería incluir al canciller José Miguel Insulza, de extracción socialista, sino al ministro del Interior, Raúl Troncoso.

 

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