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El San Martín ya calienta motores para el nuevo año

En una breve presentación, el director Kive Staiff adelantó los principales títulos de la temporada 1999, con nueve estrenos teatrales y la intención de salir al interior y exterior del país.

Por Hilda Cabrera

t.gif (67 bytes) Nueve estrenos teatrales, repartidos entre obras de peso de la dramaturgia mundial y cuatro de autores nacionales, conforman la ambiciosa programación del San Martín para la temporada ‘99. Ellos son Galileo Galilei, de Bertolt Brecht, obra vista en este mismo espacio en una conmovedora puesta de Jaime Kogan realizada en 1984, y ahora en manos de Rubén Szuchmacher, quien fue contratado además como asesor de la dirección del teatro. También Luces de Bohemia, de Valle Inclán, en un montaje de Villanueva Cosse; Shy-lock, adaptación de El mercader de Venecia, de William Shakespeare, donde la figura central –y polémica– es el judío prestamista al que se le reprocha su usura (Shylock es quien impone a Antonio la obligación de entregarle una libra de carne de su cuerpo si no paga su deuda a término). En este caso la puesta será de Robert Sturúa, el director georgiano que en el ‘97 montó Las visiones de Simone Machard en el Teatro Alvear. La lista se completa con Tennessee Williams por dos (título provisorio), espectáculo integrado por dos piezas de este autor; Lo que no se dice y Súbitamente el último verano, con traducción y dirección de Hugo Urquijo; El muro, de Roberto Cossa (obra aún no terminada); Fuego en el rastrojo, de Roberto J. Payró, conducida por Roberto Mosca; La modestia, pieza escrita y dirigida por Rafael Spregelburd, que integra un ciclo de este autor sobre los pecados capitales; Almuerzo en la casa Wittgenstein, del austríaco Thomas Bernhard, en una puesta de Roberto Villanueva, y Dar la vuelta, de Griselda Gambaro, conducida por Lorenzo Quinteros.
Sobre la base de un presupuesto ya asignado de veinte millones de pesos para el Teatro San Martín, su director general y artístico, Kive Staiff (cargo que ocupa desde mayo de este año), anunció estos estrenos y la programación en materia de danza, cine (los ciclos en la Sala Leopoldo Lugones) y fotografía (las exposiciones en la Fotogalería) en un breve acto realizado en el hall de la Sala Casacuberta. Aún queda sin definir la referida a música, espectáculos para niños (salvo Puck) y actividades especiales, rubro que incluye las propuestas para todo público que se ofrecen en el Hall Central. Se mantienen los talleres y se prevén giras por el interior, básicamente del Grupo de Danza Contemporánea, que ha comenzado a trabajar bajo la dirección del bailarín y coreógrafo Mauricio Wainrot (quien asumirá oficialmente la dirección en febrero del ‘99), y del Grupo de Titiriteros, para el cual se ha convocado al dramaturgo Mauricio Kartun, según Staiff porque los espectáculos necesitan ser “acompañados por un trabajo profundo de los textos”.
Respecto de las giras al exterior, ya está en marcha un acuerdo para llevar a España la versión caribeña de Claudio Hochman sobre La Tempestad, de William Shakespeare, que se viene ofreciendo en el teatro. En su opinión, el San Martín no tiene que ser sólo receptáculo. “Salir es una vocación atendible”, apuntó Staiff, a quien acompañaban funcionarios del teatro y el secretario de Cultura, Darío Lopérfido. Staiff opinó incluso sobre su propia programación, entendiendo que era “considerablemente mejor que la que se venía haciendo en los últimos años”. Se encontraban en el acto su antecesor en la dirección del teatro, el escritor y periodista Ernesto Schóó, la mayoría de los directores de las obras a representar, el coreógrafo Wainrot, bailarines, actores y otras figuras. También gente que en otro tiempo se manifestó contraria a Staiff y evidencia ahora excelente cintura política.
“Fui recibido con un afecto entrañable”, apuntó el director, aludiendo al personal, con el cual –según precisó en un aparte a Página/12– no hay problemas respecto de los pagos (“estamos al día”) y mantiene una relación fantástica: “La gente es maravillosa. Me sentí muy emocionado, muy conmovido”, dijo a propósito del recibimiento que tuvo al asumir su cargo.Lo que aún no se ha solucionado es el problema edilicio, consecuencia de la falta de mantenimiento. “Tenemos en estado crítico los montacargas y los ascensores, el sistema de aire acondicionado y la calefacción”, enumeró entre otros engorros, aclarando a continuación que ya se había comenzado a encarar la puesta a nuevo de la luminotecnia y la maquinaria de la Sala Martín Coronado. Para todo esto el Teatro dispone de un crédito adicional de unos cinco millones de pesos.
En cuanto a la disponibilidad de recursos, el San Martín sigue pendiente del sistema de cuenta única, implantado por el Gobierno de la Ciudad tras la intervención administrativa impuesta al Teatro en los últimos meses del ‘97. “Estamos tratando de ganarle la batalla a este sistema, trabajando con mucha anticipación y organizándonos internamente para ser más eficientes –señaló Staiff a este diario–. Además se abrió la instancia de una disponibilidad de caja chica, que nos permite resolver los problemas cotidianos con más facilidad.”
La temporada no abrirá con un estreno sino con dos reposiciones. Esto será en febrero, con la presentación de Rápido nocturno, aire de foxtrot, de Mauricio Kartun y puesta de Laura Yusem, y La maravillosa historia de los inolvidables Marrapodi, por el Grupo Los Macocos, que conduce Javier Rama. Se mantiene además el régimen de coproducciones, pero no se adelantaron títulos ni el nombre de los grupos con los que se realizarán eventuales acuerdos. El panorama se completa con los espectáculos del Grupo de Titiriteros, que dirige Adelaida Mangani. Se anunciaron adaptaciones de Gaspar de la noche, de Aloysius Bertrand, y El Pierrot negro, de Leopoldo Lugones (ésta en carácter de reposición). En cuanto a las propuestas para niños y jóvenes, se verá en principio Puck, versión libre de Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, por La Banda de la Risa, que dirige Claudio Gallardou.
El segmento de danza estará exclusivamente a cargo del Ballet Contemporáneo, que conducirá Wainrot. La coordinación es responsabilidad de Andrea Chinetti, y se ha convocado en calidad de maestra y asistente a la bailarina y coreógrafa Ilse Wiedman, residente en Alemania y “recuperada ahora para el San Martín”, como subrayó Staiff. El Grupo ofrecerá tres programas. Se verán, entre otras obras, La muerte y la doncella, del coreógrafo estadounidense Robert North (director del Ballet de la Opera de Verona), con música de Franz Schubert; Purcell’s Pieces, de Nils Christe (ex director artístico de Scarpino Ballet de Amsterdam), sobre música de Henry Purcell; dos coreografías de Wainrot (Looking Through Glass y El Mesías) y una reposición, Catálogo, de Ana María Stekelman.
En principio, la temporada internacional quedará a cargo del Festival Internacional de Buenos Aires, cuya segunda edición tendría lugar en setiembre. Según informó Lopérfido en diálogo con Página/12, los espectáculos se montarán “preferentemente en los teatros que dependen del Gobierno de la Ciudad”, sobre cuyas administraciones anteriores pesan por otra parte varios sumarios. Pero éstos son por ahora secretos, al menos hasta que no se conozca el dictamen judicial: “No está bien herir el buen nombre y honor de las personas”, sentenció el funcionario. Respecto del Festival, para el que ya está trabajando una primera comisión de notables, se espera que el San Martín sea el epicentro y aporte un estreno. La disyuntiva está entre el mercader Shylock y El Mesías.

 

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