Y Billy the Kid perdonó a Saddam
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"Irak retrocedió, pero eso no es suficiente. Ahora debe cumplir con sus obligaciones". Con esta declaración, el presidente norteamericano Bill Clinton desactivó por el momento un ataque angloamericano contra Irak, luego de que el sábado la Casa Blanca rechazara una carta del líder iraquí Saddam Hussein en donde aceptaba "sin condiciones" el retorno de las inspecciones de la Comisión Especial de Desarme de la ONU (Unscom). Clinton dijo que los compromisos "son claros e inequívocos" y que a largo plazo Saddam debía abandonar el poder en Irak, lo que motivó el rechazo "enérgico" del viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz. Hasta el cierre de esta edición, el Consejo de Seguridad de la ONU estaba reunido para tratar el tema, mientras el titular de la Unscom, Richard Butler, dijo que mañana los inspectores volverán a Bagdad (ver nota aparte). El sábado, los bombarderos norteamericanos B-52 ya estaban volando hacia territorio iraquí cuando Saddam envió la carta a Annan y obligó a Clinton a dar la orden de suspensión del ataque, según dijo ayer el secretario de Defensa norteamericano, William Cohen. Según fuentes del Congreso norteamericano, fueron los diplomáticos franceses los que alertaron al líder iraquí sobre el ataque. El premier británico Tony Blair dijo que él también había dado su autorización a los aviones de la Real Fuerza Aérea que están en Kuwait para iniciar el bombardeo a distintos blancos iraquíes. La decisión de Saddam de volver a cooperar con la Unscom llegó en el último minuto antes del ataque, pero aún no hay señales de que se haya desactivado definitivamente un posible bombardeo. Según una fuente de defensa, el Pentágono está considerando la posibilidad de suspender el despliegue militar en el Golfo, pero desde Londres Blair señaló que la crisis "no ha terminado" y Gran Bretaña se mantiene "preparada, dispuesta y capaz de atacar" a Irak. "Sabemos por una experiencia larga que Saddam Hussein no es una persona en la que se pueda confiar", dijo el premier británico, quien señaló que ante "el mínimo signo de ruptura", habrá un ataque militar "sin advertencias previas". De hecho, los preparativos de guerra siguen en pie: cinco aviones norteamericanos Stealth F-117 se sumaron ayer a las fuerzas instaladas en el Golfo Pérsico y el personal de la embajada rusa en Irak abandonó Bagdad. En las dos crisis anteriores, Francia, China y Rusia (países con poderes de veto dentro del Consejo de Seguridad) se habían opuesto reiteradamente a que cualquier declaración incluyera una amenaza al uso de la fuerza. Pero ahora el organismo se reunió el sábado por la noche y ayer aún no había llegado a un acuerdo sobre su postura. A pesar de este cambio de posiciones, el vicepresidente iraquí, Taha Yassine Ramadán, dijo que luego de la carta de Saddam toda "agresión norteamericana no tendrá ningún apoyo". De todos modos, el consejero norteamericano para la Seguridad Nacional, Sandy Berger, puntualizó que en el futuro Estados Unidos no tendrá "la obligación de ir al Consejo de Seguridad" si quiere atacar a Irak. En un mensaje a la nación, Clinton recalcó que, más allá de la continuación de las inspecciones de armas, el objetivo a largo plazo de Estados Unidos era el abandono de Saddam Hussein del poder. "La mejor forma de abordar esta amenaza es a través de la instalación en Bagdad de un gobierno --un nuevo gobierno que represente y respete a su pueblo, no que lo reprima-- y que esté comprometido con la paz en la región", señaló el presidente norteamericano. Aziz respondió criticando duramente "los planes de la administración norteamericana para derribar el gobierno de Irak", lo que constituye en su opinión "una flagrante violación de las resoluciones internacionales". El mismo Aziz, en una entrevista de la cadena CNN, produjo un momento de zozobra entre los diplomáticos reunidos en el Consejo de Seguridad cuando dijo que "no aceptamos nuevas condiciones que excedan las resoluciones de la ONU". El secretario general de la ONU, clave en las negociaciones (ver nota aparte), llamó rápidamente a Aziz para que aclarara el hecho y el funcionario iraquí lo tranquilizó diciéndole que sólo se refería a lo dicho por Clinton sobre la composición de la Unscom. El presidente norteamericano también enumeró en su exposición los puntos que Saddam Hussein debe respetar incondicionalmente para evitar el ataque. "Irak debe: solucionar todos los asuntos planteados por la Unscom y la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica); proporcionar a los inspectores el libre acceso para inspeccionar y verificar todos los sitios que determinen, sin restricciones o categorías, conforme al acuerdo que Irak firmó con el secretario general (de la ONU, Kofi Annan) en febrero pasado; entregar todos los documentos pertinentes; aceptar todas las resoluciones relativas a las armas de destrucción masiva; no interferir en la independencia o capacidad profesional de los inspectores de armas". El presidente norteamericano también reconoció que un bombardeo como el que se había planeado podría ser perjudicial para los intereses de la ONU. "Si tomamos una acción militar, podemos degradar significativamente la capacidad de Saddam Hussein de desarrollar y utilizar armas de destrucción masiva, pero eso también significaría el fin del trabajo de la Unscom en Irak", señaló Clinton. "Y así no tendríamos la posibilidad de vigilar, de intuir, de tener conocimiento de lo que ocurre en Irak", completó.
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