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Por Patricia Chaina Ahora que los talk shows están pasando de moda, vuelven a la TV los ciclos de ficción. Reviviendo, justamente, la moda de mostrar desde adentro cómo se hace la televisión. Algo que desde ciclos tan diversos como Mesa de noticias con Juan Carlos Mesa en ATC, a No todo es noticia con Luisina Brando en canal 13 ha demostrado ser una cantera interesante para la producción nacional. Con resultados dispares, pero con un código en común: la economía de recursos que implica grabar un programa en los espacios cotidianos del hábitat televisivo. El nuevo producto con esta modalidad se llama Desesperadas por el aire. Un programa escrito por Jorge Maestro, que comienza hoy a las 14 en canal 13. En la entrevista con Página/12, el guionista confirma: En la búsqueda de una fórmula atractiva y sobre todo económica, para escribir ficción, apareció la idea de mostrar la trastienda de la TV, y me gustó, explica. Su programa cuenta las visicitudes personales y laborales del equipo de producción de un talk show. Con la actuación de Cristina Alberó, Silvina Bosco, y Adriana Salonia, como las productoras del ciclo, y Pablo Alarcón como su jefe. Se trata de una telecomedia de media hora de duración, por lo que Maestro subraya las diferencias con las sitcom norteamericanas, de alto rating, y presupuestos millonarios. ¿Cuál es la idea madre de la que surge este programa? Contar los problemas de un ámbito reconocible, no sólo para los que trabajamos en TV, sino también para un público conectado con el lenguaje televisivo. Por eso hay un programa imaginario, Mujeres desesperadas, a cuya conductora nunca veremos en pantalla. Pero conocemos sus defectos. Desde ahí, se disparan los conflictos. ¿Por qué focalizó la estructura en la realización de un talk show? Porque me pareció divertido. Pudo haber sido con una telenovela, pero el talk show nos gustó más, aunque no siempre es el centro de los conflictos. Aquí no se analiza, ni se profundiza ese formato, que tampoco es nuevo. Cuando yo era chico, veía Tribunal de apelación, que recurría a problemas personales de la gente. Ahora, parece que la ficción vuelve a ocupar un lugar, con costos adaptados a los tiempos que corren, obviamente. En ese regreso, las comedias buscan una ubicación preferencial, amparadas por el éxito de las sitcom americanas. ¿Qué opina de esto? Hay que hacer una diferencia: con el canal Sony apareció esta moda, pero Desesperadas... es una comedia absolutamente nacional, se centra en los caracteres de cada personaje. Querer reproducir aquí el formato americano es una estupidez. Pura pose. Y es imposible, como si en los EE.UU. quisieran reproducir el sainete. No estamos capacitados para hacerlo porque nuestro humor no es el de los hermanos Marx que con sus ciclos radiales inspiraron tanto a Yo quiero a Lucy como a las actuales sitcom. ¿Cuál es el modelo que tomó como inspirador? Las viejas comedias radiales nacionales de media hora de duración como El relámpago, que era en la redacción de un diario, Los Perez García, o Felipe, que contaban historias familiares, y dieron origen a las comedias de TV con autores como Abel Santa Cruz o Hugo Moser. Lo explico porque me parece sensato diferenciarnos. Porque nuestro sistema de producción es diferente del americano: los americanos producen 22 capítulos por año. Nosotros en un año hacemos 204 episodios. Nuestra realidad, nuestro público y nuestra idiosincrasia son otras.
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