Las
humillaciones parecen no tener límites para el General Benemérito y senador vitalicio:
ayer, una Corte británica ordenó a Augusto Pinochet que comparezca ante un magistrado el
2 de diciembre próximo o en fecha posterior a menos que la Cámara de los
Lores bloquee su extradición a España. El general, que permanece recluido en una
clínica psiquiátrica del norte de Londres, podría también ser trasladado a una
residencia privada en los próximos días. Mientras tanto, el suspenso sobre la decisión
de los cinco law lords iba en crescendo: la tradición establece que el
comité legal de la Cámara anuncia sus decisiones los jueves por la mañana, lo que puede
ser una de las razones por las que el presidente chileno Eduardo Frei resolvió adelantar
del jueves al miércoles la fecha de su regreso a Santiago desde Malasia, donde participa
de la cumbre de la APEC. De todos modos, no hay un plazo fijo para el fallo de los Lores,
que algunas fuentes indican que se produciría a comienzos de la semana próxima.
Los abogados de Pinochet han conseguido hasta ahora evitar que su cliente tenga que
comparecer en una audiencia judicial pública, requisito establecido por la ley británica
para cualquier acusado sobre el que pende un proceso de extradición. Pero el juez Graham
Parkinson dejó ayer claro que no se pueden hacer diferencias entre los casos, aunque dijo
que aceptaría un aplazamiento si en un informe médico se certifica que por razones de
salud Pinochet no puede comparecer ante el tribunal en la fecha fijada. Para que el ex
dictador pueda comparecer ante el juez Parkinson, un alto tribunal de Londres deberá
modificar, en una audiencia prevista para hoy, la orden que dio a finales del mes pasado
para que Pinochet permanezca bajo custodia dentro del recinto del hospital psiquiátrico
Grovelands Priory. Pero el fiscal Alun Jones dijo que si el senador vitalicio está en
condiciones físicas que le permiten trasladarse a una residencia privada, también lo
está para presentarse ante la Justicia. Algunas personas son más conocidas que
otras, pero ése no es un motivo para darles un trato diferente, dijo Jones.
Mientras tanto, el juez Andrew Collins decidió ayer que Pinochet tiene el deber de
entregarse a la custodia de los magistrados de Bow Street el 2 de diciembre a las 10.30
GMT, a menos que la Cámara de los Lores rechace la apelación sobre esta materia.
El juez dejó también abierta la posibilidad de que la comparecencia se celebre en una
fecha posterior. Aunque no mencionó razones para un eventual aplazamiento, la salud del
ex dictador podría ser un motivo a mano para la defensa.
La fecha del 2 de diciembre reemplazó a la del 27 de noviembre, que había sido decidida
para la comparecencia en la mañana de ayer, y coincide con la del plazo mínimo entregado
al ministro Jack Straw para que decida si da o no luz verde a que continúe el proceso de
extradición contra Pinochet presentada por el gobierno español. La intervención de
Straw sería la última posibilidad de Pinochet de escapar a la Justicia española, en
caso de que la Cámara de los Lores levante la inmunidad al ex dictador. Straw podría
perdonar a Pinochet sobre la base de razones humanitarias, aunque existe una
fuerte presión dentro del laborismo (en el gobierno) para que no lo haga.
Mientras, en Chile, una amenaza de bomba causó alarma en la sede de la Fundación
Presidente Pinochet, aunque la policía determinó que era falsa. Otro incidente de guerra
psicológica fueron las amenazas contra Carmen Soria, hija del diplomático español
Carmelo Soria, asesinado por la dictadura de Pinochet el 14 de julio de 1976. El diario
Ultimas Noticias dijo que las amenazas habrían sido la causa de que la mujer dejara Chile
rumbo a España el domingo.
DE LA RUA Y DI TELLA INAUGURARON UN MONUMENTO
El ejemplo de Raoul Wallenberg
La figura
del diplomático sueco Raoul Wallenberg, quien rescató a miles de judíos en la Segunda
Guerra Mundial, fue evocada ayer en un acto en el que se descubrió una escultura en honor
a su memoria. El canciller Guido Di Tella presidió el evento. Manifestó su rechazo
visceral a la aparición de doctrinas repugnantes, y opinó que Wallenberg
representa los mejores sentimientos del ser humano (ver contratapa).
También asistieron el jefe de gobierno porteño, Fernando de la Rúa y el medio hermano
de Wallenberg, Guy Von Dardel.
Wallenberg nació en Suecia el 4 de agosto de 1912. En 1943, los alemanes perdieron la
batalla de Stalingrado. Hungría, hasta entonces su aliado, quiso seguir el ejemplo de
Italia y lograr una paz por separado. Hitler pidió entonces al jefe de Estado húngaro la
continuidad de la solidaridad con Alemania. El mandatario húngaro se negó. El fürher
invadió ese país el 19 de marzo de 1944. Al poco tiempo comenzó la deportación de
judíos con destino Auschwitz-Birkenau, al sur de Polonia. Wallenberg era por entonces
primer secretario de la delegación sueca del Comité para los Refugiados de Guerra en
Budapest adonde llegó cuando ya había comenzado un plan para exterminar a toda la
población judía de esa ciudad. Wallenberg se dedicó a impedirlo, haciendo caso omiso de
los métodos diplomáticos tradicionales: practicaba desde sobornos hasta amenazas. Uno de
sus métodos favoritos era el de las casas suecas: colgaba una bandera sueca
en un inmueble cualquiera, asilaba allí numerosas familias (a veces 30
personas) e invocaba la protección que le corresponde a las embajadas.
Ayer, su homenaje tuvo un toque poético de De la Rúa quien dijo que, con el
emplazamiento del monumento, Buenos Aires se engalana con la mejor flor de sus
lapachos.
Todo un héroe Raoul
Wallenberg es uno de mis héroes del siglo XX. Existen muy pocos ejemplos en los que se le
pueda atribuir al coraje personal de un hombre el haber salvado muchas vidas inocentes. El
suyo ha sido un heroísmo del orden más alto en la época más oscura de la historia de
la Europa moderna.
A medida que nos acercamos al milenio, no debemos olvidar nunca los horrores del siglo XX.
Debemos continuar conmemorando el espíritu humanitario y la valentía sobresaliente de
aquellos que, como Wallenberg, estuvieron a la altura de las circunstancias durante aquel
episodio estremecedor de la historia europea.
Raoul Wallenberg es un ejemplo para todos nosotros, en el siglo XXI, sobre cómo debemos
redoblar nuestros esfuerzos para crear un mundo libre de racismo y xenofobia; originar
circunstancias para que el Estado de Israel pueda vivir seguro y en paz con sus vecinos;
trabajar por una Europa unida que nunca volverá a cometer los horrores del pasado
reciente y unir nuestras fuerzas para lograr el bien de un mundo que aún continúa siendo
problemático e inseguro.
* Primer ministro de Gran Bretaña. |
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