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Con estas intimidaciones (el oficialismo) está logrando el verdadero objetivo: que se dilate la investigación sobre la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, que es lo más importante. Esta es, además de las presuntas escuchas ilegales al fiscal Carlos Stornelli, una de las cuestiones que más preocupan al diputado frepasista Horacio Viqueira, quien colaboró con datos clave para la pesquisa judicial sobre envío de armamento. El ministro del Interior, Carlos Corach, dijo ayer que al Gobierno no le consta que haya existido la pinchadura y el ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo, ofreció todas las garantías al fiscal. Mientras tanto, el juez Claudio Bonadío, a cargo de la causa que se inició por la denuncia de Stornelli, dio un plazo de 72 horas a las telefónicas para que remitan un informe con los datos que puedan llevar a deducir si alguien violó las líneas telefónicas del letrado. Stornelli hizo la denuncia el lunes pasado, a raíz de la información vertida en una nota del periodista Joaquín Morales Solá publicada en La Nación en la que afirmaba que el Ejecutivo había tenido acceso a un estudio del Excalibur para analizar las comunicaciones del fiscal. No he efectuado imputaciones contra nadie en particular, aclaró ayer Stornelli. Pero pidió que se estudie si hubo delito de acción pública o abuso de autoridad, o sea, si los responsables son o no funcionarios gubernamentales. Morales Solá declarará mañana ante el juez Bonadío. Para la misma jornada el magistrado aguarda los reportes de las telefónicas. Estos datos, sin embargo, no determinarán si las líneas fueron efectivamente intervenidas (sólo se sabrá si hubo gestiones con ese fin), para lo que es necesario efectuar una pericia. Al Gobierno le viene bárbaro distraer a la Justicia, insistió Viqueira. Ya logró que se frenaran las citaciones al general Martín Balza y al canciller Guido Di Tella, agregó. Hace dos semanas Menem pidió sin éxito al procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, que investigara las actuaciones de Stornelli. Otra embestida vino desde la Defensoría General de la Nación que, también con poca suerte, intentó quitar al juez Jorge Urso la causa contra Luis Sarlenga (conexa a la de armas), ex interventor de Fabricaciones Militares, y la derivara al fuero penal. El enojo del diputado del Frepaso venía reforzado también porque dos semanas atrás el legislador justicialista Carlos Soria le había dicho (en un intervalo del programa Hora Clave) que tenía conversaciones grabadas entre él y el fiscal Stornelli. Aunque Soria dijo que se había tratado de una cargada y que todo es un escándalo periodístico, a Viqueira nada lo convence. Corach dijo ayer que el Gobierno no se siente aludido por la denuncia de Stornelli. Se escudó en que cualquier delincuente puede realizar interferencias telefónicas. En función de las acusaciones circulantes, dijo que la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) sólo interfiere comunicaciones telefónicas por orden judicial y que toda pinchadura sin orden de un juez es ilegal. Desde el polo opuesto, el jefe de gobierno porteño, Fernando de la Rúa, cuestionó la imparcialidad del juez Bonadío, quien saltó desde la Secretaría de Legal y Técnica a los tribunales federales de la mano de Corach (que era titular de esa repartición) y fue denunciado por Domingo Cavallo. Carlos Chacho Alvarez, en tanto, acusó al Gobierno de apelar a los mecanismos de las mafias.
ESTA EN LIBERTAD BAJO FIANZA Gustavo Green, el ex secretario de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, fue excarcelado ayer en la causa que se le sigue por una presunta estafa de seis millones de dólares en la administración del programa Sol Sin Drogas del Gobierno. El ex funcionario menemista recuperó su libertad luego de haber depositado los veinte mil pesos de caución legal exigidos por el juez Carlos Liporaci, quien lleva la causa. Ayer, Green se negó a hacer declaraciones: Prefiere tranquilizarse un poquito y estar con su familia después de haber estado ocho meses en prisión, explicó su abogado, Luis Rapazzo, al tiempo que aclaró que su cliente sigue vinculado con la causa, aunque ahora podrá esperar en libertad el juicio oral que se realizará para determinar si es culpable o inocente. Liporaci lo había puesto tras las rejas el 18 de marzo por el presunto delito de defraudación a la administración pública mediante pagos no realizados a fundaciones de recuperación de drogadependientes. Se trató de la costosa campaña Sol Sin Drogas, que fue lanzada en el verano de 1995 y se hizo famosa cuando sumó en su staff a Diego Maradona como consejero de los jóvenes.
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