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Por tercera vez consecutiva en el último mes y medio, la Reserva Federal (banca central estadounidense) bajó la tasa de interés de corto plazo. La medida, destinada a disminuir los efectos de la crisis internacional, tiene como objetivo impedir un desaceleramiento de la economía norteamericana. Y devolverle atractivo a los denominados mercados emergentes. Sin embargo, los recintos bursátiles tomaron la noticia con calma. El índice de acciones líderes MerVal terminó con una insignificante baja del 0,08 por ciento. Wall Street registró una caída del 0,3 por ciento. San Pablo, en cambio, sobresalió al trepar 4,1 por ciento. Cuando a las 16.20 (hora argentina) se conoció que la Fed disminuía del 5,00 al 4,75 por ciento anual la tasa de los préstamos interbancarios a un día, y del 4,75 al 4,50 por ciento anual la denominada tasa de descuento (para los créditos de emergencia), el MerVal describió un pequeño salto del 0,2 al 0,6 por ciento. Pero el humor de los inversores mutó rápidamente, y el cierre quedó levemente negativo. Por su parte, los bonos Brady cayeron hasta un uno por ciento. En tanto, el volumen de los negocios pactados fue de 25,2 millones de pesos, un 50 por ciento por encima a lo realizado el lunes. No debe importar demasiado lo que ocurra en la Bolsa durante los próximos días. Más bien hay que seguir el mediano plazo. La decisión de la Fed suma una buena noticia adicional a las que tuvimos en las últimas semanas. Pero la clave de la evolución de la crisis sigue en manos de Brasil, comentó Hugo Dias Lourenço, economista de C&E Consultores, en diálogo con Página/12. Los financistas no pierden de vista que anteayer, y a pesar del anuncio del paquete de asistencia por 41.500 millones de dólares liderado por el FMI, desde Brasil huyeron otros 150 millones de dólares. Pese a que mejoraron las condiciones en los mercados financieros desde mediados de octubre, subsisten tensiones inusuales, dijo la Reserva Federal a través de un comunicado para justificar el recorte de la tasa. Con una baja de 75 puntos básicos desde setiembre, se puede esperar razonablemente que las condiciones financieras permitirán mantener las tensiones inflacionarias bajo control, agregó la nota. La Fed ya había recortado la tasa de corto el 29 de setiembre y el 15 de octubre pasados. En ambas oportunidades, también en un cuarto de punto. La tensión en los mercados financieros, que amenaza con golpear a la economía norteamericana, fue decisiva para que Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, tome esas determinaciones. Según un informe que ayer dio a conocer la OCDE, el PBI estadounidense crecería apenas el 1,5 por ciento en el 99. Advirtió que una recesión en ese país arrastraría a la economía mundial, y vislumbró a la baja de tasas como la vía de escape para impedirlo (ver página 17). En los últimos 50 días, Estados Unidos se colocó a la vanguardia de los países centrales en la reducción del costo del dinero. Durante este período, algunos países de Europa, como Inglaterra, Italia y España, se acoplaron a la política de la Fed. Sólo el Bundesbank, con una tasa de corto del 3 por ciento anual, no aplicó un recorte. Con estas medidas intentan, por un lado, dar la suficiente liquidez al mercado crediticio como para contrarrestar la desaceleración de sus economías. Y, por el otro, incentivar a los inversores a que muevan sus capitales hacia los mercados emergentes e impedir la caída de esas economías. Pero además, la medida implicaría un debilitamiento del dólar frente al resto de las monedas. De ocurrir, los productos argentinos ganarían competitividad en los mercados externos.
KIGUEL FELIZ POR LA BAJA DE LA TASA La
reducción de la tasa de interés de corto plazo dispuesta ayer por la Reserva Federal
(banca central estadounidense) fue evaluada como una excelente noticia por
parte del jefe de asesores de Roque Fernández, Miguel Kiguel. Esto muestra el
compromiso de las naciones más desarrolladas para tratar de que la crisis quede atrás lo
antes posible, destacó el funcionario.
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