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Al acusado por los homicidios de Neuquén no lo quiere ni la madre

"Estábamos esperando algo así." Sin vueltas, los padres del principal sospechoso por el triple crimen no dudan de que su hijo es el asesino, aunque aseguran que "no lo hizo solo".

Graciela Esther Lara y Daniel Enrique Aquines se mostraron muy dolidos por la situación de su hijo.
"Yo sabía que me lo iban a traer muerto o que lo iban a meter preso por hacer algún desastre."

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t.gif (67 bytes)  "Yo misma pedí varias veces que lo metieran preso y le decía a la policía que lo dejara más tiempo adentro. Pero era menor y del juzgado lo soltaban en seguida. El juez me decía: `Es muy joven, vamos a darle otra oportunidad'. Bueno, ahí está la oportunidad que le dieron: miren lo que hizo." Con esa frase, Graciela Esther Lara delineó el vínculo que la une con su hijo, Julio Aquines, el presunto triple homicida de Neuquén. "Es un chico muy peligroso, muy violento", lo describió, al admitir que su hijo pudo ser el autor del triple crimen. "Pero no lo hizo solo", advirtió. Los padres de Aquines aseguran que su hijo "tiene un tumor en la cabeza, está loco y es adicto a las drogas".

El dato no pasó inadvertido para el abogado de Aquines, el defensor oficial Armando Márquez. "Si esto se comprueba no sería un dato menor", dijo el letrado, quien comenzó a evaluar la posibilidad de esgrimir la enfermedad del imputado como un posible "eximente" de responsabilidad. Por ahora, Márquez pidió que se brinde atención psiquiátrica a su defendido, porque teme que pueda adoptar una conducta suicida.

"Estábamos esperando algo así. Yo sabía que me lo iban a traer muerto

o que lo iban a meter preso por hacer algún desastre", insistió la madre, en declaraciones al diario Río Negro. Los Aquines son oriundos de Río Cuarto, Córdoba, pero se radicaron en Neuquén en 1972. Julio, de 24 años, acusado de homicidio, es el mayor de 8 hermanos. La menor es una chica de 14. Pero Graciela también cría a una hija de Julio, de 9 años, fruto de su primera pareja, una mujer que lo abandonó porque él la golpeaba. "Tuvo muchas señoras, tiene muchos hijos. Todas se le iban porque él les pegaba mucho, como le pega a esta otra. Le pegaba, porque ahora no le va a pegar más", se corrigió la mujer, en declaraciones radiales (ver nota aparte).

Su testimonio reveló cierto rencor hacia su hijo, a quien lejos de defender, acusó de "muy violento". "Hasta yo le tenía miedo", confesó. Y reveló que lo había denunciado a la policía porque "amenazó a uno de mis hijos (sic); a uno de los hermanos lo iba a apuñalar con un cortaplumas y a otro le tiró con una tijera".

Luego, la mujer relató una serie de infortunios que asolaron a la familia. Como la muerte, años atrás, de un hijo de un año y medio. "Me lo mataron, me lo ahogaron", dijo. Sospecha que la primera mujer de su hijo ahora detenido tuvo algo que ver con esa muerte. "La que podía ser era una de mis nueras, la ex señora de Julio, la mamá de una nenita que estoy criando yo, que era de él", relató la mujer. "Pensamos que ha sido ella porque era la única que estaba con el bebé. Fue en la bañadera (el chico) tenía un golpe en la cabecita; la policía dijo que solo no se había caído."

La madre de Aquines teme una represalia. "Lo único que pedimos es que hagan justicia con él, no con nosotros, porque somos una familia humilde como ellos", dijo, en alusión a los familiares de las víctimas. "Les pido que nos entiendan --agregó--. No sé cómo hablarles a ellos porque nos da vergüenza. No queremos hablar con ellos, tenemos miedo."

"Si fue él que lo pague, pero él solo no fue, le aviso", sostuvo la mujer. "Dicen que ha violado a un chico, pero si tuvo tiempo para hacer eso, para mí hay otra persona que ha estado y él lo está tapando. Para mí está loco y también está loca la persona que lo acompañó."

La madre del acusado dijo que su hijo padece un tumor cerebral desde los 12 años pero nunca quiso tratarse. Agregó que "se drogaba" y a veces "se cortaba los brazos".

Los padres de Aquines relataron que hacía ya cinco años que su hijo no vivía en la casa con ellos. "Yo misma lo eché de mi casa", admitió la madre. Su esposo, Daniel Aquines, se justificó: "No lo podíamos tener. Tenemos otras criaturas y él se peleaba con los chicos, principalmente. Por eso, traté de decirle que se fuera".

Hasta ahora no fueron a visitarlo a la Alcaidía, donde está detenido. Y probablemente no lo hagan por un tiempo. "No me animo a hablar con él", confesó el padre.

 


 

LA PAREJA DE AQUINES CUENTA LOS PROBLEMAS QUE TENIAN
"No podía ni comprar las pastillas"

Por Elio Brat desde Neuquén

t.gif (862 bytes) Se llama Nancy G. Tiene 25 años, nació en Aluminé y está desocupada con cuatro hijos a cuestas. Lleva un embarazo de seis meses, cuyo padre es Julio Aquines, el hombre acusado por el triple crimen de Neuquén. Con mucho temor y desconfianza hacia los medios y periodistas -–"han dicho muchas mentiras, cosas que yo nunca dije"-- accedió a hablar con Página/12. El lunes, después de que se llevaran detenido a "Julio, mi actual pareja", fue la primera vez que salía a caminar por el barrio conocido como "Del asentamiento", donde lo único que se ve son casillas muy precarias. La de ella es de madera, con muy pocas chapas como techo. Al momento del diálogo venía de buscar la bolsa de víveres que cada semana le entrega, desde hace tiempo, Emergencia Social de la provincia.

"Conocí a Julio hace siete meses en la discoteca Houston de Neuquén y hace dos que se vino a vivir conmigo en la casilla. Me enteré de todo lo que pasó por la tele y la radio. El no habló ni me dijo nada", confiesa.

--¿Cómo estaba el día que mataron a los chicos?

--Ese sábado estaba muy bien y contento porque le habían ofrecido un trabajito en una verdulería. Y me dijo que con eso iba a poder comprarle ropa al bebé que esperamos.

--¿Qué hacía Julio para mantenerse?

--Antes repartía diarios pero a lo último no lo podía hacer porque no tenía plata para comprarlos. Yo también estoy desocupada. Algunas veces salgo a lavar coches en una playa de estacionamiento o en el centro de Neuquén. Y con suerte saco cinco a ocho pesos por día, si los saco.

--¿Cómo es su pareja?

--Julio es algo nervioso, pero a mis hijos nunca los maltrató. Nosotros teníamos discusiones como todas las parejas. Me acuerdo que hace casi un mes él me pegó y me dejó marcado un ojo. Yo lo quise echar pero me pidió perdón y que quería estar cuando naciera el bebé. Y yo lo dejé.

--¿Usted piensa que él es culpable de la muerte de los tres chicos?

--No lo sé. Es algo nervioso pero no pienso que sea capaz de hacer eso. Pero yo no soy dios, eso lo tiene que decir la gente que sabe.

--¿Piensa ir a verlo?

--En estos días voy a ver si voy, porque debe necesitar algo de ropa o qué sé yo. Sólo le alcancé a tirar un pantalón.

--Si lo liberan, ¿volvería a vivir con él?

--A vivir conmigo difícil. Pero lo que voy a dejar es que reconozca a su hijo porque tiene derecho.

--¿Sabía algo de la enfermedad de su pareja?

--Yo sabía que tenía algunos problemas como dolores de cabeza. Y vi que algunas veces tomaba unas pastillas blancas, pero a lo último no, porque teníamos problemas de plata.

 

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