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El hombre dijo: "No jodan que esto es una granada". Fue suficiente. En menos de un segundo cada uno de los dieciséis parroquianos estaban tirados en el piso. La acción psicológica del ladrón de bancos surgió completo efecto sobre las víctimas. Y es que los asaltantes están rompiendo sus propios records. Ayer, un grupo de cuatro tardó sólo 30 segundos sin disparos en hacerse del dinero de las tres cajas del Francés en el barrio de Palermo. En tren de asustar a vigilantes, empleados y clientes la banda también dejó en el lugar una bolsa con papeles y un reloj despertador adentro. La Brigada de Explosivos de la Policía Federal verificó más tarde lo inofensivo del paquete y desactivó la granada, una M-K 5 de fabricación española. Habían pasado pocos segundos de las 10.20 cuando las cámaras de la sucursal de Coronel Díaz 2257 registraron el ingreso de dos hombres trajeados. Se acercaron al vigilador privado --en general son custodios sin armas que dan información a los clientes-- y simulando que necesitaban datos sobre una operación de rutina le dejaron ver el revólver que uno de ellos llevaba oculto tras una carpeta. Enseguida cumplieron con la segunda parte del plan: el segundo se acercó a la caseta de seguridad, sacó un pedazo de cinta adhesiva y como si pegase un insecto disecado contra la pared puso una granada del tamaño de un limón, contra el metal blindado. Cuando el ladrón advirtió a la concurrencia de que no se trataba de una manualidad escolar, sino de un artefacto explosivo, todos quedaron fuera de combate, tendidos en el piso. Uno de los ladrones cruzó suavemente la puerta que separa a bancarios de usuarios y vació los cajones llenos de billetes en una bolsa. Mientras tanto otros dos intentaban llegar al tesoro del banco. Según fuentes policiales ayer era día de pago a jubilados por lo que se supone habría un monto mayor al habitual. Los investigadores creen que detrás del asalto hubo un trabajo de inteligencia previo. Un cuarto cómplice hacía de campana en la puerta del banco. Media cuadra más allá un Chevrolet Corsa esperaba con un chofer experimentado que los muchachos se retiraran. En medio de la operación, calculada con profesionalidad, también le robaron un reloj de marca a un cliente. Según se puede ver en las filmaciones, los ladrones intentaron avanzar hasta el tesoro y para ello amenazaron a la gerenta. Le pidieron que los guiara pero alguien hizo sonar la alarma del lugar. No hubo dudas. Se miraron consultándose, y ante el gesto afirmativo de uno, salieron del banco con absoluta naturalidad. Antes dejaron en una maceta la bolsa con papeles en blanco y un reloj despertador que insinuaba ser una bomba. Los empleados del Francés no lo podían creer. El 27 de julio, cuando eran las 13.15, cuatro ladrones habían entrado al banco, en aquella oportunidad con un estilo mucho más salvaje. Aquel día hubo sangre. A uno de los asaltantes le dieron cuatro tiros y quedó mal herido sobre la vereda de Coronel Díaz, gritando por ayuda a una mujer que atendía el local Malena, vecino a la sucursal bancaria. Para escapar, sus compañeros usaron de escudo a una madre y su bebé. Ante el ataque de la policía un ladrón llegó a gatillar el arma sobre la sien de la mujer, pero el proyectil no salió disparado. El robo de banco de ayer fue el tercero en menos de 24 horas. El lunes, en la misma mañana dos bandas de ladrones asaltaron dos sucursales del Galicia, una en Núñez y al otra en Juan B. Justo al 4500. En ninguno de los casos hubo disparos y en ambos los ladrones iban vestidos con sacos y jamás llamaron al atención de la vigilancia que vio en ellos a clientes habituales. En Núñez, los asaltantes se manejaron con tal prudencia que sólo dos de los ocho clientes se dieron cuenta de lo que pasaba. Los tres atracos están filmados desde varios ángulos y ayer la policía comparaba rostros y procederes para determinar si los hechos fueron realizados bajo el sistema de células, o sea con diferentes hombres en la mano de obra y un solo cerebro dirigiéndolo todo.
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