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MARIA JULIA SE HABRIA ENRIQUECIDO EN DOS MILLONES DE PESOS
Plata que supimos conseguir

El fiscal Eamon Mullen y la DGI coinciden en la cifra del supuesto enriquecimiento ilícito de la funcionaria desde 1989. Su ex contador calcula que la cifra puede ser aún mayor. Galeano debe decidir si la indaga. Las propiedades, los bienes y los ingresos de la preferida de Menem.

Tras la reunión de gabinete de ayer, donde se sentó junto a Hugo Anzorreguy, Mary July hizo su descargo.
Se defendió argumentando que se trata de una causa vieja y que no veía la novedad de darla ahora.

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Por Irina Hauser

t.gif (67 bytes) Según el fiscal Eamon Mullen, en los últimos diez años María Julia Alsogaray incrementó su patrimonio en unos dos millones de pesos. Esa es la cifra de enriquecimiento ilícito que la Justicia podría comprobar, pero es probable que el aumento de su fortuna haya sido mayor. Los cálculos se desprenden de la investigación iniciada a partir de una denuncia presentada en 1993 que ya entonces anunciaba que los niveles mensuales de gastos de la actual secretaria de Recursos Naturales superaban sus ingresos. Funcionarios de la DGI confirmaron el monto del aumento patrimonial, pero dijeron que “le resultará muy fácil disfrazarlo”
“Menem me trajo suerte”, solía decir María Julia Alsogaray para explicar su explosivo esplendor económico durante la era menemista. Ahora pasaría a convertirse en la primera funcionaria cercana al Presidente que está a pasos de ser procesada por enriquecimiento ilícito. Los fiscales Eamon Mullen y José Barbacia presentaron un escrito al juez Juan José Galeano en el que le piden que indague a la ingeniera. Galeano podrá o no acceder al pedido y, eventualmente, procesarla. Recién entonces el caso pasaría a juicio oral.
María Julia gana unos 3000 pesos en el cargo que ocupa. No se explica, entonces, cómo hace para cubrir gastos mensuales que superan los 15 mil dólares, resúmenes mensuales de tarjeta de crédito que llegan a los 10 mil pesos y viajes de no más de 10 días que cuestan entre 20 y 30 mil pesos. Eso sin contar una fiesta que celebró para los 80 años de su padre, Alvaro Alsogaray, donde al menos invirtió unos 15 mil pesos, y otra por su cumpleaños número 47 en la que gastó 200 mil pesos. Cuando en 1993 el juez Galeano solicitó las declaraciones juradas de la dama a la DGI, ella había obviado poner en la lista objetos de arte por valor de entre 10 y 20 mil pesos, joyas carísimas y una lapicera francesa antigua de 33 mil pesos, entre otros.
Uno de los temas que más llamó la atención de los fiscales fue la multiplicación de los bienes de María Julia entre 1988 y la actualidad. De tener un departamento, dos autos y algunas inversiones en empresas familiares (Cadesym, Safip, Guandacay, Puerto Lapacho, DeKay y Pincar) saltó a poseer la casa donde vive actualmente (un petit hotel de 650 metros en Junín 1435), un departamento en Basavilbaso 1396, otro en Rodríguez Peña 1882, otro en Junín 1443 2º “31”, una cochera a una cuadra de su casa y una bóveda en el cementerio de la Recoleta. Pero no es todo. Hizo, además, refacciones en su vivienda por valor de 650 mil pesos. Y este año, en el paquete de modificaciones incluyó la compra de dos departamentos más en el edificio de al lado de su casa (Junín 1441/1443), el 3º “41” y el 3º “43”. En el resumen de expensas las propiedades figuran a nombre de uno de sus hijos, Francisco Erize, pero la señora se tomó el trabajo de conectarlos con su casa. Para romper la medianera y que esta infracción no causara escándalo, se encargó de sobornar a sus vecinos con la suma de 5000 pesos. En simultáneo, el edificio lindero convertido en prolongación de su casa se ganó una limpieza profunda del frente.
Otro de los puntos oscuros que guía la acusación de la fiscalía es un pago de 500 mil pesos que la empresa Astilleros Alianza le hizo a la funcionaria por supuestos trabajos de asesoramiento como ingeniera. El detalle es que la empresa estaba en quiebra al momento de otorgar esa remuneración, en diciembre de 1991. Y que, según una pericia, el recibo que la acreditaba era falso. Más aún, el mismo día que la empresa giraba ese dinero, María Julia recibía un préstamo por una cifra equivalente de la firma panameña Zeal Internacional. Según el ex contador de los Alsogaray, Mario Ernesto Furlone, el monto en cuestión fue incluido en la rectificación de urgencia (sobre su declaración patrimonial) que hizo ante la DGI, cuando en 1993 el militante radical Roberto Bases la denunció por enriquecimiento ilícito. La acusada, por su parte, se defendió ayer en declaraciones radiales argumentando que se trata de una causa vieja y que no veía la novedad. Afirmó que un secretario de Estado “puede tener otros ingresos” y se escudó en la histórica riqueza familiar.
Aunque los fiscales desconocen el origen de parte de los fondos de la ingeniera, afirman que incorporó a su patrimonio 300 mil dólares de fondos secretos del Gobierno y que identificaron movimientos sospechosos en sus cuentas bancarias radicadas tanto en Argentina como en Uruguay.
Una allegado a la DGI confirmó que el monto del enriquecimiento de Mary July ascendería, como dijo Mullen, a unos dos millones de pesos como mínimo. Sin embargo, se animó a dudar sobre la veracidad de la investigación de la fiscalía. En realidad, deslizó otra fuente, para ella es mejor pasar por este proceso judicial ahora y no el año que viene con el posible cambio de gobierno. Y agregó que, por más que haya amasado una fortuna ilegítima, “será muy fácil para ella disfrazarla”. Lo único que podría complicarla, sostuvo, son los 500 mil pesos de origen incierto.

 

Dura lex mirando el ‘99

La denuncia de enriquecimiento ilícito contra María Julia Alsogaray durmió durante cinco años en los cajones de los despachos del juez Juan José Galeano y los fiscales Eamon Mullen y José Barbacia. Recién este año efectuaron el requerimiento necesario para que la acusada presentara su declaración de bienes. Mantuvieron el secreto bien guardado hasta aproximarse lo más posible al previsible cambio de gobierno. No son los únicos del fuero federal que cultivan esta estrategia que los dejaría libres de reproches graves del oficialismo y permitiría un buen recibimiento por parte del gobierno entrante. La causa IBM–Banco Nación (a cargo del juez Adolfo Bagnasco) data de 1995 y la causa Armas (repartida entre Jorge Urso, Marcelo Aguinsky y Carlos Speroni) remonta sus raíces a 1991. Sin embargo, los avances en esos expedientes recién se ventilaron este año. En el caso de Galeano y sus fiscales, además, tomaron el recaudo de no darla a conocer mientras la semana pasada se desarrollaba la conferencia sobre Cambio Climático en que la titular de Recursos Naturales era un personaje clave.

 


 

ERNESTO FURLONE, EX CONTADOR DE LA INGENIERA
“Tiene algo fuera del país”

Por I.H. 

t.gif (862 bytes) “Para mí el enriquecimiento puede ser más que dos millones”, disparó el contador Ernesto Mario Furlone, cuyo estudio atendió a toda la familia Alsogaray durante 25 años incluso en el momento de la denuncia por enriquecimiento ilícito contra María Julia. Cuando en 1993 la actual secretaria de Recursos Naturales fue denunciada, el juez Juan José Galeano pidió sus declaraciones ante la DGI. María Julia, relató el contador, debía 320 mil pesos de impuestos. Se supone que ella después se puso al día, pero en una inspección aparecieron sellos bancarios apócrifos que consignaban el pago. El organismo recaudador que comandaba Ricardo Cossio, por única vez en la historia acusó a Furlone, el contador, más no a la contribuyente. Y ella se sumó como querellante a la iniciativa de la DGI. Dijo que Furlone le había dado la plata al contador para que le pagara los impuestos, pero que él los arrebató.
Furlone y Mary July quedaron enfrentados en un juicio que tuvo a su cargo el juez Jorge Urso. El fue procesado y deberá, el próximo año, litigar con ella en juicio oral y público. A partir del material obtenido en allanamientos, a Furlone –según él mismo relata– le iniciaron 42 causas paralelas en el fuero penal e investigaron a 200 de sus clientes.
“A partir de una inspección realizada por Luis Cabello, que era allegado a Cossio, la DGI presume que hay pagos hechos en forma apócrifa. Cabello desaparece mágicamente en unas supuestas vacaciones de casi un mes. Entre
él, ella y Cossio pergeñan el allanamiento a mi estudio que duró 14 días. Ella decía que yo le había hecho la liquidación de impuestos, que ella me había dado el dinero y que yo me lo quedé”, sostuvo Furlone.
–¿Alguna vez habían aparecido anomalías en los impuestos de María Julia?
–No, y teníamos una excelente relación. Ella se debe haber asustado con el juicio por enriquecimiento. Antes de que el juez le mandara la inspección, hizo una nueva declaración para corregir la anterior y, se supone, iba a pagar lo que debía. Si yo hubiese hecho la maniobra, no sería tan torpe de poner un sello trucho. Alguien truchó el pago, no sé quién.
–¿Siguió trabajando para el resto de la familia?
–Me lo pidieron, pero me pareció poco ético, por eso dije que no.
–¿Entonces la familia desconfía de ella?
–Indirectamente sí.
–Según uno de los fiscales, el enriquecimiento es de dos millones de dólares. ¿Le parece posible?
–Sí. Para mí debe ser más que dos millones. Pero había cosas que ella no me contaba, además nos reuníamos sólo una vez al año. Cuando empezó la causa de Galeano ahí se sinceró y agregó las obras de arte, las reformas de la casa, joyas. Y también ahí me dijo lo de los 500 mil pesos de astilleros Alianza. No creo que tenga testaferros, pero sí debe tener alguna torta fuera del país.
–¿Usted como contador no pensó en decirle algo sobre los problemas que podría tener?
–No, no puedo dudar de lo que dice mi cliente.
–¿Qué significa para usted la posibilidad de que la procesen?
–No sé cómo verlo, para mí tenía que haber ocurrido antes.

 

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