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Manifestaciones de júbilo por parte de los palestinos residentes en la zona marcaron ayer el repliegue del ejército israelí de poco más de 100 kilómetros cuadrados del noroeste de Cisjordania, en los alrededores de la ciudad de Jenín. La entrega del territorio a la Autoridad Palestina (AP), que preside Yasser Arafat, se efectuó sin ninguna ceremonia oficial y estuvo a punto de ser suspendida por diferencias de última hora. El repliegue de las fuerzas armadas israelíes constituye la primera de las tres entregas previstas en el Memorando de Wye, firmado en Washington el pasado 23 de octubre por Arafat y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En un período de 12 semanas la AP recibirá, en total, el 13 por ciento del territorio de Cisjordania. Además de los 100 kilómetros cuadrados en los que el gobierno de Arafat ejercerá desde ahora la administración civil, Israel entregó también el control absoluto sobre otros 400 kilómetros cuadrados, en los que las competencias de seguridad eran compartidas hasta ahora por las policías palestina e israelí. El ejército inició el operativo para el repliegue a primera hora de la mañana. Aparte de recoger sus pertrechos, los soldados modificaron la señalización de las carreteras de la zona, y colocaron carteles que advierten, en hebreo, árabe e inglés, que se circula por una zona controlada por la Autoridad Palestina. Camiones militares recorrieron todas las carreteras de la región para colocar también 130 grandes mojones, que marcan desde ayer los nuevos límites territoriales. Estas señales de hormigón, de color amarillo y marrón, miden algo más de un metro de alto y son fácilmente visibles a lo largo de la nueva frontera. El repliegue, sin embargo, estuvo a punto de no completarse. Cuando ya había comenzado, la AP puso objeciones a las modificaciones de última hora introducidas por el gobierno israelí en los mapas que se habían pactado, porque consideraba que reducían la superficie total de la zona que iba a ser transferida. El comandante de las fuerzas israelíes en Cisjordania, General Moshe Yalon, y el jefe de la policía palestina en la región, Haj Ismail Jaber, que debían coordinarse para la entrega, realizaron un rápido viaje en helicóptero a Hebrón para entrevistarse con el presidente palestino Arafat. En el encuentro quedaron despejadas todas las dudas y Arafat dio su conformidad a las modificaciones y a la aceptación del territorio. A primera hora de la tarde el general israelí y el policía palestino firmaron los mapas y concluyó la parte oficial antes de que comenzase el descanso semanal judío del Shabat. Los policías palestinos se desplegaron luego por la zona en medio de manifestaciones de alborozo por parte de los palestinos de los 28 pueblos y aldeas que pasan a la jurisdicción de Arafat. En Qabatiya, el principal núcleo de población donde residen 17.000 personas, las calles fueron engalanadas para la ocasión. En algunas pancartas podía leerse Hoy Qabatiya, mañana Jerusalén, en referencia a la aspiración de los palestinos de establecer en esta última ciudad la capital de su futuro Estado. Netanyahu, cuyo gobierno aprobó el jueves el repliegue, aunque por estrecho margen, justificó la devolución en una declaración emitida por radio ante las numerosas críticas que el repliegue ha suscitado entre los votantes de su coalición. Creo que poco a poco todo el mundo entenderá que ésta es la única manera de avanzar hacia un acuerdo de paz con seguridad con nuestros vecinos, dada la situación de los acuerdos que heredamos, aseguró Netanyahu. El movimiento de colonos ultranacionalistas no se ha quedado tranquilo con las palabras del jefe de gobierno israelí y acusó de traición a Netanyahu. Su máximo dirigente, Aarón Domb, escribió una columna en el diario Yedioth Ahronoth en la que aseguraba que es uno de los peores días de la historia del sionismo desde el establecimiento del Estado de Israel. La incómoda posición de Netanyahu, en un gobierno en el que menos de la mitad de sus miembros aprobaron el repliegue, ha reavivado la polémica sobre la necesidad de un gobierno de unidad nacional con los laboristas o el adelanto de las elecciones. El primer ministro ha manifestado en repetidas ocasiones que quiere agotar la Legislatura, que concluye en el año 2000. Sin embargo, el requisito, impuesto por el propio Netanyahu, de que el gobierno debe aprobar las dos siguientes fases del repliegue, puede dificultar su aplicación y precipitar una crisis en la coalición que encabeza el partido Likud.
NO HABRIA MAYORIA PARA DESTITUIR A CLINTON Buenas
noticias para Billy the Kid: una fuente cercana al nuevo titular de la Cámara de
Representantes Bob Livingston declaró ayer que no existía en el Congreso
actualmente dominado por los republicanos una mayoría para aprobar una
destitución del presidente Bill Clinton. La explicación vino del legislador Peter King,
quien dijo que conocía personalmente a 20 de sus colegas republicanos que no votarían
por el impeachment del presidente. Esto es vital para Clinton, ya que Henry
Hyde, el líder de la Comisión Judicial, parece empecinado en presentar la moción al
Congreso.
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