Por Facundo Martínez
El técnico no se
cansa de repetirlo: todavía no ganamos nada; hasta que matemáticamente nadie nos
pueda alcanzar, no podemos sentirnos campeones.... Pero la prudencia y la
racionalidad de Carlos Bianchi, foráneas en el Boca exultante, corren por vías distintas
a la de los dirigentes y los hinchas, como si las palabras del entrenador pudiesen
retardar el futuro. ¿Qué es lo que hay que esperar?. La vuelta es hoy,
piensan con el corazón los hinchas y los dirigentes del club. Y el problema es cómo
resistir las ganas de gritarle a los otros el somos campeones otra vez, o
cómo planificar la fiesta y el rédito político que implica, ahora, ya,
tratando de no alterar el orden ni ofender al extranjero.
Pero la romería está tan próxima que los dirigentes no pueden esperar. Devorados por la
ansiedad y anticipándose a los hechos, desde la semana pasada comenzaron a organizar los
festejos por la obtención del campeonato Apertura. Aunque Bianchi todavía no quiera
admitirlo, el triunfo de Talleres sobre Gimnasia que le aseguró a los xeneizes el
primer puesto en la tabla fue la última señal que recibieron los dirigentes para
poner en marcha sus planes. Claro que todo esto se ha hecho por lo bajo, como para no
herir la susceptibilidad de Bianchi.
Nos hemos juntado para ver qué podemos hacer pero no hemos definido nada, le
confió a Líbero uno de los altos dirigentes del club. Lo único que está definido
es la realización de un partido homenaje y una cena, agregó. De todas formas,
estos dos eventos estaban programados desde el inicio del torneo porque una parte de lo
que Boca recaude será destinado al pago de los premios acordados con jugadores. Lo
importante es que comercialicemos el tema de la televisión para recaudar fondos
suficientes para pagar los premios. La cena va a ser abierta a todo el mundo, sólo que el
valor del cubierto será importante, explicó.
Para los festejos también se ha pensado en un espectáculo de fuegos artificiales, por lo
que los directivos del club ya pensaron en iniciar tratativas con el Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires para obtener el permiso correspondiente. Queremos que haya fuegos
artificiales, pero sabemos que está prohibido por la Municipalidad, por eso vamos a
hablar con ellos y con la AFA, porque también está vigente el tema de que no se pueden
ingresar bengalas y pirotecnia al estadio, dijo el dirigente consultado.
Estos preparativos no han sido bendecidos por Bianchi. Los dirigentes ni siquiera se
animaron a comentárselo. Es que a esta altura de los acontecimientos, después de tantos
discursos preventivos, promocionar los festejos es, para los directivos, ir al choque con
la filosofía de Bianchi, en un momento es que no es nada aconsejable.
La relación entre el cuerpo técnico y los dirigentes parece estar un poco deteriorada,
sobre todo después del conflicto por los premios que el preparador físico Julio Santella
sostuvo con los directivos. Deterioradas a tal punto que han comenzado a circular algunos
rumores sobre la posible desvinculación del técnico a fin de año (ver recuadro). La
directiva que encabeza Mauricio Macri no hace caso a los rumores, pero sabe que el
malestar en el cuerpo técnico persiste pese a la inminente coronación. Es consciente,
también, de que para no ir a una ruptura deberán replantear algunas cosas.
Por ejemplo, olvidarse de vender algunos jugadores que para el técnico son fundamentales.
No quiero que me saquen ningún jugador, les habría pedido Bianchi. El
respaldo no llegó del modo que esperaba. Yo me debo a Boca hasta el 13 de
diciembre, comentó con suspicacia Bianchi en uno de los pasillos del hall del hotel
rosarino donde el plantel se alojó antes del partido del sábado, a pesar de que su
contrato termina el 31 de diciembre de 1999. ¿Qué fue lo que quiso decir con eso?.
Seguramente, dar un alerta. Ya es público que el Barcelona de España quiere llevárselo
y le habría ofrecido un contrato de dos años, con una retribución de un millón de
dólares anuales. Los medios de comunicación españoles le han dado mucha difusión al
tema y ya hablan de Bianchi como del sucesor de Louis Van Gaal. Rumores o no, dan mucho
que pensar. Aunque la fiesta esté en marcha.
¿Bianchi no se va?
Por D.L.
Por qué Carlos
Bianchi se iría de Boca?. Hay que rastrear en su personalidad y en los antecedentes. Es
un hombre de convicciones firmes. De esos que no dan segundas oportunidades. A la primera
trastada, corta mano y corta fierro. Del conflicto con Macri por los premios a sus
colaboradores se conocen pocos detalles. Pero si hubo traición, si quisieron
pasarlo, Bianchi no perdonará y se irá de Boca. Si el cortocircuito con los
directivos es menos grave de lo que se supone su estadía en Boca se extenderá pero no
más allá de diciembre 99 cuando venza su contrato. Porque Bianchi no es de
eternizarse en el cargo, porque sostiene que los triunfos son fugaces y porque los
mismos que te aplauden cuando ganás, te putean cuando perdés. Muerto su deseo de
dirigir la Selección, se reactualiza la cuenta pendiente con él mismo y es triunfar en
Europa como entrenador. Lo intentó y fracasó con la Roma. Barcelona es un lugar
estupendo para buscar la revancha, ahora o el año próximo. |
Juego de semejanzas
Por Diego Bonadeo
Después de la gran noche de Racing contra
Vélez el viernes, de la contundencia de Boca y los buenos momentos de Rosario Central el
sábado, uno se ilusionaba con las perspectivas del San Lorenzo-Huracán del domingo. Por
antecedentes más o menos cercanos, a partir de algunos rendimientos, es cierto que más
individuales que colectivos, pero de todos modos prometiendo que los talentosos atrevidos
como Guillermo Franco, el ascendente Tuzzio, los ratos del segundo tiempo de Gorosito y
Raúl Estévez, Montenegro, Sixto Peralta, y por qué no Gastón Casas y Silvera, podrían
darle al clásico del domingo los ingredientes como para disfrutarlo, uno se preparaba
para ver y escribir. Pero no. Será para otra vez. No vale la pena. No fue ni siquiera un
partido más. ¿O quizá las expectativas eran exagera-das?
Por eso es más justo y más conducente, hacer una rápida retrospectiva de Boca y
Gimnasia, ya prácticamente con las cartas echadas. De este Boca que gana en Rosario el
sábado, para muchos porque tuvo suerte, la misma suerte que tantas veces otros tuvieron y
que tantas veces otros dejaron de tener.
Que de a ratos a uno lo haya entretenido y atrapado más Central, a partir de Walter
Gaitán y Marcelo Carracedo y de a ratos Daniele, con el buen proyecto de jugador que es
Rivarola aparentemente lastimado y fuera del circuito de los que más saben, con el
agregado de la capacidad definidora de Maceratesi, no supone necesariamente que Rosario
haya jugado mejor que Boca y, por lo tanto, merecido por lo menos, no perder. Lo que sí
quedó en claro es que la declamada consistencia defensiva de Boca sobre la
que escribíamos anteayer en Página/12 es tal, en la medida en que los que no quieren no
pueden, no saben, o no se animan, la hacen posible. Rosario Central, por lo menos de a
ratos, quiso, pudo, supo y se animó, y no le fue nada mal.
Pero lo de Boca, con recetas ofensivas diferentes pero también efectivas, se pareció un
poco a lo de River 96/97, en cuanto a que empatando o aún perdiendo a
la primera de cambio te pinta la cara y te abrocha. Y así fue lo del sábado en
Rosario.
Gimnasia es un equipo prolijo, con un plantel limitado, pero quizás exagerando el mensaje
de su modestia cuantitativa en cuanto a futbolistas disponibles. Jugó algunos partidos
contra equipos alternativos por obligaciones de la Mercosur, y por tercera vez en cuatro
años pareció ir quedándose sobre el final. Con variedad de jugadores de nivel como Enzo
Noce, Sanguinetti, San Esteban, Yllana, Troglio, Aurelio y especialmente Messera, no es a
poco lo que se puede aspirar. Muchas veces pasa, que cuando se exacerba la humildad, no se
aspira a demasiado más y se pierde de vista la grandeza. |
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