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Por Maximiliano Montenegro La Unión Industrial Argentina planeaba realizar este año su conferencia anual con un tono más que optimista. Año 2000: 50 mil millones de exportaciones, era la consigna. La celebración debió suspenderse cuando quedó en evidencia que a fin de siglo las exportaciones, con suerte, superarán los 30 mil millones. En su lugar, la nueva conducción de la UIA armó un seminario sobre el impacto de la crisis en la industria. Página/12 accedió al documento que sintetiza las penurias y reclamos de la industria, que se escucharán a partir de mañana en Parque Norte. Pero, además, la propia dirigencia de la Unión Industrial refleja los cambios ocurridos en los últimos años en la cúpula del poder económico local. Desde que Alberto Alvarez Gaiani asumió como presidente interino, después de la forzada renuncia de Claudio Sebastiani tras haber dado quórum en el Congreso a la misma ley laboral que la central empresaria rechazaba, se preocupó por cuidar el consenso dentro del ámbito empresarial. Así, paradójicamente, quien fue la alternativa oficialista a Sebastiani en la última renovación de autoridades, consiguió que la UIA elevara el tono de sus denuncias contra la indiferencia de Roque Fernández ante la avalancha de importaciones. Sin embargo, apenas concluya el seminario, en la UIA se largará la pelea por la sucesión. En abril debería asumir el nuevo presidente de la Unión Industrial con una misión difícil por delante: conducir la entidad no sólo durante la campaña presidencial sino también en el primer año del próximo gobierno. Este diario consultó a seis dirigentes empresarios, que describieron el siguiente panorama: * Alvarez Gaiani es quien más chances tiene de conducir la UIA el próximo milenio, ya que cuenta con el aval tanto del Movimiento Industrial Nacional (MIN) supuestamente el ala más industrialista, como del Movimiento Industrial Argentino (MIA) el ala liberal. Incluso, si bien es menemista, en la intimidad mantiene una buena relación con el Grupo Techint (representado por Sergio Einaudi), que ha jugado sus fichas al tablero de la Alianza. * Sin embargo, Gaiani quiere mantener, simultáneamente, la titularidad de la poderosa COPAL (que nuclea a las empresas alimentarias). Las razones son dos. Por un lado, el presidente de la UIA no cobra sueldo y el de la COPAL sí. Y como Gaiani ya no tiene empresa, necesita de ese salario para vivir. Por otro lado, la COPAL le brinda estabilidad laboral y, a diferencia de la UIA, ha conservado su peso en los reclamos al gobierno. * Otros dos influyentes en el comité ejecutivo de la Unión Industrial también perdieron sus empresas. Diego Videla, mano derecha de Gaiani y director del seminario que se inicia mañana, hace tiempo que cedió su yerbatera a una multinacional. Hoy, incluso, trabaja en un banco (el Galicia), donde se encarga de ofrecer créditos a los gobiernos provinciales. José de Mendiguren, actual secretario de la entidad, correría por la presidencia si desiste Gaiani. Vendió su empresa textil (Coniglio) al Exxel Group en varios millones. * Otro de los históricos influyentes en el Comité Ejecutivo, Héctor Massuh, quien aprovecha sus vínculos tanto con la Alianza como con Duhalde para posicionar a la UIA frente al próximo gobierno, presentó recientemente a su papelera en convocatoria de acreedores. * Si se cayera la candidatura de Gaiani, también estarían en carrera el cavallista Hugo DAlessandro (de Arcor) y el duhaldista Osvaldo Rial, titular de la Unión Industrial de Buenos Aires. En tanto, pasará tiempo hasta que Franco Macri, confeso menemista, logre desembarcar en la UIA.
UIA: LA CONVERTIBILIDAD GENERO
DESEQUILIBRIOS Por M.M.
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