Por MFC, desde Nueva York
Tras reconocer que
la muerte televisada de Thomas Youk, que ayer fue trasmitida por el programa 60
Minutos de la cadena CBS, es parte de una campana publicitaria política,
legal y también macabra, Jack Kevorkian, el cruzado de la llamada eutanasia activa,
mostró por primera vez ante las cámaras como él mismo insertaba las agujas en la mano
de Youk y como le administraba la droga letal. Previamente habían aparecido imágenes de
Youk, que sufría la enfermedad de Lou Gehrig o esclerosis amiotrófica lateral, sentado
en una silla de ruedas, con un pantalón oscuro y una blusa a cuadros, la misma vestimenta
con la que murió, confirmando con voz extenuada que deseaba morir ayudado por Kevorkian.
Además de mostrar el video de esta muerte, CBS trasmitió imágenes de Kevorkian y el
periodista Mike Wallace, que tuvo a su cargo el reportaje, mirando el video y comentando
las etapas por las que va pasando el enfermo, en los minutos previos a su muerte, hasta
que deja de respirar completamente.
Kevorkian está cambiando su método y lo está publicitando. Por esta razón, hace esta
campaña a la que Wallace define en el programa como política y también
macabra. En vez de hacer que el paciente tire de un cordón para dar comienzo a la
inyección es decir, en vez de que la muerte sea autoinfligida, como Kevorkian
hacía en los casos anteriores, el llamado Doctor Muerte puso ahora la
inyección con sus propias manos. Las imágenes televisivas mostraron que primero durmió
a Youk y acto seguido le administró la dosis letal.
En la pantalla se vio a Youk echando la cabeza hacia atrás, pero respirando con
dificultad. No siente nada explicó Kevorkian a Wallace está
dormido. Según el polémico médico, esta reciente modificacion al estilo
tradicional con el que ayudaba a morir es más rápida, más limpia y más
fácil.
Kevorkian sostiene que se necesita la eutanasia activa. Hay pacientes que no lo
pueden hacer por sí mismos. De ahora en más, yo haré esto con todos ellos. Pero
no cabe duda de que la nueva metodología y su exhibición televisiva agregará nuevos
problemas legales a los que ya ha tenido el médico. David Gorcyca, fiscal de Oakland
County, donde murió Youk, dijo que aún era prematuro especular acerca de los cargos que
le harán a Kevorkian por esta eutanasia. Según Patrick Keenan, académico de la
Universidad de Detroit y abogado penal, las acciones de Kevorkian son un clásico caso de
homicidio. Es probable que esta muerte pueda ser considerado un asesinato de primer
grado. Es ocasionar la muerte de una persona, intencionalmente, con premeditación y
alevosía, dijo Keenan.
No es lo que opina la familia de Youk. En el programa aparecen cuatro miembros de esta
familia, entre ellos dos hermanos, quienes aseguran que están agradecidos al doctor
Kevorkian porque ayudó a Thomas actuando según los deseos del enfermo. El temor mayor de
Youk era morir asfixiado, como les puede pasar a aquellos que sufren la enfermedad de Lou
Gehrig.
En una entrevista publicada esta semana en el diario Oakland Press de Michigan, Kevorkian
dijo que el número de muertes ayudadas en las que participó está bien por arriba
de 130. Kevorkian fue absuelto en tres juicios por su actividad médica-letal. Una
ley del estado de Michigan establece que el suicidio asistido es un delito punible con
cinco años de cárcel y una multa de diez mil dólares. Kevorkian ha jurado que, de ser
encarcelado, iniciará una huelga de hambre y la llevará hasta las últimas
consecuencias. Conociendo su estilo, la amenaza suena muy creíble.
DESCENDIO EN EEUU LA TASA DE CRIMINALIDAD
Ya no se delinque como antes
Un
informe del FBI de 420 páginas, dado a conocer ayer, señala que la tasa de criminalidad
en los Estados Unidos descendió por sexto año consecutivo, alcanzando el nivel más bajo
desde 1974. Las estadísticas, que toman en cuenta los datos registrados durante el año
pasado, indican que asesinatos y robos decrecieron un 7 por ciento en relación a 1996 y
que la tasa criminal total por cada 100 mil habitantes bajó un 3 por ciento. De todos
modos, durante 1997 fueron cometidos 13,2 millones de delitos graves.
Según la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), la tasa de criminalidad total
descendió a 4923 delitos por cada 100 mil habitantes, es decir, 3 por ciento menos en
relación a 1996 y 13 por ciento menos desde hace una década. El índice representa el
nivel más bajo desde 1974.
En total, los ataques contra las personas bajaron un 3 por ciento y los delitos contra la
propiedad, un 2 por ciento. El 40 por ciento de esos delitos fueron cometidos en el sur
del país, donde las ciudades tienen una tasa de criminalidad dos veces más elevadas
(5207 casos cada 100 mil habitantes) que en las áreas rurales (2064 cada 100 mil).
El índice de asesinatos y robos mostró las caídas más pronunciadas. Ambos bajaron en
un 7 por ciento comparados con el año anterior. Los asaltos descendieron un 1 por ciento,
las violaciones bajaron ligeramente, los robos de vehículos 3 por ciento, y los robos con
allanamiento de morada y los hurtos, 2 por ciento.
El informe señala que la policía mejoró la resolución de los crímenes, descubriendo
al asesino en dos de cada tres casos. También resolvió todos los demás delitos
violentos, pero apenas pudo dilucidar el 14 por ciento de los robos con allanamiento de
morada y los robos de vehículos. El crimen en Estados Unidos había alcanzado, durante la
década anterior uno de los picos más altos de su historia. El FBI no se pronunció sobre
los motivos de la caída, pero voceros del gobierno de Bill Clinton consideraron como
probable que haya incidido la edad de la generación de posguerra, que se caracterizó por
los crímenes en sus primeros años, y la decadencia de la epidemia de drogas fuertes como
el crack. También podría haber influido la cantidad de detenciones, la creciente
población carcelaria, leyes de control de armas más estrictas, mejores condiciones
económicas y políticas, y un aumento de agentes en las calles como prevención.
El presidente Clinton destacó el descenso de la tasa de criminalidad, pero sostuvo que
el crimen sigue siendo un problema en las comunidades demasiado remotas. Por
su parte, la procuradora general Janet Reno elogió las estadísticas pero advirtió que
si bien los descensos son reales y van más allá de un dato estadístico, aún no
hemos ganado la guerra contra el crimen. El informe agrega que durante 1997 se
registraron más de 9860 crímenes relacionados con odios de diferentes motivos. De ellos,
5900 tienen su origen en las diferencias raciales, 1500 por creencias religiosas, 1375 por
orientación sexual y más de 1080 por orígenes étnicos.
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