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El fallo fue una bomba en un Chile polarizado

Pronunciamientos del ejército y represión de los carabineros  contra pinochetistas y antipinochetistas por igual signaron el Día  del Juicio en Chile, que impugnó la extradición del dictador.

Carros hidrantes disparan contra manifestantes en Santiago.
Los pinochetistas apedrearon las embajadas española y británica.

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t.gif (67 bytes)  De un lado descorcharon varias botellas de champagne. Del otro, guardaron las velitas que iban a soplar simbólicamente en festejo del cumpleaños número 83 de su líder y agredieron llenos de bronca a los periodistas. Mientras los detractores y partidarios de Augusto Pinochet realizaban manifestaciones, luego reprimidas, en respuesta al fallo de la Cámara de los Lores británica contra la inmunidad del ex dictador, el presidente chileno Eduardo Frei anunció que pedirá hoy al gobierno británico la impugnación de la extradición del ex dictador a España y llamó en forma urgente a una reunión del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), un organismo dominado por las Fuerzas Armadas. El ejército chileno volvió a pedir la libertad de su “comandante en jefe benemérito” y el canciller José Miguel Insulza viajará hoy a Londres para gestionarla.
Hace exactamente un año, en una cena celebrada en Casa Piedra, el centro de eventos más elegante de Chile, Pinochet fue recibido para festejar su último cumpleaños como jefe del Ejército con su canción favorita, el himno nazi “Lili Marlene”. Después, sus partidarios le dedicaron la famosa canción mexicana “El rey”. Por la tarde, como un signo de impotencia, ocho jóvenes se habían acercado al edificio de las Fuerzas Armadas para regalarle al ex dictador en su natalicio un pasaje a Madrid con la leyenda “Air País Libre”. El juez español Baltasar Garzón ya había abierto un proceso contra Pinochet por genocidio y terrorismo de Estado.
Desde la detención del ahora senador vitalicio en Londres, pedida por el mismo Garzón, y especialmente a partir de la decisión de los lores británicos, los festejos y los signos de impotencia cambiaron de bando y difícilmente alguien pueda cantarle el “Feliz cumpleaños” al ex dictador. Augusto Pinochet Hiriart, hijo del dictador, dijo en la sede de la Fundación Pinochet que su padre está siendo víctima de una confabulación internacional socialista y exhortó a defender la soberanía de Chile, “que no ha bajado la cabeza ante ninguna potencia a lo largo de su existencia”. El presidente de la organización, general (R) Luis Cortés Villa, dijo que este fallo invita “al odio” generado “por la izquierda” y que en este contexto, si el gobierno “no hace lo que tiene que hacer”, el malestar “va a ser cada día peor”.
“Estoy emocionada y satisfecha”, dijo desde Madrid la diputada socialista Isabel Allende, hija de Salvador, el presidente derrocado por Pinochet. “Nuestra democracia y nuestra transición no tiene ninguna amenaza y la gente tiene que entender que es un proceso judicial”, dijo Allende. Los comunistas también festejaron el fallo. “Esto es lo más grande que haya ocurrido”, señaló la secretaria general del Partido Comunista Chileno (PCCh), Gladys Marín. Pero la Democracia Cristiana pidió serenidad, y el líder y presidenciable socialista Ricardo Lagos volvió a reclamar que Pinochet sea repatriado a Chile.
Los carabineros reprimieron por igual a los partidarios y detractores de Pinochet. Cientos de estudiantes que se dirigían felices a la Plaza Italia –uno de los centros tradicionales de manifestaciones en Santiago– fueron atacados con carros hidrantes, mientras a los comunistas se les impidió la realización de un acto en Plaza Los Héroes, cerca del palacio presidencial de La Moneda. Los simpatizantes del ex dictador intentaron protestar por el fallo de los lores frente a las embajadas británica y española, pero también fueron dispersados por la policía. Sin embargo, frente a la sede de la Fundación Pinochet, los derechistas estuvieron menos pasivos: agredieron a pedradas a varios periodistas extranjeros que estaban cubriendo las reacciones en esa entidad. Estos periodistas fueron acorralados en un pasaje cercano a la Fundación y los carabineros los salvaron de que fueran golpeados nuevamente.
El ejército volvió a pedir ayer la libertad de Pinochet y consideró que “el fallo de los lores ofende de manera gravísima la soberanía y la dignidad de nuestra patria”, según el vocero de la institución, coronel Alfredo Ewing. El ex comandante en jefe de la Armada y actual senadordesignado, Jorge Martínez Busch, llamó al gobierno a “reconocer que este es un problema de Estado y político y no sólo judicial”.
“El gobierno no aceptará presiones de grupos, cuyas acciones y declaraciones han contribuido a una situación ya de por sí difícil”, dijo el presidente Frei antes de la reunión del Cosena, y a la vez evitó mostrar hacia el exterior los signos de molestia que evidenció cuando su par español pidió la extradición de Pinochet. En ese momento, había ordenado el regreso del embajador chileno en España, Sergio Pizarro, quien volverá a la capital española en los próximos días, según anunció ayer Insulza. Esta comitiva es quizá la última esperanza del gobierno chileno para sacar las papas del juicio a Pinochet del fuego que ya se desató dentro de Chile.

 


 

SALVO LE PEN, TODA LA CLASE POLITICA FESTEJO
En Francia, le jour de gloire

t.gif (862 bytes) La Asamblea Nacional francesa estalló en una lluvia de aplausos cuando el diputado comunista que estaba en la tribuna anunció la decisión de la Cámara de los Lores. Desde el primer ministro Lionel Jospin hasta el presidente de la República, Jacques Chirac, la clase política de Francia saludó con entusiasmo y hasta con incredulidad la continuidad del arresto de Augusto Pinochet. Los únicos que defendieron al general fueron sus aliados ideológicos y metodológicos de la extrema derecha del partido Frente Nacional. Este grupo, que pesa en Francia el 15 por ciento de los votos, consideró que la decisión de los lores era un “crimen de Estado hispano-británico”.
Con el “realismo” que lo caracteriza, Jospin expresó su “sorpresa” y su “alegría” a la vez que señaló que el anuncio de los lores británicos “era una mala noticia para los dictadores”. Más globalmente, el primer ministro indicó que tenía “la impresión de que el camino hacia la justicia internacional, la idea según la cual ningún crimen puede quedar impune, acaba de progresar a través de una vía algo inesperada, pero muy simbólica”. Chirac salió de la reserva que había mantenido hasta ahora y declaró que resultaba “inaceptable que los crímenes permanezcan impunes”. El mandatario pidió luego que “se haga toda la luz sobre los crímenes de Pinochet”. “Mal tiempo para los dictadores”, dijeron los ecologistas mientras que los comunistas, a través del secretario general del PCF, Robert Hue, consideraron que se trataba de “una excelente noticia para quienes defienden la libertad y la democracia”. La derecha francesa se sumó a la algarabía poniendo sobre todo de relieve “la victoria de los derechos humanos sobre el derecho de los Estados” –Alain Madelin, democracia liberal–. El centroderecha de la UDF, el partido del ex presidente Valery Giscard D’Estaing –que recibió a Massera en París–, estimó que éste era un día que “quedaría en la historia porque representa la aparición de un orden jurídico internacional”.
Todos los sectores que militan desde hace años en Francia a favor de una instancia judicial internacional independiente ven en la decisión de los lores una puerta abierta hacia esa jurisprudencia. Esa es la opinión de la Federación Internacional de las Ligas de los Derechos Humanos y de unos cuantos juristas independientes del país. El rechazo de la inmunidad a Pinochet suscitó una indescriptible ola de alegría entre los residentes chilenos en Francia. La Coordinación franco-chilena contra la impunidad organizó una fiesta en la Municipalidad del Distrito 19 de la capital donde acudieron vecinos, curiosos, chilenos y militantes de los derechos humanos que entonaron con infinita satisfacción un feliz cumpleaños muy especial dedicado a Pinochet: “Feliz cumpleaños, concha de tu madre”. La primera fractura política provocada por el caso Pinochet apareció en el curso de esta reunión. Al igual que en otros países de Europa, la Coordinación pidió en la capital francesa la renuncia de los ministros de izquierda que forman parte del gobierno de Eduardo Frei. El responsable de la Coordinación, Marcelo Calfuquir, no escondió su desconfianza ante la actitud asumida por el socialista y candidato presidencial Ricardo Lagos, que, aseguró, “no adoptó una posición clara en favor del pueblo”.
La emoción por la manifestación de una justicia tardía e inesperada predominó ayer en todas las reacciones. “Por segunda vez en este siglo, los británicos dan el empujón que faltaba a una dictadura latinoamericana”, decía el esposo francés de una chilena, recordando que la guerra de las Malvinas terminó con la dictadura de los asesinos argentinos y ahora la Justicia de Gran Bretaña pone punto final a la carrera impune del general más alabado por las democracias occidentales. “El modelo chileno mostró su verdadera cara”, decía un exiliado chileno:”El de la vergüenza, el de los pactos para el perdón y el olvido, el del miedo de una democracia que no se atreve a caminar sin hacer la venia”. Por último, Danielle Mitterrand, la esposa del difunto presidente socialista francés François Mitterrand y presidenta de la asociación France Libertés, saludó también “el día histórico” declarando que “ahora ningún dictador se puede sentir tranquilo”. La frase vale por lo que pesa en la actualidad francesa. En momentos en que toda Francia se congratula por lo que decidieron los lores británicos, París organiza la cumbre franco-africana. Es decir, actualmente se encuentran en la capital francesa, con rango de presidentes, dictadores de renombre internacional.

 

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