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Por Eduardo Videla Eliana Díaz (40) ya no tendrá que dar explicaciones cada vez que haga un trámite con sus documentos de identidad. Un juez civil de Mendoza ordenó al Registro Civil, que borre para siempre de la partida de nacimiento su nombre original, Alfredo Díaz, y lo cambie por el que ella utiliza desde hace años. Se trata del segundo caso en el país en que se legaliza un cambio de sexo Eliana se había operado en Chile hace tres años, pero el primero que se registra en el interior. Este fallo me cambió la vida, me da la libertad de vivir sin ofender a nadie ni ser discriminada, dijo Eliana a Página/12. Trabaja como peluquera desde los 13 años, es actriz vocacional, estudia canto lírico y quiere especializarse en minoridad y familia. Quiero devolverle a la sociedad mendocina todo lo que hizo por mí, dice. Ahora se prepara para cumplir con un viejo anhelo: adoptar un niño. Eliana había iniciado el reclamo legal en agosto de 1997. Ayer, el juez civil Horacio Gianella ignoró presiones y sugerencias propias de una sociedad conservadora y dictó la sentencia por la que legaliza el cambio de identidad y de sexo, con los siguientes argumentos: u Los informes médicos y psiquiátricos indicaron que Eliana Díaz llevaba una vida propia de una mujer, y que su situación se considera irreversible. u Si bien la mayoría de los reclamos en el país fueron denegados por la Justicia, el juez consideró el antecedente de Mariela Muñoz (ver recuadro) y jurisprudencia vigente en países europeos desde 1982. u Pese a que en la Argentina no hay una ley que autorice el cambio de identidad sexual, el juez tomó en cuenta el derecho a la identidad personal, incorporado a la Constitución nacional mediante la adhesión al Pacto de San José de Costa Rica. u Por último, el juez consideró que si denegaba el pedido, habría incurrido en una violación a la ley antidiscriminatoria. La habría condenado a un estado de discriminación permanente, dijo el juez a Página/12. El abogado Marcelo López, patrocinante de Eliana, explicó que su cliente nació con una alteración congénita que la OMS ha catalogado como disforia de género: tiene atributos sexuales masculinos pero atrofiados y presencia de hormonas femeninas. Yo ya nací rarita explica Eliana, en términos más sencillos . Siempre llevé una mina en el alma, pero recién en 1995, gracias a la ayuda de una gran amiga, pude reunir el dinero para operarme, relata. La intervención estuvo a cargo del cirujano chileno Antonio Sales Vieira. Según los informes de los peritos, Eliana tiene cara, figura, gestos y ademanes femeninos; su voluntad es vivir como una mujer y no existen posibilidades de cambio. Categóricos, sostienen que no es ni homosexual ni travesti sino transexual, y su situación es irreversible. A la misma conclusión llegó el juez Gianella, después de indagar durante 40 minutos sobre su drama. Eliana recuerda: Pasaba calores graves cada vez que tenía que presentar mis documentos, ante un trámite. Me decían: el señor tiene que venir personalmente. Muchas personas se sentían ofendidas, creían que las estaba cargando. Y a cada uno tenía que darle explicaciones. Vive sola desde que falleció su madre, hace un año. Y no tiene pareja. En una sociedad tan conservadora como la mendocina es muy difícil. La gente es muy prejuiciosa y a mí ya me conocen todos, estoy requemada, justifica. Yo nunca me vestí de mujer. Siempre fui mujer, sin necesidad de estar producida, afirma. Aclara que nunca ejerció la prostitución y, tal vez por eso, jamás tuvo problemas con la policía. Hace un tiempo, recuerda, fue discriminada por un instituto terciario, donde no le permitieron cursar psicología social por su condición sexual. Ahora quiere aprobar sus asignaturas pendientes: aprovechando su registrode soprano, cursa canto lírico con dos notables profesores mendocinos. Practica danza y teatro, y el año próximo estudiará Minoridad y Familia en la Universidad del Aconcagua. Allí, dice, quiere prepararse para trabajar pero también para ser madre. ¿Desde cuándo siente la necesidad de tener un hijo? Desde hace mucho. El tema de la identidad siempre fue una traba: hubiera tenido que explicarle a mi hijo una situación muy complicada. Ahora es distinto. Sólo tengo que contarle, cuando crezca, cómo fue la historia de su madre. Eliana podrá votar al fin en una mesa femenina, el año próximo. Pero el fallo resolvió apenas una parte de su vida. Es imperiosa una legislación que contemple estos casos: no sólo el cambio de identidad sexual sino la posibilidad o no de contraer matrimonio o de adopción, opinó el juez.
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