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Por Ariel Greco desde Córdoba El entrenador Rubén Magnano se acercó a Héctor Oscar Campana y le preguntó: Pichi, ¿qué te parece el nuevo extranjero, Tony Farmer? Me cayó bien. Es más jodón que yo contestó el jugador. Además de ser una de las figuras de Atenas, el ayuda base es uno de los líderes del plantel más exitoso de la historia del básquet argentino, del cual es hombre record. En charla con Página/12, Campana analizó el presente de la Liga y de su equipo, contó su relación con la gente y atacó a los dirigentes de la Asociación de Jugadores. ¿Qué análisis hace de lo que se lleva jugado de la Liga? Boca y Atenas asoman de nuevo como los dos equipos más fuertes. Son los más completos, los que llevan más tiempo trabajando juntos y eso se nota. Después se emparejó, pero para abajo. Si bien la paridad es sana, ha sido para abajo porque varias figuras están jugando en Europa y eso les ha restado nivel a los equipos. Si se sacan cuentas, hay más de diez jugadores de primer nivel que están en otros lugares y para una Liga como la nuestra, donde no sobran los jugadores, es demasiado. ¿Por eso hay resultados bajos? Son distintos factores. Cambió la forma de jugar al básquet, ya no hay muchos equipos que busquen correr y tirar. También se ha mejorado en defensa, que han progresado muchísimo. Es una tendencia en todo el básquet mundial. Es bueno porque la gente está empezando a tomar el gusto de ver que su equipo defiende bien y se preocupa en ese aspecto. ¿Y Atenas en particular? Dimos la ventaja de no contar con Marcelo por 20 partidos y no encontrar una pareja de extranjeros fija. A pesar de ello, el equipo reaccionó muy bien. Se nota que las pautas de juego las tenemos bien conocidas. Eso nos permitió suplir las ausencias. ¿Cómo conviven con la presión de tener que ser campeón siempre? Ya estamos acostumbrados. Estar en Atenas significa tratar de salir campeón siempre. El segundo puesto no se festeja. Todos los integrantes de Atenas estamos habituados a que la consigna es ser los mejores. En el fútbol se habla de que los equipos que consiguen algo se aburguesan, algo que a Atenas no le ocurre. ¿Es verso del fútbol o ustedes tienen una fórmula especial? No sé. No conozco bien cómo es ese tema en el fútbol. Lo cierto es que Atenas lleva una aplicación que le ha permitido estar siempre entre los primeros. Pero es fundamental la constancia y tener bien claro los objetivos. No hay que relajarse nunca y tratar de dar lo máximo posible cada vez que toca jugar. Así no hay posibilidad de aflojarse. Este año usted superó los 500 partidos ante Gimnasia de Comodoro y los 13.000 puntos ante Regatas. A esta altura de su carrera, ¿qué significan esas marcas? Son números, pero una satisfacción sobre todo por lo que representan para la gente. Que los hinchas se preocupen porque en tal juego vas a llegar a tanta cantidad de puntos es algo muy trascendente y lo tomo como tal. Si bien esto es un juego grupal donde lo más importante es lo que consigue el equipo, uno tiene mucho orgullo por las marcas que logra. Aunque el reconocimiento de la gente es lo más lindo que queda de eso. ¿Cómo se conjuga en un goleador los intereses propios con los grupales? Particularmente, siempre antepuse los objetivos del equipo por sobre los personales, así uno meta 30 puntos o apenas 2. Se puede estar contento porque se tuvo una buena actuación pero si tu equipo no gana, la alegría no es completa. Si no triunfás, los puntos no sirven.Siempre lo he pensado con ese concepto. Milanesio dice que usted es el jugador con mayor instinto asesino que conoció en una cancha. Todavía no maté a nadie (risas). Siempre me entregué al máximo y dejé todas mis energías en cada encuentro, porque lo siento así. No es nada en especial, es mi forma de encarar el deporte y la vida. ¿Qué imagen dejó la huelga de principio de temporada? Creo que no demostramos una posición coherente. Después de tres meses realmente no me quedó claro por qué se levantó. El objetivo de la séptima ficha por el cual se había planteado la huelga no se logró. No sé bien lo que pasó, pero me parece que no fuimos todo lo fuerte que debimos haber sido. No entiendo. Si en una elección en la que participaron todos los jugadores se votó por unanimidad que si no se conseguía cierto reclamo se iba al paro, después no se obtuvo nada y no se fue a la huelga... La gente que dirige la Asociación de Jugadores sabrá cuál es su responsabilidad. Yo no estoy ahí. Más allá de que la comparación no sea del todo válida. ¿Qué piensa de la posición de los Jugadores en el conflicto de la NBA? Tengo una noción muy superficial, pero es obvio que están muy unidos y que saben muy bien lo que quieren. Eso de por sí es muy positivo. ¿Que sensación le dejó el tema de la Selección? A mí nada. No estuve (risas). Pero podría haber estado. Sí, muchos lo creen, pero lamentablemente el técnico pensó diferente.
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