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Graciela se tiene fe contra las encuestas

En una caminata por Florida, los frepasistas aseguraron que los encuestadores los llaman para modificar sus pronósticos.   Fernández Meijide confía en hacer diferencia en Capital y provincia.

Graciela Fernández Meijide, toda sonrisa, junto a Chacho Alvarez.
Terminaron su campaña en la ciudad que consideran bastión del Frepaso.

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Por Fernando Cibeira

t.gif (67 bytes) Con el lento recorrido a pie de siete cuadras de Florida, Graciela Fernández Meijide cerró ayer su campaña. En el caluroso trayecto recibió besos, flores y regalitos y sólo unos pocos gestos de fastidio de los oficinistas apurados que veían la peatonal porteña todavía más congestionada que de costumbre. Con todo, el dato más festejado fue ajeno al acto. Según refirieron dirigentes del Frepaso, el encuestador Manuel Mora y Araujo los había llamado para avisarles que estaba “cambiando todo”, en referencia a su último sondeo en el que había puesto a Fernández Meijide 18 puntos abajo de Fernando de la Rúa en la Capital Federal. Entonces en la caminata hubo sonrisas y dirigentes augurando que todavía “no hay nada definido”.
Entre saludo y saludo, Carlos “Chacho” Alvarez analizaba lo que podría pasar el domingo. “Necesitamos que vayan a votar entre 300 y 500 mil personas más de lo previsto en Capital y el Gran Buenos Aires, no es imposible”, decía y especulaba con que la gente se engancha con las elecciones en las últimas 48 horas, mientras trataba de despegarse de un cubano insistente que le mostraba su pasaporte a todo el mundo. Cuando habló con la prensa, Fernández Meijide insistió en su convocatoria a “millones” de independientes para que se acerquen a votar. La situación para ellos está clara: De la Rúa gana en el interior, Graciela descuenta en Capital y GBA, por lo que necesita muchos más porteños y bonaerenses que la voten. En el Frepaso recordaban ayer que la Capital es el lugar en el que nació el Frepaso y que por eso ahora esperan que sea el lugar desde donde puedan edificar un nuevo triunfo.
“Mora y Araujo nos llamó. Ya empezaron a abrir el paraguas”, se entusiasmaba un legislador que trabajó en la campaña de Graciela y que aseguraba que no sólo Mora sino todos los encuestadores estaban errados. “No es nuevo, en octubre (de 1997) nos pasó lo mismo”, agregaba a un costado de la delegación de dirigentes que acompañaba a Graciela, porque “no me interesa tanto salir en las fotos”. Un joven le dedicó un rebuscado piropo a la candidata. “Si Valeria es una Mazza, vos sos una confitería entera”, le dijo y le regaló una rosa blanca. La flor terminó luego en brazos de una discapacitada que se acercó en silla de ruedas a regalarle uno de los muñecos que vende en una mesa en la esquina de Lavalle.
Graciela besó a las estatuas vivientes, ya características de Florida. Uno de ellos, disfrazado de rey, le levantó la mano. Luego se acercó a un negocio de ropa y las vendedoras, en minifalda, salieron a saludarla. “¿A quién aplauden ustedes?”, les dijo después a quienes la acompañaban. La lista era larga. Había diputados como Rodolfo Rodil, Darío Alessandro, María América González y Nilda Garré, y legisladores porteños como Aníbal Ibarra, Abel Fatala, Eduardo Jozami y Raúl Puy. En Diagonal Norte todo terminó con una suelta de globos celestes y blancos y el “Se siente, se siente, Graciela Presidente”. Hoy comienza la veda y Fernández Meijide ya no podrá seguir reclamando la participación que necesita para dar vuelta las encuestas. “No digo que vayan a votar sólo por mí. Una interna chica al único que beneficia es a Menem”, reiteró ayer por última vez.

 

Menem exorciza al Diablo

Todavía no fue electo el candidato a presidente de la Alianza pero el presidente Carlos Menem ya empezó a pegarle. “Espero que mi sucesor sea peronista porque si no esto por lo cual tanto hemos trabajado se va al diablo”, sostuvo sin muchas vueltas Menem ayer en un discurso en Quilmes por el Día del Empleado Municipal. Para el Presidente, los opositores son “gorilas, como en el ‘55” y que, por eso “realizan una tremenda campaña de desprestigio, como lo hicieron en otro tiempo con el general Perón”.
Menem no le quita el ojo a la interna aliancista. El domingo seguirá las alternativas de la elección desde la Quinta de Olivos. Se estima que para cuando salga el Tango 01 que lo llevará de gira a Japón, a eso de las 21, ya se conocerá el resultado de los comicios.
Mientras, como para ir calentando motores, se dedicó a atacar a la oposición. “¿Cuál es el proyecto que tienen? La respuesta es sencillamente derrotar a Menem”, se preguntó y se contestó. Y volvió a decir que si gana la Alianza “se tira por la borda el año que viene todo lo que hemos realizado”. Además, y en referencia a la posibilidad que asuma la conducción del justicialismo hasta el 2002, aseguró que “el candidato que surja de las internas del PJ en abril, tenga la certeza de que este presidente le va a poner el partido a su disposición y lo va a acompañar por todo el país”.


OPINION
La lección de D’Alema
Por Mario Wainfeld

Cuando Massimo D’Alema, actual primer ministro de Italia y fundador de la coalición centroizquierdista del Olivo, visitó la Argentina aconsejó a los dirigentes de la Alianza que eligieran sus candidatos por consenso y no realizaran internas. El fundamento del italiano, basado en su propia experiencia, es sensato: una interna entre dos partidos que acaban de unirse es mucho más compleja y riesgosa que la de uno con historia e identidad definidas. Pone en riesgo su propia existencia, lo que obviamente no puede ocurrirle a una fuerza consolidada. Divide en vez de unir.
Parafraseando a D’Alema o trayendo su consejo para acá, las internas no destruyen a los partidos ni generan odios eternos. Un radical o un peronista, supongamos de Lanús, odia full time y dedica buena parte de sus energías a sacar de la pista a otros radicales o peronistas de Lanús. Tiene broncas considerables con otros de la zona sur del conurbano y enconos (negociables y mudables) con dirigentes de primera línea de la provincia de Buenos Aires. Pero tiene firmes afinidades con compañeros o correligionarios de otras latitudes del país. Si se ven, se emocionan recordando a Evita o a Illia, hablan parecido, suelen vestir en forma similar, arrastran culturas políticas que la interna no pone en duda. Discuten quién es más radical o peronista, jamás ponen en tela de juicio que ésas son identidades inmejorables.
La interna de una coalición incipiente (la de la UCR–Frepaso) ofrece el riesgo de cuestionar la propia existencia del otro, la de consolidar una identidad preexistente y hasta fosilizarla en desmedro de la que se está gestando.
El consejo de D’Alema parecía sabio en abstracto pero era imposible llevarlo a la realidad, por varios motivos. El principal: los dos términos de la Alianza tenían candidatos muy potentes y no estaban en voluntad (ni tal vez en posibilidad) de bajar al propio. Otro es que la mayoría de los adherentes de la Alianza formuló un reclamo dual y paradójico: rechazaba los candidatos elegidos por acuerdo de cúpulas (por recelo al dedo, al contubernio, etc.) y al mismo tiempo se fastidiaba cuando la competencia interna llegaba a un nivel de cierta excitación.
Así las acusaciones cruzadas o las críticas debilitaron a la oposición pero cuando De la Rúa y Fernández Meijide intentaron polemizar sin chicanas ni pimienta en el programa televisivo de Joaquín Morales Solá, la queja sobre “el debate sin debate” fue también unánime.
Queda dicho que los aliados no pudieron seguir al pie de la letra el concejo de D’Alema pero sí lo adaptaron a sus circunstancias. Compitieron pero cuidando de no romper lo que produjo, contra todo lo que dijo, una interna mucho más light que la de cualquier partido tradicional. Los cierres de campaña de ayer son un módico botón de muestra. El riesgo de la ruptura obligó a los socios recientes a sobreactuar su cortesía, así como en las otras internas la similitud natural exacerba la necesidad de enfatizar y dramatizar las diferencias. No se concretó el escenario que aterraba a D’Alema. Por el contrario, todo indica que la Alianza sobrevivirá a su interna. Si por añadidura, como preanuncian analistas y encuestas, hay una votación masiva, la oposición saldrá fortalecida después del domingo. Lo va a necesitar para enfrentar una pelea aún más ríspida que la de los dos primeros candidatos: la de la conformación de las listas nacionales y provinciales que, ésas sí, se harán sin la inapelable mediación del votante y a cara de perro.

 

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