|
Por Cledis Candelaresi Los gobiernos provinciales, a través de sus legisladores en el Congreso Nacional, lanzaron una embestida sobre el presupuesto. Oficialistas y opositores pretenden triplicar los cupos que Economía asignó para la promoción de inversiones agrícolas. Algunos diputados justicialistas, en tanto, buscan limitar las facultades del jefe de Gabinete para reasignar partidas presupuestarias. El objetivo es que Jorge Rodríguez no pueda tocar los fondos especiales que benefician al interior, que suman no menos de 900 millones de pesos por año. Humberto Roggero, acompañado por diputados de partidos provinciales, remató la avanzada reclamándole al presidente Carlos Menem que garantice la realización de obras públicas más allá de la General Paz. A semejanza de lo que hizo cuando envió al Parlamento, el presupuesto para el año en curso, Economía dispuso que La Rioja, Catamarca y San Juan dispongan el año próximo de un cupo de 5 millones de pesos para la promoción de proyectos agrícolas. Bajo este régimen, que permite pagar dentro de 10 o 15 años los impuestos que se devengan hoy, están desarrollando emprendimientos Cresud, del grupo Soros, y empresas de los holdings encabezados por Santiago Soldati y Eduardo Eurnekian. Pero tal cual hicieron hace un año, los legisladores de ambas cámaras están dispuestos a modificar el presupuesto para extender el régimen a otras provincias (Santiago del Estero, Mendoza, Formosa, Salta, Jujuy, Tucumán, Chaco, Córdoba, Misiones y San Luis), elevando de 5 a 15 millones el monto del cupo. Así, a lo largo de toda la promoción, el Estado resignaría 300 millones en lugar de los 100 que había pautado Economía. El año pasado, el Poder Ejecutivo vetó esa modificación, pero el Parlamento la dejó en firme insistiendo con el voto de los dos tercios de sus miembros. El primer capítulo de esta misma película se volverá a proyectar el miércoles en Diputados cuando, a instancia de oficialistas y opositores, se vote aquel retoque. Otra de las inquietudes parlamentarias giran en torno de las potestades que la ley otorga al jefe de Gabinete para modificar el presupuesto. Jorge Rodríguez tiene entre sus atribuciones redactar el decreto reglamentario de la ley, con la posibilidad de reasignar partidas. Esta es la atribución más controvertida, que ya objetaron en otra oportunidad tanto justicialistas como opositores. Por ella, el Poder Ejecutivo puede modificar lo que votó el Congreso después de arduas negociaciones. El justicialista Marcelo López Arias lo planteó sin vueltas en la reunión de bloque de esta semana: es necesario limitar aquellas facultades, para que Rodríguez no pueda reasignar el dinero que integra los fondos Eléctrico, del Tabaco o Vial, alimentados con impuestos y distribuidos entre las provincias. La preocupación del diputado y otros miembros de la bancada oficial está centrada en este punto. Por eso el planteo consiste en incluir en el Presupuesto un artículo que limite las potestades de Jefatura, aunque sólo para resguardar los fondos específicos. Nada garantiza, sin embargo, que en los próximos días la discusión sobre las atribuciones del jefe de Gabinete no promueva objeciones más amplias, sumando en el ataque a la oposición, tal como ocurrió hace un año. Rodríguez, entre otros alcances de la mencionada atribución, también está facultado a aumentar gastos sin autorización parlamentaria, en caso de conseguir deuda externa para cubrirlos. Según admitió ante Página/12 unos de los diputados del PJ con más llegada a la Rosada, Menem instruyó expresamente a los gobernadores para que no presionen sobre el presupuesto con el afán de obtener mayores recursos. Pero en vísperas de un año electoral, los mandatarios resolvieron desoír ese mandato, utilizando el correo de sus legisladores. El jueves por la noche, Roggero y López Arias se sentaron en Olivos juntoa varios diputados de partidos provinciales para pedirle al Presidente que garantice la construcción de caminos en el interior. También quisieron garantías de que no se rebajará un peso del Plan Trabajar, paliativo con el que muchos intentan disimilar la desocupación y, a veces, hacen proselitismo.
|