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No era fuerte y se quedó sin alma

El Banco Almafuerte, que padeció una fuga del 35% de sus depósitos, será desguazado. Otra cooperativa cierra. Avanza la concentración.

Ocho bancos se dividieron las 48 sucursales de la entidad.
El lunes se hacen cargo de esas agencias y de toda su operatoria.

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Por Pablo Ferreira

cua3.gif (8738 bytes)t.gif (67 bytes) El Banco Almafuerte se sumó ayer a las estadísticas de entidades desaparecidas. Pasado mañana, el banco cooperativo, que sufrió desde agosto pasado una fuga del 35 por ciento de sus depósitos, quedará desguazado entre ocho bancos. Entre los que heredarán al Almafuerte figuran el BBV–Banco Francés, el Galicia, el Credicoop y el Bisel.
La desesperada operación de salvataje de sus 48 sucursales y casi 500 empleados pudo ser mantenida en secreto hasta ayer por Pedro Pou, titular del Banco Central. El funcionario timoneó las sigilosas negociaciones a lo largo de casi tres semanas, lapso en buena parte del cual debió afrontar también las tratativas finales del traumático traspaso del Banco Mayo.
“Lamentablemente se filtró la noticia antes de lo debido”, admitió ayer a Página/12 un vocero de la entidad monetaria manifestando la contrariedad de Pou por el trascendido del estado terminal del Almafuerte. El mandamás del Central pretendía mantener silenciado el desguace hasta pasado mañana, día en el que se prevé reabrir las sucursales con otro nombre. Ayer se apuraban las firmas de los contratos de transferencia.
El derrumbe del Banco Almafuerte, que preside Enzo Ignazi y cuya red de sucursales se concentra sobre todo en el área metropolitana (16) y en la Mesopotamia (12), fue seguida cua4.gif (15888 bytes)por la calificadora de riesgo Thomson Bank Watch. Según destacaron en esa compañía a este diario, el banco regional, entre cuyos principales deudores figuraban Boca Juniors, Yoma, Gatic y Massuh (ver cuadro), venía empeorando su nota desde hace tres meses hasta alcanzar en los últimos días la calificación CCC. Esta evaluación significa que “existen factores que pueden aumentar significativamente el riesgo de incumplir los términos pactados”.
De hecho la calificadora verificó una caída del 35 por ciento en los depósitos del Almafuerte desde fines de agosto pasado. Este porcentaje implica una pérdida de más de 80 millones de pesos, que se concentró, además, en las últimas semanas. Al mismo tiempo, el fuerte drenaje le provocó un desajuste en los requisitos mínimos de liquidez exigidos por la normativa, por lo que debió recurrir al auxilio del Banco Central a través de redescuentos. El directorio del Almafuerte había aprobado, días atrás, una solicitud máxima de 40 millones de pesos en ese tipo de préstamos.
De todos modos, Pou ya conocía desde hace bastante tiempo los pésimos indicadores de esta entidad. En agosto, según la propia información de la Superintendencia de Entidades Financieras, el 25 por ciento de la cartera de crédito del banco regional se encontraba en situación irregular. Además, su riesgo crediticio en relación a su patrimonio –del 70 por ciento– casi cuadruplicó el promedio del sistema bancario. En tanto, la incobrabilidad potencial multiplicaba por 7 el nivel general de las entidades financieras y la cartera vencida (16 por ciento) era diez veces superior. Tres meses atrás la ineficiencia ya era notoria en el Almafuerte con relación al promedio del sistema: sus depósitos por sucursal alcanzaban 6,1 millones de pesos, cuando el conjunto de entidades manejaba el triple (18,4) de esa cifra.
La lista del reparto de sucursales, personal y ahorristas, de acuerdo a la información oficial, pone a la cabeza de los beneficiados a los bancos Macro-Misiones y Credicoop, con 10 casas cada uno, seguidos por el BBVBanco-Francés y el Río Negro que se anotaron con 9 en cada caso. El Galicia (5), San Juan (2), Bisel (2) y del Suquía (1) completan el cuadro.
Respecto de la situación de los 480 trabajadores que serían absorbidos junto con las casas adjudicadas, desde La Bancaria señalaron que “el problema es que el Central trata de favorecer a los bancos limitando los derechos de los trabajadores”. Al respecto, Eduardo Verrozpe, secretario de prensa del gremio, aclaró que de acuerdo a los convenios que está haciendo Pou los empleados serán recontratados con la cláusula “ex novo”. Pese a que este sindicato ha logrado en los últimos traspasos de bancos fallidos –aseguró Berrozpe– que los trabajadores mantengan el nivelsalarial y la antigüedad, siguen sufriendo recortes en sus derechos al ser retomados. Por caso, señaló, entre otros, la pérdida de la categoría y la posibilidad de reclamar deudas por accidentes laborales al antiguo patrón.

 

 


 

NEGOCIAN FUSION DE ABRA Y ADEBA
Los extranjeros se unen

t.gif (862 bytes) Las entidades bancarias buscan adaptarse al nuevo mapa del sistema financiero. Un año después del fracaso de la fusión entre la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) y la Asociación de Bancos de la República Argentina (ABRA), los directivos de ambas gremiales retomaron las negociaciones para unirse. El pasaje de los bancos locales a manos extranjeras es la clave en el renovado intento de fusión. Hay entidades, como el BBV Francés o el Río-Santander, que pagan sus cuotas en ambas ventanillas.
Una versión lanzada por Télam dio cuenta ayer que la unificación bancaria se produciría el próximo jueves, durante el tradicional encuentro anual de banqueros organizada por Abra, la entidad que nuclea a los bancos extranjeros. Sin embargo, un banquero consultado anoche por Página/12 relativizó esa posibilidad. Pero admitió la existencia de negociaciones para concretar la fumata. “Más allá de la fecha en que se formalice la unión, lo cierto es que se barajó la posibilidad de que ambas cámaras organicen en conjunto la convención de bancos del ‘99”, comentó el financista.
Hace tres meses fracasó la unión entre Adeba y Abbapra, por entonces comandada por Rubén Beraja, pero en la city no descuentan que se reinicien las negociaciones en algún momento del próximo año. En un intento por desplegarse hacia el interior, el Banco Provincia inició ayer gestiones para gerenciar los bancos Formosa y Chaco, que tenían como principal accionista a los bancos Patricios y luego al Mayo.

 

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