|
El pueblo ya tomó una decisión, porque el pueblo ya se cansó de 20 años de engaño. En efecto, el pronóstico del candidato presidencial favorito de Venezuela Hugo Chávez parece confirmado por los resultados ayer de varias encuestas a nivel nacional que lo ponen en la cima de la intención de voto por 12 puntos. Los partidos tradicionales del esquema bipartidario venezolano el socialdemócrata Acción Democrática (AD) y el centrista COPEI están naturalmente alarmados por estas cifras, y sus bases podrían ignorar a sus propios y desacreditados candidatos para converger en aras de salvar la democracia detrás del independiente democratacristiano Hugo Salas Römer, quien con 37,7 por ciento de la intención de voto es el segundo favorito para las elecciones. El incremento de la intención de voto de Chávez no fue nada menos que dramático. Golpista en 1996, Chávez se recicló con una imagen y declaraciones de populismo de izquierda que alarmaron a la opinión internacional, resultaron sumamente exitosas con su electorado. En las elecciones legislativas del 8 de noviembre, la desordenada coalición izquierdista que lidera, el Polo Patriótico, se impuso con un tercio de las bancas en el Congreso y con 23 de las gobernaturas provinciales. Desde entonces, su apoyo popular no ha hecho más que aumentar, y hoy a sólo ocho días de las elecciones, los sondeos le dan una ventaja aplastante del doce por ciento sobre su principal oponente Salas Römer, el actual gobernador democratacristiano del estado de Carabobo. Con su figura de independiente, Salas se ha transformado en la insignia anti-Chávez, ya que (como el ex golpista) no está asociado con los desprestigiados partidos AD y COPEI. En los últimos días el candidato del Proyecto Venezuela (PV) se está beneficiando de la adhesión de varios candidatos que temen el autoritarismo del ex golpista. Estos grupos plantean crear una coalición para preservar el orden democrático actual en Venezuela. Sin embargo, aún con el apoyo de varios renunciantes candidatos de minoría, Salas Römer sólo cosecha 37.7 por ciento de los votos, factor que hace indispensable el apoyo de la AD y el COPEI. Actualmente el consenso en estos partidos es favorable a una coalición, especialmente dados los pobres niveles de apoyo popular. En las elecciones del 8 de noviembre la AD sólo consiguió un quinto de las bancas, y ayer los sondeos le daban sólo el siete por ciento de intención de voto para su candidato, el septuagenario Lucio Alfaro Ucero. Una dirigente llegó a exclamar: Querrámoslo o no, el único candidato que puede derrotar a Chávez es Salas. El caso del centrista COPEI es aún más serio. Lo que parecía una brillante alianza con la Evita venezolana, la ex miss universo Irene Sáez, se les agrió con el pronunciado descenso de popularidad que sufrió su candidata. Desde que aceptó liderar la lista del COPEI, Sáez vio su 35 por ciento inicial de intención de voto descender hasta 2.7 por ciento. No obstante, ella está tan empecinada como Ucero en permanecer al frente de su partido, y como él se enfrenta a los llamados de sus dirigentes de concentrar el voto democrático (a Salas) para mantener el régimen de libertades. Ni Sáez ni Ucero aceptan esta dictamen, y ambos desafían los reclamos masivos en sus partidos de que renuncien a sus candidaturas. Ucero se pronunció ayer terminantemente en contra de rogarle (a Salas Römer) que acepte nuestros colores. La mayoría de sus correligionarios respondieron con una ordenada insubordinación, y pidieron que sus votantes apoyen a Salas Römer en los comicios. Ya el alcalde de Caracas, que es también el jefe de campaña electoral de Ucero, pidió junto con varios gobernadores provinciales que la AD se alineara con Salas Römer. Por ahora, él se muestra cauto en torno a este vuelco a favor suyo, y subrayó ayer que no existen pactos ni compromisos entre su PV y AD y/o COPEI, aunque agregó que gracias por el apoyo.
|