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Israel se preparaba ayer para responder a una nueva ola de ataques de la guerrilla integrista de Hezbollah, en el sur de Líbano. La muerte de cuatro soldados israelíes en poco menos de 24 horas ha provocado la preocupación del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien volvió ayer urgentemente a Jerusalén para reunirse con sus asesores militares. Su repentino regreso desde Londres supuso la suspensión de la visita oficial y privada que tenía previsto efectuar este fin de semana a España. El gabinete de seguridad se reunirá el domingo para estudiar los medios necesarios para defender la vida de nuestros soldados en el sur de Líbano y la seguridad de las localidades del norte de Israel, afirmó ayer a primera hora de la tarde Netanyahu a su llegada al aeropuerto de Ben Gurión. Pocas horas antes de que se paralizaran las actividades oficiales con ocasión del sabat, el primer ministro se reunió ya con los máximos responsables del Ejército israelí, para empezar a estudiar los métodos utilizados por la guerrilla integrista de Hezbollah en sus últimos ataques y evaluar asimismo las diferentes respuestas bélicas que sus militares están preparando desencadenar contra los fundamentalistas. Pero Netanyahu también hizo claro que la solución podría ser otra. No descarto sin embargo la proposición planteada por el ministro de Asuntos Exteriores, Ariel Sharon, quien sugiere una retirada unilateral de nuestras tropas del sur del Líbano, aseguró Netanyahu, que dejaba de esta manera la puerta abierta a una solución pacífica a la crisis, como reclama un 40 por ciento de la población, según recientes encuestas difundidas por la prensa local. El plan de Sharon contemplaba una retirada gradual del Ejército israelí, a condición de que las fuerzas libanesas tomen el control de cada sector evacuado y que Israel haga saber que responderá muy severamente a cualquier ataque, del que considerará responsable a Siria, cuyas tropas controlan gran parte del Líbano. Esto fue criticado por el experto militar Amir Oren en el diario Haaretz, quien dijo que el plan de Sharon no ofrece ninguna garantía de seguridad. Netanyahu dirigió por otra parte ayer un mensaje a las autoridades libanesas, reclamándoles que desplegaran su Ejército en el sur del Líbano, para que impidan con su presencia las acciones guerrilleras de Hezbollah, lo que en opinión del primer ministro permitiría a su Ejército volver a casa y acatar las resoluciones de la ONU, que ordenaron un repliegue incondicional de la zona. El gobierno libanés tiene ciertamente la capacidad militar de desplegar las tropas que sean necesarias en el sur del país y dar los pasos adecuados para proteger la zona de los grupos terroristas que actúan impunemente desde bases de la región. Sabemos de la presión que ejercen sobre el Líbano Siria e Irán, que apoyan a Hezbollah, pero esto no lo excusa de su responsabilidad directa. Los ataques de la guerrilla integrista de Hezbollah contra Israel se han intensificado en las últimas semanas, después de que se firmaran en Washington los acuerdos de Wye Plantation con los palestinos, duramente criticados por el régimen de los ayatolas iraníes, que a su vez financian la guerrilla chiíta contra Israel. En lo que va del año Israel ha sufrido en la franja de seguridad del sur del Líbano 850 kilómetros cuadrados más de 1100 ataques, los que le han provocado 23 muertos y 104 heridos. Las cuatro últimas muertes, ocasionadas en poco menos de 24 horas, fueron causadas por la explosión de bombas antitanques accionadas a distancia, lo que demuestra la creciente movilidad de la guerrilla integrista, que cuenta con material cada vez más sofisticado. Hezbollah cuenta con 3000 efectivos en el sur del Líbano y podría movilizar hasta 7000. Asimismo, desde 1992 está representado en el Parlamento libanés por nueve diputados y cuentan con un canal de televisión y una estación de radio. El viernes por la mañana, en plena escalada de la tensión, la organización pacifista Las Cuatro Madres volvió a sacar a sus militantes y seguidores en todas las ciudades de Israel, reclamando la retirada simpley llanamente de nuestros soldados del sur del Líbano. Tenemos que salir de allí de la misma manera que hemos entrado, aseguraba una de las responsables y fundadoras de esta organización. La asociación Cuatro Madres, que agrupa a israelíes de todas las condiciones y creencias religiosas y políticas, fue fundada en febrero de 1997, con el único objetivo de poner fin a la guerra en el sur del Líbano y evitar que este conflicto se pueda convertir en el Vietnam de Israel.
IRAN PUEDE CAMBIAR DE LINEA ANTE LOS
INTEGRISTAS Desde
Irán se registró ayer un llamado oficial sin precedentes en pos de un cambio de
estrategia por parte del grupo fundamentalista islámico Hezbollah en el Líbano, lo
que podría tener consecuencias en el conflicto irresuelto entre este país e Israel (ver
nota arriba). La iniciativa provino del presidente reformista Mohamed Jatami, quien instó
al Hezbollah a emprender una guerra santa que sea intelectual, cultural y
política. Jatami, cuyo país fue señalado hasta ahora como la principal fuente de
financiación externa de los extremistas, definió de todos modos a Hezbollah como
pionero de la lucha contra el régimen sionista de Israel, pero agregó que
debe siempre observar las exigencias de la humanidad.
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