Cayó el banco Almafuerte. Enfrentó, sin éxito, una fuga de depósitos y una cartera de deudores difícilmente cobrables. Entre ellos, sorpresa, destaca el Yoma Group. Aunque el 83 por ciento de su deuda se concentró en la banca oficial, el 17 por ciento restante también tiene su historia. Durante el tequilazo, el Nación brindó auxilio a diferentes bancos a condición de que le dieran una mano al ex cuñado presidencial. Algunos hicieron buenos negocios, pero la mayoría igual sucumbió. De los siete bancos privados que se atrevieron a arriesgar algún dinero con el Yoma Group sólo sobreviven tres. Ya habían cerrado sus puertas el Medefin, el Feigin y el Extrader. Ayer le llegó el turno al Almafuerte.
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