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LA IMPRESENTABLE FOJA DEL NUEVO GERENTE GENERAL
Tormenta ética en la ANSeS

Cuando se vaya Bouer y asuma Van Cawlert, el máximo cargo administrativo del ente que paga las jubilaciones será para Eduardo Rondina, echado de una AFJP y denunciado por un banco.

Es mejor que al entrar a la ANSeS los jubilados cuiden su dinero.

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Por Julio Nudler

t.gif (67 bytes) El cargo clave de gerente general de la ANSeS, el organismo que desembolsa los haberes de 3,4 millones de jubilados, será adjudicado de un momento a otro a Eduardo Rondina, actual asesor de Héctor Gambarotta en la Secretaría de Seguridad Social, bajo el paraguas de Antonio Erman González, ministro de Trabajo. Sólo habrá que esperar a que Saúl Bouer, actual titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social, presente por escrito su zarandeada renuncia, hasta el momento sólo verbal, y le legue su despacho a Leopoldo Van Cawlert, un socio de la consultora privada de Santiago de Estrada, actual subsecretario de Desarrollo Social. Pero la sola noticia sobre el inminente nombramiento de Rondina causó algo parecido al estupor en los ambientes jubilatorios, ya que este personaje dejó a su paso por la ya desaparecida AFJP Activa un tendal de víctimas financieras, además de acumular cheques rechazados por falta de fondos en su cuenta del banco Mariva, dueño de aquella administradora, suficientes para ser inhabilitado por el Banco Central. El propio Mariva le otorgó un descubierto para cuya recuperación debió apelar a la vía judicial.
Rondina, como asesor de Walter Schulthess cuando este cavallista detentaba Seguridad Social, estuvo en la cocina de la reforma previsional, sancionada en setiembre de 1993 y puesta en práctica en julio de 1994. El fue asumiendo el papel de defensor público del nuevo sistema de capitalización, apareciendo en notas y reportajes. Sin embargo, resulta muy difícil dimensionar el verdadero papel que jugó Rondina, porque mientras él se adjudica la coautoría de la ley 24.241, que terminó con el reinado del reparto, muy cerca de Schulthess lo recuerdan como un simple asistente, que ayudaba a hacer los cálculos. Como quiera que sea, tan pronto se materializó la reforma previsional, Rondina se cruzó de vereda para ofrecerle sus servicios a Activa por un sueldo de 15 mil pesos.
Joven, simpático, aparentemente solvente, licenciado en Economía en La Plata, no pareciendo alcanzarle ese salario comenzó a captar dinero de sus compañeros de trabajo a través de una “vaquita”, asegurándoles que sabía dónde colocarlo para obtener rendimientos que cómodamente duplicaban los bancarios. Nadie dudó de sus palabras. Algo hipocondríaco, visitaba frecuentemente el consultorio de la jubiladora para tomarse la presión, por lo que se volvió íntimo del médico. A éste le fue fácil así confiarle sus ahorros, pero mucho más difícil le resultó recuperarlos. Fuentes de Mariva indicaron a Página/12 que Rondina habría encauzado la plata –que algunos cifran en 300.000 pesos y otros en bastante más– hacia la mesa de dinero del Banco Integrado Departamental, que acabaría fundiéndose.
En una ocasión, durante la época en que estaba preparándose la fusión de Activa con Anticipar, le planteó al presidente de Mariva que estaba atravesando una circunstancia privada difícil por una separación conyugal. Obtuvo así la autorización para girar en descubierto hasta 50.000 dólares. Prometió restituir los fondos en una semana, pero aquella financiación terminó en los tribunales. Ante la acumulación de evidencias, el banco lo despidió con causa. Mario Ariosa, gerente general de Activa, lo había tomado, y él mismo lo echó. Rondina pareció estar de acuerdo porque no efectuó reclamo alguno, y se volvió al Gobierno.
Ya entonces causó asombro su capacidad de resurrección, porque rápidamente se convirtió en uno de los principales asesores de Carlos Torres, sucesor de Schulthess en Seguridad Social. A despecho de su notoria inestabilidad emocional, Rondina encabezaba las reuniones en que se discutía cómo distribuir a los indecisos entre las administradoras.
En contraste con sus desdorosas andanzas financieras, no parece haber decepcionado profesionalmente a sus jefes, según las opiniones que pueden recogerse, aunque la verdad es que la administradora de la cual era máximo analista –más exactamente, gerente de Planeamiento– optó finalmente por tirar la toalla y ser absorbida por otra. Rondina estaba losuficientemente bien considerado como para que se le encomendara la formación de todo ingresante a la empresa, incluyendo los promotores, y la explicación de la nueva modalidad previsional a los clientes. Nuevamente le tocaba ser la cara visible.
A pesar de estos antecedentes, Rondina ya está instalado en el cuartel central de la ANSeS, revisando papeles en el que será su futuro despacho mientras espera la designación formal, que se deberá más que a nada a la influencia de Gambarotta. Sin embargo, entre los funcionarios de la Superintendencia de AFJP se acordó presionar para que el jefe del organismo, Héctor Domenicone, intente impedir que se consume el nombramiento.
En cualquier caso, todo conduce a las mismas manos. Van Cawlert, que fue ministro de Economía de Salta durante la gestión de Hernán Cornejo, a partir de 1987, se vinculó en 1990 a Erman, cuyo equipo pasó a integrar. Rondina forma parte hoy de este circuito cerrado, y esto explica su curiosa elección. Porque además de sus tropiezos con la plata ajena, él nunca parece haber ocupado cargos ejecutivos. La gerencia general de la ANSeS implicaría para él un salto ornamental.

 

Del rojo al negro

La rentabilidad promedio anualizada de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) sería de 2,67 por ciento, según las primeras proyecciones del sector. De ese modo, el límite superior de rendimiento se ubicaría en 3,47 por ciento y el inferior, en 1,87 por ciento. Diez administradoras acusarían rentabilidades superiores a la media del mercado. Se destacan entre esas AFJP Aracua-Bit, Consolidar, Ethika, Máxima, Profesión Auge, ProRenta y San José. En tanto, la renta mensual oscilaría en el 4 por ciento, y la histórica ponderada anualizada (la que se mide desde el inicio del régimen) rondaría el 13 por ciento, siempre de acuerdo con las primeras estimaciones de la actividad. “Esos cálculos se hicieron en base a noviembre de 1997, período donde se registró uno de los mayores impactos de la crisis financiera”, explicó Guillermo Donadini, gerente de Inversiones de Previnter. A pesar de esos buenos resultados, la tormenta todavía no finalizó. Todo permitiría prever que este retorno a la zona positiva necesita aún fuerza para perdurar en el tiempo. “El panorama del sector puede ser negativo todavía si se mantienen los niveles actuales de cuota-partes. Por ejemplo, marzo arrojaría un rendimiento positivo si el valor cuota aumenta 1,5 punto los próximos cuatro meses”, remarcó Daniel Cagnoni, gerente de Inversiones de Máxima. En esta oportunidad, la recomposición de la cartera de las administradoras provino tanto de las acciones como de los títulos públicos. “Se debe tener en cuenta, sin embargo, que el MerVal estaba en el rango de los 600 puntos en noviembre del año pasado”, señaló Ma-riano Aberastury, gerente de Inversiones de Consolidar. “Mientras que se ubica ahora en 500, después de haber tocado los 400. Este hecho denota un repunte significativo de las acciones”, acotó. Hasta el momento, el MerVal ganó 13,1 por ciento en noviembre. En cambio, el indicador del Mercado de Bonos Argentinos (MBA) marca un incremento del 5,78 por ciento. Por esas circunstancias, algunos portfolio managers de las AFJP afirman que esos papeles públicos contribuyen, en esta oportunidad, principalmente con el rendimiento de sus cupones.

 

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