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Poco
después de conocerse una medida cautelar de la Justicia que ampara la resolución de la
UBA de no pagar más aportes patronales, la cúpula de la Universidad porteña, seguida
por una procesión de cuatro mil alumnos, docentes y no docentes, cerró ayer "la
semana en defensa de la Universidad Pública" con una concentración frente al
Congreso. Allí, la comunidad universitaria reclamó un aumento presupuestario y exigió
el pago de los trece millones de pesos que el Estado adeuda a la UBA de los fondos
previstos para el año que ya se despide. El rector, Oscar Shuberoff, secundado por todos
los decanos, entregó a los legisladores nacionales un petitorio con más de cien mil
firmas avalando el reclamo. "Ojalá que la Cámara de Diputados se haga eco de la
Justicia", rogó Shuberoff.
La puja sostenida por la UBA --y por Shuberoff contra Carlos Silvani, el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP)-- para lograr la misma exención de la que gozan las universidades privadas y otras instituciones productoras de ciencia y tecnología dio su primer paso. La jueza federal Emilia García determinó cautelarmente que la AFIP deberá abstenerse de demandarle a la UBA el pago de los aportes patronales de sus empleados. La casa de estudios había resuelto no pagarlos más, desde octubre pasado, para poder afrontar el costo de los servicios básicos (luz, gas, teléfono) ante la ausencia de las partidas que el Gobierno debía girarle. En su fallo, la jueza argumentó que la Universidad porteña entra dentro de las instituciones descriptas por los decretos que liberan del pago de esas cargas y destacó también que "para el cumplimiento de la obligación requerida por el Estado (el pago de los aportes), la actora (la UBA) necesita los fondos que aquél no gira". Cerca de las 14 de ayer, en Paraná y Rivadavia, comenzó la concentración que luego marchó hasta las barbas del Congreso. "La función del Estado es garantizar la educación pública y está obviando esa responsabilidad", advirtió Lorena Moscovich, de 24 años, estudiante de Ciencia Política, sin dejar de sostener su bandera y seguir la caravana. Y Susana Tamsone, enfundada en su guardapolvo blanco del Hospital de Clínicas, confesó: "No damos más. Siguen cerrando puestos de trabajo". A la altura de Entre Ríos, confluyeron los reclamos educativos: la misma bandera que flameó en la Facultad de Ciencias Económicas con la leyenda "Defiéndala" abrazó la Carpa Blanca. "El Gobierno intenta destruir la Universidad Pública. Y por detrás está la voluntad de trasformar la educación en una actividad elitista", alertó Claudio Katzs, profesor de Sociología. Los docentes cumplieron ayer el segundo día del paro nacional convocado por Conadu, que alcanzó un acatamiento del 80 por ciento, según el gremio. El broche de la protesta llegó cuando el rector depositó en manos de los diputados Rodolfo Terragno y Alfredo Bravo, de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja, una gruesa carpeta con las 100 mil firmas recolectadas. "Vamos a seguir presionando --dijo Bravo a Página/12--. Mientras se realizan asignaciones absurdas, el Poder Ejecutivo recortó en más de 70 millones el presupuesto de las universidades nacionales". En el seno de la Comisión de Presupuesto, se había acordado asignar cien millones más para la educación superior. Pero los propios legisladores oficialistas admitieron que tal proyecto difícilmente sea aprobado.
NUEVA COMISION POR LA MEMORIA Por Marina Caporale Víctor tenía una mano especial para curar a los animales. A los siete años le salvó la vida a un gatito y era amigo de una yegua que vivía al lado de su casa. Víctor está desaparecido. Pero su mamá, Laura Bonaparte (de Madres de Plaza de Mayo), va a contar anécdotas de él, de sus hermanas ("Irenita, tímida y sensible" y "Noni, ingeniosa y expresiva") y de su papá, también desaparecidos. Estas historias, junto con muchas otras, se van a escuchar mañana en la inauguración de la Comisión por la Reconstrucción de la Memoria de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). "Eran personas muy vitales. Gente que estudiaba, soñaba, pintaba, escribía. Nuestro objetivo es rescatar sus historias de vida y humanizarlos", explica Rebeca Thompson, integrante de la comisión. Una carta, una poesía, una foto. "Todo lo que los represente es útil para reconstruir su vida cotidiana. Pero lo más importante --resalta Thompson--son los relatos de sus familiares y amigos. Los convocamos a acercarse y ayudarnos a mantener viva la memoria." El material recopilado se expondrá en una galería que será instalada en la facultad a partir del año que viene. La idea surgió de un grupo de alumnos, interesados en "saber más" acerca de esos 105 nombres que figuran en la lista de desaparecidos de Ciencias Sociales. La comisión comenzará a funcionar mañana, a partir de las 18.30, con un homenaje a "los compañeros desaparecidos y asesinados", una exposición de imágenes de artistas anónimos y una mesa abierta con docentes y familiares de estudiantes y profesores desaparecidos durante la última dictadura militar. El acto se realizará en el auditorio de la facultad, Uriburu 950, piso 1º.
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