"Queremos
que la gente no sólo aprenda a leer y a escribir, sino que adquiera una lectura
crítica de la realidad", explica Paula Ferro, coordinadora nacional del programa de
alfabetización Nunca es Tarde, que organizan la Federación Universitaria Argentina (FUA)
y la Asociación Civil Que Vivan los Chicos. En la actualidad, 1200 niños y adultos son
alfabetizados en 150 centros de enseñanza repartidos en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba,
Entre Ríos, Chubut, Mendoza y Salta. En un encuentro nacional realizado en la Facultad de
Psicología (UBA), casi doscientos de los 450 alfabetizadores voluntarios que integran el
programa se reunieron para analizar su tarea e intercambiar experiencias.
Durante el encuentro, que finalizó la semana pasada, se concluyó que
la alfabetización asume características propias según la región donde se instrumente:
"En los barrios carenciados del interior, los lazos de solidaridad son muy estrechos.
Los estudiantes viven más de cerca la realidad y se interesan mucho por ayudar a los más
necesitados --explica Rodrigo Giménez, uno de los coordinadores--. En cambio, la
situación difiere mucho en las grandes ciudades". Además, se discutió la
importancia de trabajar con los gobiernos locales para integrar a los alfabetizandos en
actividades comunitarias, aunque se subrayó la necesidad de conservar la identidad:
"En Rosario, la Municipalidad trató de adueñarse del programa", protesta
Ferro. Desde el '97, la provincia del Chaco lo adoptó como política oficial y, hoy, el
trabajo conjunto con municipios se realiza en Mar del Plata, Trelew, Vicente López y
Bahía Blanca.
"El objetivo del programa es generar agentes multiplicadores: que
los alfabetizandos sean futuros alfabetizadores, que tengan un rol en este espacio y
también en la comunidad", señala Ferro. La iniciativa nació en 1993, impulsada por
algunos centros de estudiantes de la UBA. Luego, se extendió por todo el país, a través
de un convenio entre la FUA y la asociación Que Vivan los Chicos. Quienes llevan adelante
el proyecto sostienen que la alfabetización excede la lectoescritura: "Es necesario
dotar a los excluidos de herramientas que permitan un cambio social. No estamos conformes
con la realidad que vivimos y ellos son nuestros aliados para lograrlo", opina
Giménez.
Aunque no hay límites de edad para aprender a leer y escribir, a los
adultos no les resulta fácil: "Hay mucha vergüenza de expresar el analfabetismo.
Por eso, es fundamental la confianza que transmite el alfabetizador", cuenta Ferro.
"Los mayores tienen miedo y están resignados. Piensan, ¿para qué ponerme a
estudiar a esta altura de mi vida?", comenta la voluntaria Sandra Cerrudo. El
período de aprendizaje dura ocho meses y brinda un nivel básico de lectura y escritura:
después, los alfabetizandos deciden si se van a integrar o no en la educación formal.
También se da apoyo escolar a los más chicos: "El propósito no es que sea un
parche de la escuela, sino que los ayude a reconocerse como sujetos activos de la
sociedad. Y además, que actúen como nexos para que participen sus padres", explica
Ferro. "Trabajamos en grupos, para que los chicos, que viven la exclusión social, se
sientan incluidos dentro de un espacio propio", cuenta Nidia Berensztein, miembro del
programa. En la actualidad, hay 450 alfabetizadores trabajando como voluntarios en villas
y asentamientos de todo el país. La mayoría son estudiantes pero cualquier persona,
después de hacer un curso de capacitación, puede sumarse al proyecto.
Ciencias Sociales, tras las rejas
La
Facultad de Ciencias Sociales (UBA) está enjaulada desde la noche del viernes: la Policía Federal colocó un vallado sobre la calle Ramos Mejía al 800
(Parque Centenario) para impedir posibles manifestaciones contra el ex almirante Emilio
Massera, internado a metros de allí, en el Hospital Naval (más información en la
página 14). "Cuidar a un asesino de los 'peligros' que los estudiantes podemos
ocasionarle es una muestra más de las contradicciones de este país", afirmó
Alejandro Macció, titular del centro estudiantil. Todo comenzó el viernes, cuando los
alumnos protestaron frente al hospital luego de conocerse la internación del indultado.
Al día siguiente, la facultad amaneció rodeada por vallas y los estudiantes, enojados.
"Es muy violento ver todo el tiempo policías y, prácticamente, tener que pedirles
permiso para entrar a estudiar", dijo Macció.
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IUNA
Hoy se cumplen tres semanas de la toma del rectorado del Instituto
Universitario Nacional de Arte (IUNA), que protagonizan numerosos estudiantes en repudio
al recambio de autoridades sufrido por la escuela Prilidiano Pueyrredón y en rechazo al
nuevo plan de estudios impulsado por Raúl Moneta, rector del IUNA. Tras veinte días de
conflicto, aún no se vislumbra ningún acuerdo. "Sólo nos reunimos con el comisario
de la Seccional 13ª. Nos sugirió que levantemos la toma porque, según dijo, no saben
cuánto tiempo más pueden estar sin reprimir", explicó un estudiante, que reafirmó
que mantendrán la protesta hasta que se restituya a la gente despedida y se destituya a
los "interventores". Mientras tanto, este viernes se realizará un festival de
integración artística en Azcuénaga 1129, en el que participarán reconocidos artistas.
ORIENTACIÓN
Para guiar a los alumnos
Los aspirantes a ingresar en la Universidad ya disponen de la Guía del
Estudiante '99 para orientar sus búsquedas: casi mil páginas
que describen la oferta en educación superior de las universidades y las instituciones
terciarias, públicas y privadas, de todo el país. Producida por la Dirección de
Orientación al Estudiante de la UBA y recién publicada por Eudeba, la nueva edición
incluye dirección y teléfono de todas las casas de estudios superiores y también los
objetivos, contenidos y campos ocupacionales de las carreras existentes, además de los
planes de estudios de las que dicta la UBA. Tres son las formas posibles de acceder a la
información: por instituciones educativas (agrupadas por provincia), por carreras o por
títulos afines (en ambos casos, reunidos por áreas de interés). |
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