Las bolsitas del Señor Pou
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Por Maximiliano Montenegro Desde fines del año pasado el Banco Central obliga a las empresas a pagar los sueldos por cajero automático mediante la apertura de una caja de ahorro. Sin embargo, el presidente del organismo monetario, sus directores, asesores y gerentes, en total unos ochenta funcionarios, cobran sus salarios en efectivo, en billetes envueltos en una bolsita plástica que puntualmente acerca a fin de mes el gerente de personal. Quien reparte artesanalmente, un hombre de confianza de Pedro Pou, fue inhibido de salir del país por la quiebra de una empresa y la comisión gremial del banco lo acusa de un repentino enriquecimiento. Los salarios de la cúpula del BC son inexplicablemente secretos, incluso para la auditoría interna. Página/12 accedió al listado de sueldos: un asesor del directorio cobra casi un 40 por ciento más que el viceministro de Economía. Hace exactamente un año, el Central dispuso la obligatoriedad del sistema de pago de sueldos por cajero para las empresas de más de 500 empleados. Luego, la norma se extendió a las firmas medianas, hasta llegar a las que cuentan con más de 100 trabajadores. Esa modalidad se introdujo para aumentar la utilización de servicios financieros y, obviamente, abrió un rentable mercado para los bancos, que empezaron una guerra por capturar clientes. La medida también fue auspiciada por Economía, dado que contribuía a mejorar el control de la AFIP sobre la liquidación de cargas previsionales por parte de las empresas. En cambio, del lado de las compañías, sobre todo entre las más chicas, se escucharon críticas porque el sistema elevaba sus costos, ya que la apertura de las cajas de ahorro debía ser gratuita para el trabajador. Paradójicamente, la cúpula del Central se mantuvo alejada de la automatización en el cobro de haberes. Y siguió aplicando un método curioso: a fin de mes, el gerente de personal, Mario Troiani, se comunica con Pou y con cada uno de los directores, asesores y gerentes para acordar la entrega en efectivo de su salario. Para ello recorre los pasillos de la entidad con una carpetita bajo el brazo, los recibos y unas bolsitas plásticas con las que envuelve los fajos de billetes a repartir. En total, ochenta funcionarios están alcanzados por esta práctica tan reñida con la bancarización. Hay dos interpretaciones de por qué Pou admite un sistema que suena ridículo en la sede de la autoridad monetaria. La benévola, comentada a este diario por un importante funcionario de Economía, ex director del BC, es que "el Central se maneja todavía con métodos muy arcaicos". La otra se refiere a la necesidad de resguardar las confidencialidad de los sueldos de Pou y sus colaboradores. De hecho, los mismos se manejan en tal secreto que ni siquiera la auditoría interna conoce los montos. Un dictamen del área Control de Gestión, fechado el 20 de abril de este año, dice textualmente: "Dado que esta auditoría no tiene acceso a la liquidación de sueldos del personal directivo y superior, no cuenta con elementos para verificar la razonabilidad y procedencia de las cargas previsionales determinadas por la Gerencia de Personal correspondiente a sueldos y S.A.C. de dicho personal". De una fuente a prueba de desmentida Página/12 pudo saber que Pou y los nueve directores del Central cobran 15 mil pesos mensuales cada uno, bien por encima de la escala del Ministerio de Economía. Más sorprendente todavía es el salario de un asesor del directorio: 12.500 pesos. Es decir, un 40 por ciento más de lo que gana, por ejemplo, el viceministro de Economía, Pablo Guidotti, y el resto de los secretarios de Estado del Ministerio, y lo mismo que cobra el presidente del Banco Nación, Roque Maccarone. Para colmo, la comisión gremial del Central denunció que "en el Juzgado en lo Comercial Nº 33 se halla radicado el concurso de la empresa Del Cruz S.A. en la que se decretó la inhibición para salir del país a sus directores", uno de los cuales es Troiani. También asegura que "el señor gerente de Personal, que al entrar a esta institución poseía una condición económica comprometida, a tal punto que su automóvil era un destartalado Peugeot 404, hoy posee un espléndido Chrysler Stratus modelo '97, adquirió una quinta y remodeló a full su casa".
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