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El FMI pedirá otro ajuste de gastos de 700 millones

Esa será la suma base que reclamarán para equilibrar las  cuentas,salvo que Roque los convenza de que la economía seguirá  creciendo. Machinea teme que el ajuste pase al próximo gobierno.

Teresa Ter Minassian, inflexible jefe de la misión del FMI.
Reclamará lo de siempre: más ajuste para equilibrar las cuentas.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (67 bytes) Los técnicos del FMI evalúan que, por la crisis, el Gobierno recaudará menos de lo que figura en el Presupuesto ‘99. Y, por eso, reclaman un nuevo ajuste en el gasto público de 700 a 1000 millones de pesos. El equipo de Roque Fernández insistirá en que tal medida es innecesaria y buscará convencer a los burócratas de Washington que “la economía crecerá por lo menos un 4 por ciento”, el doble de lo que estiman en el Fondo. Ayer, José Luis Machinea, preocupado porque el ajuste recaiga en el próximo gobierno, le reclamó a Roque que renegocie las metas fiscales con el FMI. En tanto, Ricardo López Murphy dijo que en el futuro “hará falta una gran disciplina fiscal”. El juego ya tiene nombre: ¿quién se hará cargo del próximo ajuste?
Los funcionarios del FMI que ya están en Buenos Aires consideran que, tras la recesión inducida por la crisis internacional, la economía argentina crecerá el año próximo de 2 a 2,5 por ciento. Es decir, la mitad de lo previsto por el Gobierno (4,8 por ciento), base sobre la cual están elaboradas todas las proyecciones de ingresos fiscales del Presupuesto ‘99. Según los cálculos oficiales, cada punto menos de aumento del PBI representa 350 millones de recaudación menos que ingresa al Tesoro, descontados los recursos destinados a las provincias. Así, el Fondo teme que el déficit fiscal sea entre 700 y 1000 millones superior al previsto en el Presupuesto, y exigiría un recorte adicional del gasto público de esa magnitud. La meta de déficit fiscal comprometida para el ‘99 en el acuerdo con el FMI es de 2650 millones de pesos, frente a los 3500 millones convenido este año.
Una nueva poda del gasto público tendría un impacto político enorme, dado que el proyecto de Presupuesto que se encuentra en el Congreso ya contempla extender al año próximo el recorte de mil millones en el gasto público efectuado este año, 60 por ciento del cual recae en las áreas sociales.
Ayer, el subsecretario de Programación Macroeconómica, Julio Nogués, se reunió con el chileno Tomás Reichman, encargado en el FMI del caso argentino. Durante el encuentro, Nogués intentó demostrar, desplegando variables financieras y reales, que la economía se está recuperando de la recesión provocada por la crisis internacional. “No vemos que haga falta ningún nuevo ajuste, porque los vamos a convencer de que la economía va a crecer por lo menos al 4 por ciento en el ‘99”, dijo a Página/12 Rogelio Frigerio, secretario de Programación Económica.
El lunes próximo empezará a dirimirse el asunto, cuando Roque Fernández, a su regreso de Japón, se reúna con Teresa Ter Minassian, subdirectora del FMI para el Hemisferio Occidental.
Ayer José Luis Machinea, quien también se reunirá con los funcionarios del Fondo, planteó sin vueltas que Fernández debería “sentarse con el Fondo y renegociar las metas” fiscales. El referente económico de la Alianza teme que el ajuste deba aplicarlo, multiplicado, Fernando de la Rúa, en su eventual primer año de gestión. “Tengo miedo de que intenten traer todos los impuestos del 2000 a 1999 y pedalear gastos para el 2000” con el objetivo de cumplir con el FMI, confesó. Roque ya apeló a este mecanismo, al adelantar el cobro de anticipos de Ganancias y Bienes Personales y posponer el pago de aguinaldos y reembolsos a los exportadores.
El segundo tema con el FMI es si será necesario pedir un waiver (perdón) al organismo por las metas del ‘98. Aunque no se definirá en los próximos días, éste sería el camino para conservar el aval de Washington. Machinea prefiere que Roque sincere cuanto antes los números fiscales, solicitando un perdón, a que siga con la “cosmética contable”, trasladando el muerto al gobierno entrante.
En ese sentido, el subsecretario de Política Tributaria, Rodríguez Usé, reconoció ayer que “la recaudación de noviembre estará 200 millones pordebajo de los 4100 millones logrados en igual mes del año pasado”. De confirmarse el dato, el aplicado alumno Fernández pasará el fin de año poco feliz: con la incertidumbre de tener que gestionar el “perdón” y la amargura de explicarle a Carlos Menem que ni siquiera en el último año de su gobierno podrá evitar la palabra ajuste.

 

Roque vs. Cavallo

“No me siento afectado”, señaló ayer Roque Fernández en referencia a la despectiva afirmación de Domingo Cavallo acerca de que “es un ministro de cuarta”. Con tono monocorde, la respuesta más fuerte que Roque tuvo ante la agresión de su antecesor en Economía fue que “Cavallo tiene momentos de desequilibrio que le hacen decir esas cosas, pero ese es un problema de él”. Y agregó, en una muestra de su espíritu combativo, que “no vale la pena contestarle. Habría que preguntarle a Cavallo los motivos de su actitud”. Por otro lado, Fernández, que está acompañando a Carlos Menem en su gira por Japón, destacó que “nunca tuve dudas del respaldo del Presidente” en relación al veto parcial que había pedido para la ley de financiamiento docente.

 


 

EL GOBIERNO BUSCA BANDERAS DE LA OPOSICION
Controlar a las privatizadas

t.gif (862 bytes) El Gobierno decidió mostrarse interesado en mejorar los controles a las empresas de servicios públicos privatizados. En respuesta a las críticas de la oposición, que cuestiona la falta de decisión política del Poder Ejecutivo para ajustar la regulación sobre las empresas, la Jefatura de Gabinete organizó un seminario al que convocó a todas las partes interesadas en el tema. Estuvieron las asociaciones defensoras de los derechos de los usuarios, las compañías que prestan servicios y los entes reguladores.
“El Estado debe regular, fijando las nuevas reglas de juego que promuevan la competencia y mejores servicios para los usuarios, y debe controlar que se cumplan, asegurando su transparencia”, afirmó el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, apropiándose del discurso de la oposición. La privatizadora de Entel, María Julia Alsogaray, sentada a su lado en la apertura del seminario, asintió con entusiasmo.
A su turno, Carlos Montero, a cargo de la repartición de la Auditoría General de la Nación encargada de controlar a los entes reguladores, se quejó porque “a cuatro años de la reforma de la Constitución, todavía no se reglamentó el artículo que promueve el funcionamiento de las asociaciones de usuarios”. “No existe una cultura del reclamo, el público desconoce sus derechos y no existen campañas oficiales que lo hagan”, puntualizó Montero.
Uno de los temas tratados en el seminario, que concluirá hoy, fue la creación de un superente, que estaría por encima de los actuales organismos reguladores. “Habría una superposición de funciones que llevaría las cosas a un pandemonium”, aseguró Ana María Luro, titular de la Asociación Acción del Consumidor (Adelco). La opinión estuvo en línea con la expresada por las empresas prestadoras de los servicios de agua, luz, gas y teléfonos.
En cambio, Montero sostuvo que “se ha descalificado una propuesta que puede ser interesante. Es claro que debe mejorar la legislación para controlar a las compañías”. Finalmente, Sandra González, de la liga de consumidores Adecua, dijo que “el público desconoce la existencia de los entes reguladores, y éstos deben estar integrados por técnicos, y no por personas que sólo surjan de internas políticas”.

 


 

BUNGE & BORN AVANZA EN LA LIQUIDACION DE EMPRESAS
Los dólares se siguen juntando

t.gif (862 bytes) Bunge & Born sigue desprendiéndose de sus negocios alimentarios. Ayer vendió su subsidiaria Grandes Molinos de Venezuela (Gramoven) a la multinacional norteamericana Cargill. A seis meses del anuncio sobre la puesta en venta de su división alimentos, a B&B sólo le queda por colocar la argentina Molinos y la brasileña Santista. La definición de ambas operaciones se concretaría antes de fin de año. Por Molinos, el Grupo Exxel pagaría cerca de 1000 millones de dólares, un precio récord para una empresa argentina. En tanto, Exxel ya se anotó otra empresa a su cartera, al cerrar ayer la compra de Heladería Freddo (ver página 17).
La venta de Gramoven se hizo en un monto cercano a los 120 millones de dólares, según comentó a Página/12 una fuente del holding, que se suman a los 276 millones que B&B embolsó por el traspaso de la mitad de Bunge Australia al grupo australiano Goodman Fielder. Con los fondos que recaude, B&B los invertirá en sus negocios agrícolas.
No es la primera vez que Gramoven –cuya facturación anual asciende a 164 millones– es noticia en la Argentina. También lo fue hace nueve años, cuando un juez venezolano procesó y pidió la captura de Néstor Rapanelli, el segundo ministro de Economía de Carlos Menem. Como hombre de B&B, Rapanelli había ocupado el cargo de director general de Gramoven. A fines de mayo del ‘89, la justicia venezolana procesó al entonces ministro y a otros directores de la firma por presunta estafa al Estado en operaciones de comercio exterior. Hoy, Rapanelli se dedica a pasear su perro doberman por la plaza de Cavia y Castex.
“Todavía no hay una fecha precisa para la venta de Molinos y Santista. Puede ser que se concrete en las próximas tres semanas. O, a lo sumo, durante los primeros días de 1999”, señaló a este diario Catia Ianone, de la oficina de prensa de B&B en San Pablo. El Exxel Group es el principal candidato a quedarse con Molinos, por la que pagaría casi mil millones de dólares, según pudo saber Página/12 de fuentes de la city. “Es un precio 40 por ciento superior al valor de mercado de la compañía. Si el Exxel paga ese premio es porque ya tiene planes concretos para recuperar con creces ese dinero”, apuntó un analista de un banco norteamericano. Entre las opciones que estudian en el fondo inversor manejado por Juan Navarro figura el desmembramiento de Molinos. De esta manera, quedarían separados sus negocios de fideos, harinas, carnes y arroz. La movida apuntaría a potenciar al máximo cada actividad de la alimentaria para poder revender a un precio superior cada unidad de negocio dentro de unos años.
Incluso, en el mercado se baraja la posibilidad de que sea también el Exxel quien se quede con la brasileña Santista, cuyas ventas anuales rondan los 1200 millones de dólares. En este caso, el fondo compite con las ofertas presentadas al Crédit Suisse First Boston, el banco encargado de ambas operaciones, por Hicks, Muse, Tate & Furst, la norteamericana ConAgra y un pool de empresas alimentarias brasileñas.

 

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