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Los mercados volvieron a mostrar su peor rostro. El índice de acciones líderes MerVal cayó ayer 6,6 por ciento, empujado por la derrota en el Congreso brasileño de un capítulo del plan de ajuste anunciado hace un mes por Fernando Henrique Cardoso para sortear la crisis. San Pablo lideró las bajas que se extendieron por el continente, al perder 8,8 por ciento. Ante la traba que sufrió el ajuste en el Parlamento brasileño, el Fondo Monetario no tardó en lanzar su advertencia: aplazaría la entrega del primer tramo del préstamo a Brasil, por un total de 41.500 millones, anunciado a fines de octubre. La crisis volvió a subir al escenario. La rueda de ayer trajo a la memoria de los financistas los peores momentos de la crisis, cuando los precios de las acciones y de los bonos retrocedían en caída libre. De hecho, la sesión tuvo los mismos condimentos de aquellas ruedas caóticas: nerviosismo de los operadores, rumores, desmentidas y bajas generalizadas de los papeles. Las que más retrocedieron fueron Siderca, que perdió 10 por ciento; Renault, 9,9; Acindar, 9,0; Siderar, 8,9; y Comercial del Plata, que cedieron 7,6 por ciento. Ninguna acción terminó con saldo positivo en una rueda con negocios por 32,4 millones de pesos. En tanto, los bonos Brady cayeron entre 1,9 y 2,3 por ciento. En lo que va de la semana, el índice de acciones líderes MerVal acumula una pérdida de 12,9 por ciento, cerrando ayer en 453,12 puntos, el mismo nivel que mostraba a fines de octubre. El derrape de los papeles empresarios se inició no bien sonó la chicharra que da inicio a las negociaciones. Para entonces, los financistas ya estaban al tanto de que el Congreso brasileño se había negado a aprobar una parte del ajuste fiscal referido al incremento en la alícuota al sistema de la seguridad social. Ese aumento permitiría al gobierno de Cardoso recaudar 4000 millones de dólares anuales extra, y estaba rubricado en el acuerdo que Brasil firmó con el FMI. Anoche, un vocero del Fondo reveló que la primera entrega de dinero, por 5300 millones prevista para estos días, podría quedar postergada hasta tanto los legisladores no revean su posición. Sin fondos frescos, la economía del país vecino vuelve a quedar al borde del knock out. En las últimas semanas, las pérdidas de reservas fueron en promedio de 100 millones de dólares diarios. Intentando llevar tranquilidad a los inversores, Cardoso anunció que recortará gastos adicionales a los ya anunciados. Por su parte, el ministro de Hacienda, Pedro Malan, tuvo que salir a desmentir una devaluación del real, después de que se hiciera público que el FMI obligará a Brasil a cerrar 1999 con un superávit comercial de 2800 millones de dólares. Pese a esas aclaraciones, la incertidumbre de los inversores no se disminuyó. El temor a que la economía brasileña se desbarranque recorrió los recintos de la región y llegó a Wall Street. Allí, el indicador Dow Jones cedió 2 por ciento, mientras los financistas volvían a refugiarse en los más seguros bonos del Tesoro estadounidense, repitiendo la misma conducta de cuando los mercados ardían día tras día. Consultados por Página/12, analistas de dos bancos europeos coincidieron en que la tormenta de ayer puede ser el puntapié inicial para una nueva ronda de fuertes bajas, similares a las que ya vimos hace dos o tres meses. A menos que los legisladores den marcha atrás o que Cardoso rápidamente explique de dónde va a sacar plata. En medio de las corridas y el nerviosismo, de poco sirvió la acción conjunta que ayer desplegaron los bancos centrales europeos al anunciar, sorpresivamente, una rebaja de las tasas de interés. La medida impactó en las bolsas de Europa, que finalizaron con subas de hasta 2 por ciento. La rebaja ayudará al crecimiento, pero al mismo tiempo demuestra que el Bundesbank (banca central de Alemania) está preocupado por la marcha de la economía en el continente, apuntó Alex Patallis, de la firma Goldman Sachs.
FUSION DE LAS CAMARAS BANCARIAS ABRA Y ADEBA Por Pablo Ferreira
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