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Luego del acuerdo de paz de Wye Plantation, Netanyahu parece querer volver a las fuentes. Ayer, el premier israelí reincorporó a su minigabinete de seguridad al líder del Partido Nacional Religioso, férreo opositor a cualquier tipo de paz con los palestinos, después de que anunciara el miércoles que suspendía la retirada de Cisjordania por agresiones a israelíes e imponía nuevas condiciones para reanudar la retirada. Estados Unidos dijo ayer que estas nuevas trabas van en contra del acuerdo firmado en Washington. Mientras tanto, la violencia continúa: la policía israelí se enfrentó con manifestantes palestinos en Jerusalén oriental. Diez personas resultaron heridas y veinte palestinos fueron detenidos. Según el premier israelí, la Autoridad Palestina debe renunciar a proclamar unilateralmente un Estado palestino el 4 de mayo de 1999, a la exigencia de liberación de "presos palestinos que tengan sangre en las manos o sean miembros de Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica)" y a su campaña de "incitación a la violencia". "Netanyahu también podría habernos pedido que cantásemos el Hatikva (himno nacional israelí)", ironizó Ahmed Tibi, asesor del líder palestino Yasser Arafat. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin, dijo que "es inapropiado añadir nuevas condiciones a la puesta en marcha del acuerdo". "No sé a qué se oponen los estadounidenses. Ellos dijeron que quieren que las partes actúen en consonancia con el acuerdo de Wye y ésa es nuestra aspiración", dijo Netanyahu, para quien "el proceso ha sido roto por la parte palestina", ya que "nosotros disponemos de informaciones que prueban que la Autoridad Palestina es responsable" del ataque a pedradas a un militar y a un civil israelí, ocurrido el miércoles. Horas antes del incidente, un palestino había muerto apuñalado por un extremista judío. En el plano externo, las tensiones entre Israel y Estados Unidos se reavivan a una semana del viaje previsto del presidente norteamericano Bill Clinton a la región. Las autoridades israelíes le pidieron a la delegación norteamericana que no aterrice en el Aeropuerto Internacional Yasser Arafat, en Gaza, recientemente inaugurado. En el ámbito político interno, el endurecimiento de la posición israelí se manifestó cuando Netanyahu anunció la incorporación del ministro de Educación, Yitzhak Levy, líder del Partido Nacional Religioso, al minigabinete de seguridad encargado del seguimiento del proceso de paz. "Era de esperar. Netanyahu quiere desembarazarse del acuerdo de Wye Plantation que él mismo firmó. No sabe lo que quiere, no cuenta con una verdadera mayoría, vive al día", dijo Yossi Beilin, uno de los líderes de la oposición laborista. Desde el comienzo de este año, el gobierno de Netanyahu se había quedado con una mayoría parlamentaria de un solo voto, en la que el apoyo de los partidos religiosos estaba condicionado permanentemente a impedir cualquier avance en las negociaciones con los palestinos. Con la firma del acuerdo de paz, estos partidos retiraron su apoyo al gobierno pero fueron los laboristas los que le aseguraron a Netanyahu la aprobación del documento en el Knesset (Parlamento israelí). Luego de esta suspensión de la retirada, la composición de fuerzas se está pareciendo cada vez más a la existente antes de Wye Plantation.
LIBIA ENTREGARIA A SOSPECHOSOS Por Ian Black y Nicholas Pelham El secretario general de las Naciones Unidas, Koffi Annan, viajará a Libia para pedirle al coronel Muammar Khadafi que entregue a los dos acusados del atentado de Lockerbie. Diez años después del peor incidente terrorista en la historia británica, cuando sobre el pueblo escocés de Lockerbie un avión de PanAm estalló por una bomba causando 270 muertos, hay esperanzas de que el éxito corone las conversaciones decisivas de mañana sábado. Ya se completan los preparativos técnicos para la entrega, y los sospechosos podrían estar en Holanda bajo custodia escocesa en pocos días, con lo que la ONU levantaría el embargo contra Libia. "Sí, iré a Libia el sábado", confirmó ayer Koffi Annan, después de encontrarse con el ministro tunecino de Relaciones Exteriores, Said Ben Mustapha. Annan, quien este año consiguió evitar dos veces ataques norteamericanos contra Irak, viajará mañana a la ciudad de Sirte en Libia, después de que una misión de las Naciones Unidas informó desde la capital, Trípoli, que el acuerdo estaba a punto de ser alcanzado. Fuentes diplomáticas advirtieron que Libia todavía pone objeciones a la condición innegociable angloamericana de que si los acusados son sentenciados deben cumplir sus condenas en Escocia. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que impuso sanciones a Libia en 1992, anunció que las suspendería una vez que los sospechosos lleguen a Holanda. Las sanciones incluyen la prohibición de viajes aéreos a Libia, un embargo de armas, el congelamiento de fondos libios en el exterior, y la detención de la venta de determinados equipamientos para las terminales petroleras y las refinerías. Pero no hubo embargo para las ventas de petróleo, que es el oxígeno de Libia. En la práctica, si las sanciones se suspenden nunca podrán volver a ser aplicadas, porque necesitarían de un nueva votación en el Consejo, donde sin duda fracasarían.
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