En
cuatro o cinco días, dijo primero. El próximo lunes, prometió
después, aunque a esa altura ya todos sabían que su decisión estaba tomada. Voy a
aceptar el lugar de la vicepresidencia de la Alianza con el aval del conjunto de los
partidos del Frepaso, anunció finalmente ayer Carlos Chacho Alvarez. No
lo hizo en conferencia, ni rodeado de la conducción de la coalición, sino en un programa
de televisión en el cual confesó que a quienes más le costó convencer de la
conveniencia de acompañar en la fórmula a Fernando de la Rúa fue a sus propios hijos.
Papá, qué vas a hacer en esa bolsa de gatos, contó que le dijeron los
chicos refiriéndose al Senado. Por último y por la noche en el programa de Santo
Biasatti volvió a ratificar que integrará el binomio con De la Rúa.
Señor director, tome un primer plano de la cara de este señor que va a ser el
candidato a vicepresidente de la Nación, ordenó la periodista Nancy Pazos al
arrancar su programa Ruleta Rusa. La introducción de la conductora no causó
mayor sorpresa porque la decisión de Alvarez de integrar la fórmula de la Alianza era un
secreto a voces desde hace días. Sí, en cambio, sorprendió el hecho de que el líder
del Frepaso se despachara con el anuncio ayer a la noche por televisión.
Alvarez justificó sus dilaciones en la aceptación de la candidatura a vicepresidente en
que mucha gente del Frepaso quería opinar y no enterarse por los medios de un hecho
consumado y explicó que era para mí muy importante que la mayoría de los
integrantes de esta fuerza sintieran que era lo mejor para consolidar la Alianza.
Con ese mismo discurso Alvarez enfrentó a sus cuatro hijos, a cuya opinión había
anticipado que supeditaría finalmente su decisión de acompañar o no a De la Rúa. Al
menos por lo que contó, y aunque frente a las cámara dijo lo contrario, parece no
haberle costado demasiado convencerlos.
Tengo hijos muy politizados. Mi hija más chica y mi mujer sufren la política, la
disfrutan poco, fue el relato de la reunión en la que su familia le dio el aval que
necesitaba para aceptar la postulación. Y los chicos prosiguió, que
saben lo que pasó en el Senado y vieron la degradación institucional, me dijeron:
¿Cómo vas a ir ahí, si podés ser jefe de gobierno de la ciudad? Tienen una
actitud de preservar a su padre y son muy críticos. Acerca del desenlace de la
charla familiar, Alvarez aseguró que cuando vieron lo de la fórmula, me dijeron:
Ahora que estás ahí, esta Alianza nos entusiasma. Ahora ellos están más
entusiasmados.
En el plano político, Alvarez explicó su decisión desde dos ángulos. Dijo por un lado
que personalmente creo que es la fórmula más compensada, con matices y distintos
sesgos personales, lo cual la torna mucho más entusiasmante para la gente
que, quizá, no estando yo no veía al Frepaso en la fórmula. Por otro, señaló
que asumía este desafío para protagonizar el proyecto de construcción de un
gobierno distinto en la Argentina y no sólo para ir a administrar el conflicto del
Senado. Apuntó también que es la primera vez que el país puede tener un
vicepresidente que demuestre que no sólo toca la campana en la Cámara alta.
En su flamante rol de candidato a vicepresidente, Alvarez empe- zó anoche mismo a marcar
las pautas de su conducción en un futuro cogobierno de la Alianza y de su relación con
De la Rúa, de quien dijo que no es el dirigente con el que soñó para que la Argentina
iniciara el nuevo siglo porque si no, lo hubiera votado. Manifestó, por
ejemplo, su desacuerdo con la posible designación de Ricardo López Murphy como ministro
de Economía y advirtió que en ese cargo sería conveniente nombrar a alguien con mayor
sensibilidad.
Fredi dijo que no y Graciela sigue
buscando a su vicegobernador
Storani anunció ayer que no
estará en la fórmula con Graciela, pero quiere que un hombre suyo la acompañe. Posse
quiere ir y amenaza con pelear la interna.
Storani, Posse, De la Rúa y
Graciela discuten quién será vice.
El intendente de San Isidro dice que, si no hay acuerdo, hay
interna. |
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Por Santiago Rodríguez
La voy a acompañar
intensamente en la campaña, pero no como candidato. El radical Federico Storani
cerró así ayer las puertas a una eventual postulación suya como compañero de fórmula
de Graciela Fernández Meijide en Buenos Aires. La designación del candidato a
vicegobernador es por estos días el principal tema de atención del radicalismo
bonaerense. Descartado Storani para ese puesto son varias las alternativas que se barajan.
El mismo presidente del bloque de diputados de la UCR sugirió la posibilidad de
candidatear al intendente de Bahía Blanca, Jaime Linares, pero Melchor Posse insiste en
que peleará ese cargo en una interna, si es necesario. De ahí que ningún dirigente de
peso tal el perfil del acompañante que solicitó Fernández Meijide quiera
arriesgar su lanzamiento.
El propio peso de Storani uno de los radicales aliancistas de la primera hora
lo convirtió en uno de los candidatos a vicegobernador el mismo domingo pasado, apenas se
confirmó el triunfo de Fernando de la Rúa en la interna de la Alianza y el pase de
Fernández Meijide a la provincia. La misma frepasista se encargó de fogonear después la
postulación del presidente del bloque de diputados radicales y lo tentó personalmente
para que la acompañara.
Si nosotros les ponemos lo mejor en la fórmula nacional, ustedes tienen que
ponernos lo mejor en la provincia, le dijo Graciela a Storani en un encuentro que
mantuvieron a mediados de esta semana. Aunque el radical habló en esa reunión de la
conveniencia de candidatear a un dirigente del interior de la provincia para la
vicegobernación, Fernández Meijide le manifestó que pretende una figura de peso a su
lado. Entonces, ambos barajaron la posibilidad de que Juan Manuel Casella o Leopoldo
Moreau la acompañaran. Casella no está dispuesto a lanzarse. A Moreau, en cambio, lo
frena la decisión de Posse de forzar una interna partidaria.
A pesar de las especulaciones que se hicieron en torno de su futuro en la provincia y el
intento de Graciela de sumarlo como compañero de fórmula, Storani nunca tuvo mayor
interés de candidatearse a la vicegobernación bonaerense porque apuesta sus fichas a la
presidencia de la Cámara baja. Ayer no lo dijo, aunque sus palabras fueron bastante
elocuentes. Soy el presidente del bloque de diputados de la UCR y me parece que el
año que viene un gobierno de coalición va a necesitar mucha energía en el Congreso
porque vamos a tener condicionamientos muy fuertes, como no tener mayoría en el Senado y
mayoría pero sin quórum propio en Diputados. Se va a requerir de muchos acuerdos y bueno
..., me siento cómodo en este lugar, señaló Storani.
La carrera de Storani a la presidencia de la Cámara baja, de todos modos, no será
sencilla: ese cargo también es codiciado nada menos que por Rafael Pascual, el principal
operador de De la Rúa, quien en última instancia será el que salde la disputa entre
ambos.
Storani calentó aún más la interna radical bonaerense al autoexcluirse de la fórmula
que llevará la Alianza en ese distrito y presentar a Linares uno de sus principales
punteros en el interior provincial como un acompañante ideal para Fernández
Meijide. El intendente de Bahía Blanca quizás no es muy conocido para el público
porteño, pero tiene un 80 por ciento de popularidad en toda la zona sur. Tiene mucho
prestigio y va por su segundo mandato, lo ensalzó.
El sector que encabeza Storani, del mismo modo que la línea liderada por Moreau, pregona
el consenso como método para designar el candidato a vicegobernador, pero sostiene que no
debe ser un dirigente del conurbano. Deberíamos tener un equilibrio entre lo que
Graciela expresa y ha ratificado, un fuerte predicamento en los centros urbanos más
poblados, con una fuerza muy extendida que tenemos nosotros con intendentes de mucho
prestigio en el interior de la provincia, explicó el mismo Storani.
Sea por convicción o por cuestiones de la interna radical, lo cierto es que ese
razonamiento pone coto a la postulación de Melchor Posse, quien seofrece como el
candidato del consenso partidario a vicegobernador. El intendente de San
Isidro está en plena carrera en su entorno aseguran que cuenta con el aval del ex
presidente Raúl Alfonsín y no parece dispuesto a enfrentar en una interna a sus
correligionarios que no lo quieren en la fórmula con Fernández Meijide. Si en el
radicalismo no se logra el consenso que refleje las posiciones de todos, consultaremos las
urnas el próximo 25 de abril, reiteró ayer.
El debate que se abre sobre el país que vendrá |
Escenario de la interna
Por Gustavo Caraballo *
Difícilmente se reproduzca en la política argentina un escenario como el de los años
1998-1999, fuertemente perturbado por la persistencia del menemismo por obtener la segunda
reelección a cualquier costo, tanto respecto de las instituciones, de las fuerzas
políticas aún del propio justicialismo cuanto del contexto económico social
de la Nación. No se vaciló en intentar recursos judiciales por vía de personeros, en
presionar a los ministros de la Corte, en elegir como senadores a gobernadores que no
terminaban su mandato y en elegir por el Senado a quienes no contaban con el sostén
provincial, además de intentar la elaboración de plebiscitos.
Tras casi 70 viajes de Di Tella al Reino Unido se trató de ganar rédito en una
claudicante negociación sobre las Malvinas, y el acercamiento a los isleños con un
resultado totalmente negativo. En el orden económico se renuevan contratos aún con
mayores tarifas a cargo de los usuarios y no se facilita la descompresión de tensiones
sociales que estallarán con el nuevo gobierno. En ese escenario, la Carta a los
Argentinos primero y la elección interna abierta luego eran necesarias para detener
nuevas aventuras reeleccionistas. Ahora, nacen nuevas cabezas en esta hidra que amenaza el
futuro democrático argentino, como el intento de eliminar el carácter obligatorio del
voto, la gran conquista republicana de la Ley Sáenz Peña junto con el voto de la mujer
inspirado por Eva Perón, que hicieron imposible el escamoteo de la voluntad popular que
caracterizaron los años anteriores a 1916.
La interna de la Alianza fue muy condicionada por la emergencia política para proteger al
sistema republicano. Más allá del legítimo triunfo de De la Rúa y tras un proceso que
no ha dejado heridas que no puedan restañarse, se robustece el espíritu convocante de la
Alianza con la posibilidad de ganar en los principales distritos del país. Despejado este
perturbante escenario, en el futuro las campañas políticas deben volver a la normalidad,
las elecciones internas no deben ser abiertas pero sí caracterizadas por la apertura
permanente de los registros partidarios y donde la participación se efectúe con un mayor
grado de compromiso. Las campañas políticas no pueden durar un año y medio sino a
lo sumo dos meses. Los gastos de publicidad deben moderarse sustancialmente y deben
promoverse los debates públicos. Los últimos meses del gobierno no pueden dedicarse a
consagrar su inmunidad ni a dejar pesadas herencias a sus sucesores.
* Jefe de los equipos técnicos del Frepaso. |
Los mensajes del domingo
Por Nelson Castro
La interna presidencial de la Alianza deja, entre otros, los siguientes elementos de análisis:
1) El que se haya cumplido con el compromiso de elegir a su candidato presidencial a
través de una interna abierta es un elemento de fortalecimiento. El test de sobrellevar
los enfrentamientos que origina un proceso de estas características consolida a la
Alianza y le otorga una importante legitimidad al candidato electo.
2) La cantidad de votantes es un signo positivo para la calidad de nuestra democracia.
Sobre todo porque se calcula que casi un 50 por ciento de los que participaron pertenecen
al electorado independiente. Así, la interna abierta se constituye en un instrumento muy
útil para que la ciudadanía comience a producir modificaciones en la vida de los
partidos políticos. En el reverso, hay que marcar la ausencia masiva del voto de los
jóvenes. Esto debe ser un llamado de atención fuerte para la dirigencia política, no
sólo de la Alianza, porque es producto de un descreimiento y desmotivación generados por
las malas conductas de muchos políticos que se han olvidado de sus obligaciones con la
gente.
3) El pase de Fernández Meijide a la provincia de Buenos Aires posiciona fuertemente la
candidatura a gobernador de Carlos Ruckauf y aleja las posibilidades electorales de Pierri
y algunos otros dirigentes muy cuestionados del justicialismo.
4) El resultado sorprendió por la amplitud del triunfo de De la Rúa. Nadie esperaba esos
27 puntos de diferencia. Y en su análisis hay varios elementos. El Frepaso confundió las
características de la campaña. En el 97 Graciela Fernández Meijide ganó en la
provincia de Buenos Aires con los votos del radicalismo que esta vez no tuvo. La
confrontación interna tuvo particularidades diferentes de lo que es la confrontación
externa y sobre todo contra el menemismo. Ese nivel de confrontación dura,
que le sirvió al Frepaso en otras elecciones, aquí no estuvo. Muchos que votaron a
Fernández Meijide para cargos legislativos le dieron la espalda a la hora de considerarla
como presidenciable. Otros votaron a De la Rúa pensando que así aseguraban la
candidatura a gobernadora de Fernández Meijide. La derrota de De la Rúa en la Capital
también debe ser un llamado de atención para el candidato. La Alianza se enfrenta ahora,
así, a sus próximos desafíos. Definida ya la designación de Carlos Alvarez como
candidato a vicepresidente, deberá abocarse a elaborar las propuestas concretas que
espera la ciudadanía y que, hasta ahora, han estado ausentes. De ello dependerá su
suerte electoral en la presidencial del 99. |
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