Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


REPORTAJE EXCLUSIVO A LOS HUELGUISTAS DE HAMBRE DE BRASIL
“Estamos dispuestos a llegar al fin”

Fueron encarcelados hace nueve años por un secuestro político y llevan veinte días de huelga de hambre. Su líder es un argentino.

Eliana Etubial (izq.), madre de uno de los encarcelados.
La escena es en el Hospital de Clínicas de San Pablo, anteayer.

na19fo01.jpg (10835 bytes)

Por Darío Pignotti desde San Pablo

t.gif (67 bytes) Son los últimos presos políticos, y están jugando su última carta. Llevan nueve años en prisión por el secuestro del empresario Abilio Diniz, y desde el 16 de noviembre están en huelga de hambre. El grupo está integrado por ex guerrilleros del MIR chileno (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y una facción del Frente Farabundo Martí de El Salvador. Pero el Frente nunca admitió que ellos fueran parte de sus filas, y el MIR recién lo hizo hace dos años.
Protagonizaron una historia tragicómica, que los convirtió en algo así como el escuadrón perdido de la guerrilla: por cuenta del MIR, secuestraron a Diniz, dueño de los supermercados Pan de Azúcar, y pidieron un rescate de 30 millones de dólares que iban a ser destinados al Farabundo Martí. La operación falló a los pocos días y Diniz salió de cautiverio sano y salvo. El rescate tuvo un momento perverso: ocurrió el día que Luiz Inacio “Lula” Da Silva disputaba la presidencia con Fernando Collor de Mello, y los secuestradores abandonaron su guarida vistiendo camisetas del PT. Desde entonces, el PT los condenó como provocadores. Recién los perdonaron hace muy poco.
El líder del grupo es un argentino: Humberto Paz, electricista. Junto con él están su hermano Horacio y otros seis huelguistas, cinco chilenos y uno brasileño. Exigen ser expulsados, lo que significa anulación de la pena (28 años en el caso de Humberto) y obtención de la libertad en Chile y la Argentina. Otros dos miembros canadienses del grupo ya fueron deportados a su país en cumplimiento de un acuerdo bilateral. “Están al borde”, dijo un médico del servicio de terapia intensiva del Hospital de Clínicas. Eso significa que el paro cardíaco es una posibilidad cierta, han perdido más de 11 kilogramos, y ninguno se mantiene en pie. El gobierno brasileño intentó disuadirlos el jueves enviando al ministro de Justicia Hernán Calheiros, pero fue poco lo que consiguió: sólo aceptaron seguir tomando agua, y recibir potasio y sodio. No van a comer.
En el pabellón de Pronto Socorro, donde no puede ingresar la prensa, Humberto Paz respondió de puño y letra un cuestionario enviado por este diario.
–¿Qué respaldo han recibido de los gobiernos de Chile, Canadá y la Argentina?
–Los gobiernos de Chile y Canadá acompañaron desde un primer momento todas las alternativas del caso. Con el pasar de los años fueron cada vez más evidentes las injusticias y la negación de los derechos que por ley nos corresponden. Al mismo tiempo fue creciendo el compromiso y el apoyo de los gobiernos de Chile y Canadá hacia sus compatriotas. En nuestro caso, si bien hubo un avance, no se puede comparar con las posiciones y actitudes adoptadas por Chile y Canadá. Durante muchos años estuvimos prácticamente solos y recién a fines de 1997 recibimos la visita de un cónsul argentino, el señor Guillermo Hunt. El siguió de cerca la anterior huelga de hambre (abril de 1998) y está acompañando ésta. En mayo del presente año, nos comunicó que el gobierno de nuestro país se había manifestado ante el gobierno de Brasil para que se efectivizara nuestra semilibertad. Esta actitud nos reconforta, mas desearíamos una participación más activa por parte de las autoridades de nuestro país.
–El secuestro era una operación resuelta en Managua en 1989. Poco después, ustedes estaban presos y la revolución vencida. ¿En qué circunstancia supieron que los sandinistas habían perdido las elecciones?
–En febrero de 1990 nosotros nos encontrábamos en celdas de castigo, sin visitas, patio, radios, TV, periódicos o cualquier cosa quesignificase comunicación con el exterior. Así permanecimos durante 15 meses. Cierto día un preso común, sin comprender a fondo en qué rincón del mundo quedaba Nicaragua, nos trajo la noticia del triunfo de Violeta Chamorro. Sentimos una profunda tristeza al ver la derrota en las urnas de un gobierno que había surgido al calor de las luchas de ese mismo pueblo que le estaba negando su voto.
—Ustedes fueron detenidos el mismo día que Lula disputaba la presidencia del Brasil, el 17 de noviembre de 1989, y la prensa montó una complicidad entre el secuestro y Lula. El PT demoró nueve años en aceptar sus disculpas pues entienden que la derrota electoral se debe, al menos en parte, a ustedes. ¿Cuál es su opinión?
–Ciertamente nuestro accionar afectó el proceso electoral y particularmente al PT. Lo hemos reconocido autocríticamente desde un principio y recientemente miembros de la antigua dirección del MIR hicieron un público pedido de disculpas al PT. Es difícil medir hasta qué grado influenció nuestro accionar en el voto contrario al PT, mas nuestra evaluación es que no fue la causa principal de la derrota. Ya hemos recibido gestos de comprensión de Lula, y el apoyo del PT a nuestra huelga de hambre. Sin exagerar, podemos decir que la solidaridad del PT fue uno de los factores fundamentales.
—El carnaval todo lo puede. En el de este año, Lula y Abilio Diniz se abrazaron y hasta bromearon sobre el secuestro.
–Quien no conozca de cerca el espíritu y el alma brasileños puede sentir asombro al contemplar el abrazo del mayor dirigente popular de este país con el de uno de los más poderosos e influyentes empresarios. La broma referente al secuestro se dio precisamente en el ambiente festivo del carnaval. Lamentamos desde un punto de vista esencialmente humanista la situación por la que atravesó el señor Abilio Diniz por nuestra causa.
–¿Con quién no se abrazarían, ni en carnaval?
–Jamás nos abrazaríamos con la injusticia ni con los injustos, con la tortura ni con los torturadores. Jamás nos abrazaríamos con Videla, Agosti, Massera, Pinochet.
–Recién en 1996 el MIR asumió la responsabilidad del secuestro, y aún no lo ha hecho el Farabundo Martí. Fueron traicionados.
–Durante largos años fuimos tratados como bandidos de la peor especie por parte de los medios de comunicación del Brasil. El reconocimiento del MIR fortaleció nuestra imagen de auténticos luchadores políticos ante la opinión pública y fue para nosotros una reivindicación personal. Lógicamente que nos gustaría tener una actitud similar del lado de los salvadoreños. En ese sentido se ha avanzado bastante y esperamos la visita de Leonel González en los próximos días.
–La historia de ustedes parece ser la de un grupo de náufragos, sin patria, sin organización que los reconozca por años, embarcados en una acción armada el mismo día que la izquierda brasileña luchaba por la victoria electoral.
–Las utopías no se definen como armadas o desarmadas, las utopías han sido el motor del desarrollo humano a lo largo de la historia. Los métodos y las formas de lucha varían de acuerdo con las épocas históricas, las utopías permanecen. Armados con ellas, nutridos con ellas hemos resistido y nos preparamos para el tan ansiado retorno a la libertad.
–¿Cómo es un día de huelga de hambre?
–El desgaste físico es mucho mayor que en abril. En aquella ocasión perdimos un promedio de 10 kilos, ya igualamos aquella cifra. A cada día que pasa se acumulan el cansancio, los mareos, el dolor del cuerpo y la cabeza. Uno sueña con pizzas, asados, choripanes ... En realidad, los días más largos y los noches interminables fueron anteriores al día 16, fecha en que retomamos la huelga. Uno sentía lasensación que seguramente debe sentir el torero en los instantes previos a entrar a la arena, sólo que mucho más prolongada. Ahora ya estamos en el ruedo. Nuestra lucha es por la libertad, y la razón está de nuestro lado.
–Van hasta el fin ...
–El traslado de los compañeros canadienses era uno de los puntos reivindicados por nosotros, junto con la expulsión de los restantes extranjeros y el indulto del compañero Raimundo (brasileño). Gracias a la huelga se concretó dicho traslado. Nuestra decisión es la de llegar hasta las últimas consecuencias si no fueran contemplados nuestros pedidos de justicia.

 


 

Habla el consul Guillermo Hunt “En la Argentina quedarían libres”

t.gif (862 bytes) –¿Qué prioridad concede el gobierno argentino al problema de los detenidos?
–Máxima prioridad. Estamos muy preocupados por la salud de los ciudadanos argentinos que están presos. Los he estado visitando diariamente.
–Usted los vio en las dos huelgas. ¿Qué cuadro de deterioro presentan?
–Llevan 18 días y medio y la anterior duró 16 días. Están más desmejorados que en la anterior, especialmente Humberto, quien tiene muy deteriorados los niveles de potasio y tiene presión alta.
–¿Cree que llegarán hasta el final?
–Ellos tienen una decisión muy firme de continuar con la huelga de hambre, ésa es mi percepción. El gobierno argentino está muy preocupado por el tema y está haciendo gestiones ante el gobierno brasileño. Creemos que es indispensable que rápidamente se termine la revisión de las penas porque las penas que ellos tienen (Humberto y Horacio Paz), de 28 y 26 años, son, sin duda, absolutamente exageradas.
–Ellos no piden revisión sino expulsión. ¿La Argentina aceptaría que volvieran?
–Ellos pueden volver a la Argentina porque no tienen problema.
–¿Quedarían libres en la Argentina?
–Sí, exactamente, si fueran expulsados por el gobierno brasileño.
–¿Ante quiénes gestionó el embajador argentino Jorge Herrera?
–Ante los más altos niveles del gobierno brasileño en Brasilia: Itamaraty (Cancillería), Ministerio de Justicia ...
–Eso traduce la preocupación del Presidente.
–Por supuesto. Tenemos instrucciones del más alto nivel de la Cancillería por escrito ...

 

PRINCIPAL