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Diez preguntas sobre la iraní Nasrim

Las claves sobre qué puede revelar la misteriosa ex amante iraní del taxi boy brasileño Wilson Dos Santos sobre los atentados a la AMIA y a la embajada israelí en Buenos Aires

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Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes)  ¿Nasrim Mohtari tiene que ver realmente con los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA?

--No se sabe. En principio la acusa su ex amante, el taxi boy brasileño Wilson Dos Santos, que convivió con ella durante dos años, entre 1992 y 1994. Es evidente que Dos Santos algo sabía porque avisó a principios de julio de 1994 que podía haber un atentado en Buenos Aires, en un blanco judío que estaba en refacciones. Dos semanas después se produjo el ataque contra la AMIA. Dos Santos explica que Nasrim le confesó que había participado en el atentado contra la embajada de Israel y que le mostró una valija con tres millones de dólares destinados a financiar una nueva operación para la que tenía que viajar a Buenos Aires.

 

--¿Quién es Nasrim?

--Según Dos Santos es una prostituta nacida en Irán en abril de 1965. Llegó a la Argentina en 1987 y ejercía su oficio con una selecta clientela de los alrededores del Congreso. Consiguió un pasaporte a su nombre gracias a los oficios de un diputado justicialista chaqueño, Ferdinando Pedrini, ya fallecido. Conoció a Wilson en 1992 y empezaron a salir, porque ambos ejercían la prostitución. Ella le presentó a algunos de sus amigos, a dos taxistas, Hassan y Guillermo, y a otros hombres y mujeres que se reunían en una fiambrería de la calle Pasco. Según relata Wilson, en dos o tres oportunidades tuvo que esperar a Nasrim en una esquina de la avenida Figueroa Alcorta, cerca de la embajada de Irán. Lo cierto es que después Wilson y Nasrim viajaron a Europa y estando en Zürich, Suiza, ella le confiesa que participó del primer atentado y le muestra la valija.

 

--¿Es confiable el testimonio de Dos Santos?

--Más que confiable es importante, porque él advirtió sobre el segundo atentado. Da la impresión de que el brasileño era parte del grupo terrorista, tuvo alguna participación en el primer atentado y se ve que no quiso participar del segundo. Por eso hizo la advertencia. Le faltan cuatro dedos de la mano, lo que sugiere que tuvo algún problema con explosivos. El dice que pasó una valija por la triple frontera en 1992 a pedido del grupo de iraníes en el que estaba Nasrim, pero que no sabe qué contenía esa valija. Eso parece poco creíble. Evidentemente era integrante del grupo.

 

--¿Hay elementos que prueben que Nasrim Mohtari tuvo que ver con los atentados?

--Fuera de la declaración de Dos Santos es muy poco lo que hay. El viernes, cuando Mohtarina02fo02.jpg (22226 bytes) declaró ante el secretario de la Corte, Esteban Canevari, negó absolutamente todo. Incluso dijo que no conocía a Wilson. Esta parte es insostenible, porque hay pruebas contundentes de que viajaron juntos a Europa, que convivieron en distintos hoteles. Sin embargo, aunque será fácil demostrar que ellos se conocían, será muy difícil probar que tuvieron vinculación con los atentados. Aquí se pagará el precio de la deplorable investigación inicial. El mismo día del atentado, Dos Santos le dio datos a la Policía Federal para localizar a otros integrantes del supuesto grupo iraní. Pareció un teléfono roto, buscaron en lugares equivocados, le transmitieron al juez la información totalmente cambiada. Todo se hizo mal. Ahora la chance de los investigadores está en que Nasrim y Wilson se contradigan, se acusen mutuamente.

 

--¿Es Nasrim Mohtari una pieza de la llamada pista iraní?

--Desde el principio, el juez Galeano está convencido de que los iraníes tuvieron que ver con los atentados. Lo más probable es que alguna organización de Medio Oriente haya estado detrás de los ataques, sobre todo porque da toda la impresión de que hubo suicidas en alguno de los dos atentados o en los dos. Las pruebas contra los iraníes no son muy categóricas. Hay dos arrepentidos, opositores al régimen de Teherán, que declararon ante el juez y sostuvieron que Irán planificó los ataques, aunque no pudieron dar ninguna precisión. El agregado cultural de Irán en Buenos Aires, Moshen Rabbani, pidió precio por una Trafic en diciembre de 1993. Siete meses más tarde, un vehículo de esa marca se utilizó en el atentado. Según los investigadores, el celular de Rabbani fue utilizado en la zona de la AMIA minutos antes y minutos después del atentado. Y, por último, está la historia de Wilson y Nasrim. Estos son los elementos que hay.

 

--¿Por qué aparecieron ahora Wilson Dos Santos y Nasrim Mohtari?

--Hay distintas hipótesis. Algunos dicen que es mera casualidad. Otros, como el abogado de la AMIA, Luis Dobnievsky, sostienen que ahora hay una voluntad política que antes no había. Lo cierto es que Wilson aparece por decisión de las autoridades brasileñas. Estuvo desaparecido durante cuatro años y da toda la impresión que se convirtió en un confidente de algún servicio de inteligencia del país vecino. Cuando hace un mes se inició una verdadera ofensiva sobre Brasil para que entregara a Wilson y estaba a punto de realizarse una conferencia sobre terrorismo, el servicio de informaciones de la Casa Militar de Brasil, de la noche a la mañana, hizo el anuncio de que habían detectado al testigo-clave. El jefe de la Brigada Antiterrorista, comisario Jorge Palacios, jugó un papel decisivo.

 

--¿Y la aparición de Mohtari?

--La venía siguiendo la SIDE desde hace un tiempo. Según informó ayer Página/12 en exclusiva, fuentes de la inteligencia argentina reconocieron que la mujer fue traída al país merced a un acuerdo entre un servicio europeo y la SIDE. La versión de que iba a Uruguay es falsa, ya que el avión de Air France no llegaba a Montevideo. Además, Nasrim no viajaría a Buenos Aires por su propia voluntad sabiendo que la están buscando y menos todavía lo hubiera hecho con el pasaporte a su nombre. "Fue una operación parecida a la de Gorriarán Merlo y hecha par la misma gente", le explicó la fuente a este diario. Esto significa que actuó la Sala Patria de la SIDE y que la mujer fue objeto de un pacto entre servicios.

 

--¿No hay una trama política detrás?

--En el duhaldismo están preocupados. Dicen que Wilson y Nasrim van a empezar a hablar de la Policía Bonaerense y de las vinculaciones de esa fuerza con el atentado. Esta es la versión que le dio a Página/12 un hombre cercano al gobernador, quien detrás de todo el operativo ve la mano del menemismo. A priori, parece un temor infundado, porque lo más probable es que Mohtari niegue todo.

 

--¿Cuáles van a ser los próximos pasos?

--Mañana declara Nasrim y seguramente seguirá rechazando la versión que dio su ex amante. Esta misma semana o tal vez la otra viaja el juez Galeano a Brasil a tomarle declaración a Dos Santos. Será muy importante ver si se mantiene en sus dichos. Hasta el momento, las autoridades brasileñas han dado muchas vueltas con ese interrogatorio y se muestran muy inquietas porque ya hay dos brasileños que aparecen vinculados a atentados. Uno es Wilson, el otro es un individuo que se presentó como Ribeiro Da Luz y compró la camioneta Ford F-100 que se utilizó como coche-bomba en el atentado contra la embajada de Israel. En resumen, hay que ver qué se avanza con las dos declaraciones.

 

--¿Hay avances hacia el esclarecimiento?

--Está claro que había que detectar a Dos Santos y Mohtari para ver si se puede aclarar cómo es que sabían que se venía el atentado contra la AMIA. Sin embargo, lo más significativo es investigar la llamada conexión local, es decir cómo consiguieron los terroristas la Trafic que era de Telleldín, quién proveyó los explosivos, dónde se armó el coche-bomba, cómo se hizo la parte final del atentado. Es fundamental volver cuanto antes sobre esa trama de ladrones, policías, carapintadas y ex servicios de inteligencia que trabajaron en el atentado.

 

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