|
Por Verónica Abdala A un mes de la finalización de "Buenos Aires a Libro Abierto", una plan oficial destinado a impulsar el consumo de obras y los debates culturales, una iniciativa privada originada en un grupo de editoriales intentará durante esta semana fomentar el consumo, la discusión e incluso la discusión en torno del libro. Las ideas centrales de la iniciativa son el regalo de un libro a los interesados en la literatura nacional y dos noches consecutivas de espectáculos en el Teatro Alvear, orientados hacia el viejo hábito de hablar sobre lo que se lee, por qué se lee y para qué se lee. La propuesta de agitar el ambiente cultural, para ver después qué pasa, nació de una idea del director del ICI, José Tono Martínez, y refleja una tendencia internacional cuyo fin es fomentar el hábito de la lectura con métodos no tradicionales, a veces poco ortodoxos. Esta vez, el énfasis estará puesto en acercar a los lectores a la literatura nacional. La iniciativa tiene dos patas. Por un lado, ya se publicó una antología de cuentos de autores argentinos, titulada Nuestros cuentos, que le será obsequiada a cada persona que compre, desde mañana, en librerías porteñas, ejemplares de poesía o de narrativa argentina. El libro, del que se imprimieron 20 mil ejemplares, reúne relatos de Silvia Arazi, Marcelo Birmajer, Jorge Accame, Martín Kohan, Eduardo Berti, Cristina Bajo, Laura Fava, Guillermo Martínez, María Martoccia, Inés Rivera, Carlos Bernatek, Edgardo González Amer, Vizconde de Lascano Tegui, Gustavo Nielsen, Inés Rivera, Cristina Siscar y Graciela Schvartz. La segunda pata son las llamadas jornadas de difusión cultural "Los libros en nuestra vida: Fiesta de la Literatura Argentina", de las que participarán, entre otros, el escritor y humorista Roberto Fontanarrosa, la cantante Liliana Herrero, el músico Gerardo Gandini, los actores Patricio Contreras, Claudio Gallardou y Esther Goris, el dibujante Miguel Rep, los periodistas Mario Mactas y Bobby Flores y la intérprete Lidia Bordal. Estas veladas, gratuitas, transcurrirán el sábado y el domingo próximos, en el Teatro Alvear. El costo total de la publicación del libro y la realización de los eventos del viernes y sábado asciende a cuarenta mil dólares, según informó a Página/12 Daniel Divinsky, de Ediciones De La Flor. Ese dinero salió de un pozo al que aportaron un grupo importante de editoriales --Alfaguara, Ameghino, Atlántida, Beatriz Viterbo, Colihue, De La Flor, Desde La Gente, Emecé, Fondo de Cultura Económica, Galerna, Grigalbo, Mondadori, Losada, Perfil, Planeta, Sudamericana, y Tusquets-- y tres instituciones, el ICI, el Fondo de Cultura Económica y el Fondo Nacional de las Artes. En el primer encuentro, el sábado desde las 21, Fontanarrosa, Mactas, y Sylvina Walger relatarán experiencias de vida relacionadas con los libros, Contreras leerá una selección de textos, Liliana Herrero cantará algunos temas de su repertorio acompañada del guitarrista Diego Rolón y Gerardo Gandini interpretará un minirrecital de piano. La conducción estará a cargo de Julia Bowland. El segundo, el domingo, a partir de las 20, bajo la conducción de Bobby Flores, incluirá una mesa redonda en la que el periodista Osvaldo Quiroga, el escritor Marcos Aguinis, Rep y Jorge Guinzburg conversarán de literatura y libros. Además, Esther Goris y Claudio Gallardou leerán una serie de fragmentos especialmente elegidos para la ocasión, Lidia Borda cantará una selección de tangos acompañada por el dúo Cruz Diablo (Facundo Bergalli y Diego Schissi). Por último, el filósofo Alejandro Rozitchner dialogará con el líder del grupo Los Visitantes --e integrante del grupo de acción poética Los Verbonautas--, Palo Pandolfo, sobre sus experiencias de lectores. "Esto no es un regalo, es una invitación a la fiesta de la narrativa argentina. Porque una fiesta privada es siempre una mezquindad, una falta de buen gusto, nos hemos reunido para proponerles compartir con nosotros el placer de leer a algunos de los mejores cuentistas de aquí y ahora", explican los editores en el prólogo de Nuestros Cuentos. La preocupación por el descenso de los índices de lectura promedio por habitante ante el avance del consumo de medios audiovisuales, como la televisión, no es nueva: arranca en los tempranos '70. Ahora, los proyectos destinados a intentar resolver esta cuestión --que es bastante más compleja de lo que a simple vista parece, porque supone un cambio de hábito generalizado asentado en una yuxtaposición de factores políticos, económicos y culturales-- comienzan a proliferar en la Argentina, desde sectores oficiales y privados, acciones concretas para intentar aportar soluciones. En la Argentina las estadísticas oficiales son preocupantes: se calcula que los chicos en edad escolar leen un promedio de 0,66 libro por año, al margen de los libros de textos.
|