El asalto salió mal. Robó un auto y huyó, perseguido, a un lugar que pensaba seguro. "La policía vino a buscar un muchacho y lo mataron mal. Salió del coche y lo bajaron. Entonces, la gente agarró, salió de la villa y empezó a tirar piedra." En medio de los gases, la Ciudad Oculta atacó y destrozó la comisaría de Villa Lugano, quemó un auto y se batió con la guardia de infantería. Los policías no se asombraron: "En estos lugares, es normal la reacción de la gente, porque así es su forma de vida".
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