El Grupo de
los Cinco presentará hoy en forma oficial la ya anunciadísima postulación de Carlos
Chacho Alvarez como candidato a vicepresidente de la fórmula presidencial de
la Alianza que encabezará Fernando de la Rúa. Pero, todo parece indicar, la fiesta no
será completa. Pese a que lo había pedido, Graciela Fernández Meijide no podrá mostrar
al dirigente radical que la acompañará en la competencia por la gobernación bonaerense.
El tema todavía viene siendo debatido intensamente dentro de la UCR y, aunque no hay
definiciones, el intendente de San Isidro, Melchor Posse, parece ir lentamente avanzando
en las preferencias para quedarse con el codiciado lugar.
Será a las 18 en el hotel Bauen. La conducción aliancista volverá a mostrarse unida y
distendida en público aunque, como la semana pasada, sin mucho nuevo que decir. A esta
altura, el motivo de la reunión que Alvarez será el vice de De la Rúa es
una de las noticias más repetidas de la política desde el domingo pasado, una vez que
quedó claro el concluyente resultado a favor del radicalismo que dejó como saldo la
interna aliancista. La proclamación de la fórmula, incluso, estará anticipada por la
primera pegatina de afiches de De la Rúa-Alvarez que desde temprano
decorarán los muros de la Capital.
Entonces, como para matizar, es probable que el anuncio vaya acompañado de alguna fuerte
declaración de la coalición opositora contra los nuevos intentos reformistas de Carlos
Menem o, también, sobre la presentación judicial que hará el Gobierno para que se
investigue la venta de armas durante la gestión de Raúl Alfonsín (ver página 2).
En cambio, el otro objetivo pensado para la reunión, la presentación simultánea de la
fórmula para la gobernación bonaerense, no pudo ser consensuada. El sábado, en una
reunión que mantuvieron Alfonsín, Leopoldo Moreau, Federico Storani y Horacio Jaunarena
para tratar el tema, no hubo avances significativos. En un momento se barajó la idea de
adelantar la interna bonaerense de abril para el 27 de diciembre, pero la idea enseguida
fue desechada porque concluyeron que la asistencia a los lugares de votación sería más
bien escasa. Storani es el compañero preferido por Fernández Meijide pero ayer volvió a
dejar en claro que no quiere ocupar ese lugar y postuló a un dirigente de su mismo
sector: el intendente de Bahía Blanca, Jaime Linares. Lleva dos mandatos
consecutivos y tiene gran predicación en el sur bonaerense, explicó Fredi.
Su posición se suma a la manifestada por el senador Leopoldo Moreau, quien también se
autoexcluyó para el cargo. Entonces, como los que pueden no quieren, queda el terreno
abierto para los que sí quieren, como es el caso de Posse. El intendente de San Isidro
cuenta con el silencioso apoyo de De la Rúa y parece ir ganando terreno dentro de la UCR.
Por ejemplo, el vocero de Alfonsín, Federico Polak, aseguró que la candidatura de
Posse en la provincia es tan importante como es la de Alvarez a nivel nacional.
El problema para Posse es la invariable oposición a su candidatura de Storani y Moreau.
En este sector creen que detrás de la avanzada del intendente de San Isidro se esconde la
intención de los amigos de De la Rúa de formar una cabecera de playa en la provincia de
Buenos Aires. Posse se portó muy bien con nosotros, admitía ayer un operador
delarruista que quiere ver al intendente junto a Fernández Meijide. Si no va
Storani, no hay mejor candidato que Posse, aseguraba. De cualquier forma insistía
en que, al menos en lo público, el flamante candidato presidencial se mantendrá al
margen de la disputa en la provincia.
Jefes de las líneas de mayor peso en el distrito, Storani y Moreau vienen amenazando a
Posse con una interna para todos los cargos que podría dejarlo mal parado, si es que no
se resigna a negociar la candidatura. Si Posse abandona su actitud, el nombre del
gobernador sale en un minuto, aseguran en este sector.
EL DUELO |
El
Pacto de Olivos: 4 años después
El escándalo de los senatruchos reinsertó fuertemente el tema de las
inconsistencias o faltas de la reforma constitucional de 1994. Sobre este tema Ricardo Gil
Lavedra (UCR) y Eugenio Raúl Zaffaroni (Frepaso) intercambian aquí sus posiciones e
interrogantes sobre lo que permanece inconcluso, oscuro, o insuficiente en la
Constitución a cuatro años de su reforma. |
Pregunta:
Eugenio Raúl Zaffaroni
Responde:
Ricardo Gil Lavedra
1 ¿El actual problema en el Senado no reconoce como antecedente más lejano que se
concedió demasiado para la negociación de 1994, al respetar mandatos hasta el 2001?
En las conversaciones en las que se gestó el acuerdo político que condujo a la reforma
constitucional de 1994, el término del mandato de los senadores y el comienzo de vigencia
ocupó un lugar importante. Se discutió mucho acerca de la posibilidad de acortar el
período a cuatro años, unificándolo con el de los diputados, lo que hubiera sido
quizás una solución más racional. No hubo caso. Los senadores amenazaron con no votar
la necesidad de la reforma si con ésta perdían un minuto de su mandato. Finalmente, los
partidos cedieron a esta presión y se respetaron los mandatos existentes, lo que obligó
a diferir la vigencia del art. 54 de la Constitución hasta el 2001.
2¿No fue peligroso admitir una cláusula constitucional que contiene una expresión tan
imprecisa como en lo posible?
La expresión en lo posible de la cláusula transitoria cuarta apunta a una
imposibilidad táctica derivada de una situación anterior. Ello acontece cuando permanece
en su banca un senador ya elegido, cuyo partido político o alianza no sea primero o
segundo en número dentro de la Legislatura.
3¿Si la mayoría del Senado hubiera desconocido las decisiones de la Corte, no se hubiera
generado un conflicto de poderes que no tendría un órgano competente para dirimirlo?
Sí, es probable. Nuestro sistema institucional no prevé un órgano encargado de dirimir
los conflictos entre los poderes, como es habitual en el derecho continental europeo.
4¿No hubiese sido preferible en 1994 crear un Tribunal Constitucional al estilo europeo
para resolver estas situaciones?
En el primer documento con las exigencias del radicalismo para la reforma se lee:
Creación de una Corte Constitucional, a la semejanza de las europeas, con
vinculación parlamentaria y temporalidad en la designación de sus miembros, encargada de
efectuar un control de constitucionalidad tanto preventivo como remedial y de resolver los
conflictos entre los poderes del Estado. Esta propuesta se perdió en los debates
posteriores, pues no había consenso dentro del propio grupo radical. |
Pregunta:
Ricardo Gil Lavedra
Responde:
Eugenio Raúl Zaffaroni
1 ¿La incorporación del Instituto del amparo al texto constitucional, o la de los pactos
internacionales sobre derechos humanos, ha incidido en algo en la práctica judicial?
Creo que los resultados están comenzando a percibirse en las decisiones cotidianas de la
justicia. De cualquier manera, cabe tener presente que los actuales jueces fueron
entrenados en una cultura jurídica previa al desarrollo internacional de los derechos
humanos. Estoy seguro de que los efectos positivos serán progresivos, a medida que se
incorporen jueces doctrinariamente preparados en esta perspectiva.
2 ¿Cuáles son las razones por las que, a su juicio, el Congreso de la Nación ha
demorado tanto en la sanción de las leyes reglamentarias de la reforma? ¿Por qué cree
que la influencia de la enmienda en las prácticas del Ejecutivo ha sido escasa?
Después de obtener la reelección de Menem, el oficialismo ha tratado de minimizar o
postergar la vigencia de la reforma constitucional. Desde el oficialismo, las reformas
sólo fueron concesiones que debían neutralizarse, con notorio desprecio por el valor de
lo institucional. Por ello procuraron que las fórmulas constitucionales fueran
incompletas y genéricas, para especular después con las imprecisiones a la hora de
legislar en el Congreso.
3 ¿Puede influenciar prácticamente a la lucha contra la corrupción ubicar el Ministerio
Público como institución extra-poder?
No tengo posición tomada sobre la conveniencia de ubicar al M.P, pero es muy positivo
para la lucha contra la corrupción y para la justicia en general, que el M.P. haya dejado
de depender del Ejecutivo, que los fiscales tengan garantías de estabilidad y que no
deban cumplimiento a las órdenes de los ministros.
4 ¿Establecer por ley la elección directa del intendente de la Ciudad de Buenos Aires
hubiera satisfecho el reclamo de los vecinos?
Quizá una parte de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires se hubieran contentado con
un intendente electo. Es natural: nunca conocieron el federalismo, porque se lo habían
cancelado hace más de un siglo. Nadie aprecia derechos que no tiene y que le parece
normal no tener. La intervención federal continua sobre la ciudad se había
institucionalizado como normal desde 1880. |
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