Por Adriana Meyer
El encuentro
ocurrido el jueves 19 de noviembre en la librería Marista -informado en exclusiva por
Página/12 fue una demostración de la reciente alianza entre el neonazi Partido
Nuevo Orden Social Patriótico (PNOSP) y otros grupos nacionalistas, fascistas y ex
carapintadas, con vistas a las elecciones del año próximo. Quien se ocupó de alquilar
el Auditorio Champagnat a los dueños de esa librería fue Marcos Ghío, aquel profesor
que en 1994 fue obligado a renunciar en Neuquén debido a su reivindicación de la
dictadura. Pero antes se había hecho famoso por sus comentarios antisemitas y delirantes,
como el que hizo en 1987 cuando el Obelisco apareció manchado de rojo. Ghío aseguró que
había sido una conspiración judía para circuncidar a Buenos Aires.
Los nazionalistas vernáculos están abiertamente lanzados para participar de
la carrera electoral del año próximo y su candidato parece ser el líder del PNOSP,
Alejandro Franze. Este muchacho fornido y sus cabezas rapadas no pierden oportunidad para
mostrarse, ya sea pintando la consigna Franze presidente en las cercanías del
Parque Rivadavia, o acudiendo a los Tribunales para dar su apoyo al dictador Emilio
Massera, tal como ocurrió el martes 24. El PNOSP fue el más grupo más visible de los
que participaron de la conmemoración de la Vuelta de Obligado en la librería Marista de
la avenida Callao, pero en los afiches que convocaban al encuentro también apoyaban el
Movimiento para la Reconquista, el carapintada Rubén Gioanini el ex dirigente de
los jubilados que fue expulsado de las marchas por Norma Plá y la Concertación
Nacionalista Argentina que integra Marcos Ghío.
El contador de la librería, Guillermo Bobrik, reconoció a este diario que quien le
alquiló el auditorio fue Ghío, y que ya lo había hecho en años anteriores. De hecho
este diario informó que en 1995 y 1996 se realizaron allí las Reuniones de
Actualización de la Situación Argentina e Internacional, organizadas por los Centros
Cívicos Patrióticos que integran Santiago Roque Alonso, Hugo Esteva y Antonio Rego. El
señor Bobrik se mostró sorprendido por la presencia de neonazis en ese centro de
difusión religioso, pero se sorprendería aún más si conociera algunos de los
antecedentes de Ghío.
En septiembre de 1994 el Consejo Provincial de Educación de Neuquén dispuso un sumario
contra el profesor de Educación Cívica Marcos Ghío, acusado de reivindicar la dictadura
y de promover un régimen de facto para que gobierne nuestro país. Ghío
prefirió renunciar a su cargo antes de que sus clases fueran puestas bajo observación
por el Consejo, pero ese organismo decidió investigar si el docente incurrió en
apología del delito. La denuncia había sido hecha por José Uranga, padre de
un alumno del CEPEN 23, una escuela secundaria ubicada en pleno centro de Neuquén. Ghío
desmintió todas las acusaciones.
El investigador Alberto de Renzis, miembro del Movimiento contra el Racismo, la Xenofobia
y la Discriminación, mientras armaba el archivo de esa agrupación encontró una carta de
Ghío publicada en el periódico Alerta Nacional del nazi Alejandro Biondini, con fecha
octubre de 1987. Allí Ghío hace gala de lo que él llama el pensamiento
profético para interpretar una serie de acontecimientos. Una visión
tridimensional de la historia a la que adherimos, una sociedad secreta, convertida en
poder mundial, llámese masonería, Trilateral o judaísmo, ha logrado controlar el
devenir de los acontecimientos (...) El procedimiento adoptado es el de hacer acontecer
algunos hechos en determinadas fechas cuya sincronización numérica evoque rumbos o
sucesos futuros. Para ello una sola meta es válida, la dominación absoluta de la especie
humana, escribió.
A continuación explica que el 28 de junio de 1966 se anunciaba al mundo a través de un
medio masivo el nacimiento del Anticristo, con la película El bebé de Rosemarie.
Esa fecha reúne dos características numerológicas esenciales: Por un lado el 6/66
señala el número de la bestia, pero porotro la suma de los tres números, el 28 + 6 +
1966 nos da la cifra 2000, año en el cual reinaría el Anticristo, que ingresaría al
tercer milenio para reinar con él con la misma edad con que Jesucristo entró al
primero, argumentó el nacionalista.
La conclusión es que el 9 de Julio, fecha de la Independencia, es celebrada con la
inmolación y desangramiento de un patriota (Alfredo Guereño, considerado mártir por un
sector de ese pensamiento). El 17 de agosto, aniversario del padre de la Patria, es
celebrado con la circuncisión simbólica de uno de los centros energéticos de la
República, el Obelisco (que apareció en esa fecha con manchas rojas, que según Ghío
era la sangre de Guereño). El 28 de junio, con la amputación de las manos del último
Caudillo de los argentinos (Juan Perón). De este modo, en un lapso de apenas 47 días, el
poder oculto ataca a nuestra nación en tres puntos esenciales: el patriotismo, el orden
institucional y el liderazgo político, razonó Ghío en las páginas del periódico
de Biondini.
Un testimonio fundamental
Esta declaración permitirá establecer cuál es el vínculo entre los grupos
internacionales y locales que pudieron haber participado de los atentados a la Amia y a la
embajada israelí.
Con estas palabras, Rogelio Cichowolsky, abogado de la Delegación de Asociaciones
Israelitas Argentinas (DAIA) definió la importancia de la indagatoria que hoy continuará
prestando ante Esteban Canevari, el secretario de la Corte Suprema, la ciudadana iraní
Nasrim Mohtari. La prostituta que fue detenida el viernes pasado en el aeropuerto
internacional de Ezeiza fue vinculada al atentado contra la embajada israelí y en tareas
previas al ataque contra la Amia por el taxi boy brasileño Wilson Dos Santos.
OPINION
La tendencia al delirio
Por Sergio Kiernan |
Leer la prensa neonazi no
sólo indigna, sino que además asombra. ¿Cómo puede ser que gente grande, que no esté
diagnosticada o medicada, ponga al anticristo como elemento de análisis político?
¿Cómo pueden hablar de que una mancha en el obelisco es una circuncisión
simbólica del país, como afirma Ghío? Patricio Maguire, un industrioso difusor de
las ideas neonazis y racistas en su desaparecida revista Masonería, explicaba la
traición de Menem al ideario proteccionista y nacionalista porque su ama de
leche, que le dio de mamar en su primera infancia, era judía. Para Maguire, Menem
mamó la traición y la duplicidad de esa judía.
Esta mezcla de ingenuidad, literalidad medieval y mala fe profunda se repite una y otra
vez. No es casual, ya que representa un elemento esencial del horizonte ideológico del
neonazi y del extremista nacionalista: la mentalidad paranoide.
Los neonazis suelen hablar de su momento de la verdad, el día en que leyendo
o hablando con un militante descubrieron la verdad de la vida. Es muy común
que cuenten que una venda cayó de mis ojos o que un telón se
corrió permitiéndoles ver cómo son las cosas en realidad. Con
variantes de acuerdo a las tendencias de cada grupo (más o menos católico, más o menos
germanizado, más o menos juvenil y rapado), el descubrimiento es el de un poder oculto,
un gobierno mundial secreto, un orden real que no es aparente.
Sea la trilateral, los judíos, el gran capital internacional, los masones, los liberales,
la reina de Inglaterra (una favorita de los grupos norteamericanos, que suponen que
gobierna el mundo en sociedad con el Papa) o una combinación de grupos, el gobierno
secreto es todopoderoso e invisible. Pero, al saber íntimamente que existe, uno encuentra
signos, hechos que pasan desapercibidos para la gilada que no se iluminó. Por
ejemplo, una mancha de pintura roja en el obelisco, de la que uno pensaría que es una
marca de una despedida de solteros con mucha cerveza.
Richard Hofstadter, un brillante historiador contemporáneo de los EE.UU., escribió hace
medio siglo un librito seminal, El estilo paranoide en la política norteamericana, donde
hace la historia de los movimientos radicalizados, oscurantistas, xenófobos y agraristas
de su país. El elemento central, en todos, es la necesidad imperiosa de un enemigo, si es
posible, todopoderoso y opresor, secreto e inmoral, que busca oprimir al verdadero pueblo.
Hofstadter se limita a escribir sobre norteamericanos, pero sus conclusiones generales se
aplican a muchos otros.
La idea de ser el único que conoce la verdad es inmensamente atractiva y un enorme
consuelo ante las amarguras de la vida. Si el partido de uno es ínfimo y no crece, si uno
no tiene el trabajo que piensa que se merece, si otros son más ricos, más exitosos, más
inteligentes, uno tiene el honor y la lucidez de conocer la verdá verdadera
de cómo funciona el mundo. ¡Nada menos! Uno es el que entiende las señales, el que
identificó al vero motor de la historia, el que conoce al enemigo y puede descubrir sus
actos esotéricos.
Y, como ocurre generalmente, los problemas de la vida de uno se deben a los actos del
enemigo todopoderoso, que teme a los lúcidos, jamás a los actos propios, a la
responsabilidad. |
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