El ex golpista impone respeto
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Por Juan Jesús Aznarez Desde Caracas
"La Asamblea Constituyente no tiene marcha atrás." El presidente electo de Venezuela Hugo Chávez advirtió ayer que cumplirá sus promesas de reformar profundamente el sistema político y judicial nacional, a través de una Asamblea Constituyente. Esta es su propuesta más polémica. Convocará un referéndum para apoyarla 13 días después de asumir como presidente. La jornada que siguió a las elecciones más concurridas de los últimos 40 años en Venezuela transcurrió con tranquilidad, y el ex golpista recibió el saludo de Estados Unidos y de Cuba, país al que había visitado luego de su liberación dictada en 1994 por el actual presidente venezolano Rafael Caldera. La Casa Blanca anunció que está dispuesta a otorgarle a Chávez una visa de entrada a Estados Unidos, luego de habérsela negado desde su intentona golpista en 1992. "Estimado Hugo Chávez: aunque te acosaron incesantemente y te calumniaron por el hecho valiente de tu visita a Cuba, pensando que así restarían fuerzas y votos a tu candidatura, tu aplastante victoria demuestra que los pueblos han aprendido mucho", dijo en una carta difundida ayer el líder cubano Fidel Castro. "Felicitamos al señor Chávez por la impresionante victoria", fue el saludo del portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart. A pesar de la tranquilidad en las calles de Caracas, y de estos signos alentadores para las relaciones exteriores del próximo gobierno venezolano, sigue en pie la inquietud por las promesas electorales de Chávez. "Lo que voy a hacer no será un reforma superficial", reiteró ayer. Sus adversarios temen que el nuevo orden promovido por el chavismo, "la democracia participativa" en ciernes, el establecimiento de tribunales populares que sustituyan a los actuales, la creación de comités de seguimiento y vigilancia en los centros de trabajo e instituciones públicas --establecidos en los estatutos del Movimiento Quinta República (MVR), el partido fundado por Chávez--, dividan todavía más el país, recorten sus libertades y conduzcan a una administración de corte militarista. El presidente electo niega que ésas sean sus intenciones: sólo intentaría democratizar un Estado "podrido y corrupto". Su asesor jurídico, Hermann Ezcarra, anticipó que el nuevo gobierno buscará el consenso de todas las fuerzas políticas y procurará convencer al Congreso surgido de las legislativas del pasado día 8 de noviembre sobre la necesidad de esa Asamblea Constituyente. Es probable que Acción Democrática (social-demócrata), Copei (socialcristiano), y el Proyecto Venezuela --del derrotado candidato conservador Henrique Salas--, se opongan en coalición a las demandas rupturistas. Entonces, el referéndum seguirá adelante y, si triunfan sus postulados, el Congreso perdería contenido en beneficio de la Constituyente, y las funciones del primero quedarían reducidas a tareas administrativas. Senadores y diputados deberán renunciar. Más allá de las revolucionarias promesas de campaña, no hay seguridades acerca de cuál es el límite al que es capaz de llegar el ex teniente coronel en su prometida refundación de la república desde las cenizas del viejo régimen. Aunque el programa económico de Chávez ha sido formulado en términos vagos, teóricamente es de carácter proteccionista y, por tanto, deberá atender los requerimientos de las federaciones de empresarios agropecuarios nacionales, que aportaron cuantiosos fondos a su campaña y esperan políticas que impidan, o al menos frenen, la masiva entrada de importaciones baratas. No detendrá el proceso de privatizaciones, pero tampoco lo acelerará, el petróleo quedará en manos del Estado, y negociará mayores comodidades de pago y una reestructuración de la deuda externa. Llamó a la inversión, pese a que en campaña advirtió que revisaría algunos contratos, y prometió reforzar la seguridad jurídica, un constante reclamo de los hombres de negocios interesados en invertir en este país. Atento al lenguaje político en boga, se sitúa del lado del laborista británico Tony Blair. "Queremos construir un modelo económico distinto al liberalismo salvaje, y el esfuerzo de la `tercera vía' merece ser estudiado. Aquí lo llamamos la vía humanista del modelo económico: que genere empleo y felicidad al pueblo." Empresarios importantes confesaban en privado su temor a que el programa ensayado en los primeros meses del gobierno sea de perfil populista y acabe conduciendo la actual crisis económica a la catástrofe. "Deberá decretar una maxidevaluación del bolívar para tratar de corregir el abultado déficit fiscal", pidió Armando Montenegro, presidente del sindicato financiero de Venezuela. De entrada, Chávez negociará el Presupuesto de 1999, cuya aprobación deberá estar acordada en marzo, pero aún no se ha pronunciado al respecto. Lo que sí ofreció, sin precisar el monto, es un aumento salarial a los enfurecidos trabajadores. La comisión legislativa que aborda este asunto se reúne en enero, y para entonces el presidente electo habrá de definir su postura y conciliar con los sindicatos, uno de sus principales apoyos electorales. América latina será su prioridad en política exterior: concretamente, Colombia, Brasil y República Dominicana, países a los que viajará antes de la investidura. En sus primeras declaraciones como presidente, Chávez atemperó su manifiesta admiración por la Revolución Cubana y por Fidel Castro para declararse "amigo de todos". Por lo que se ve, tanto Cuba como la Casa Blanca ya le confirmaron que tiene la posibilidad de serlo.
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