De regreso a las crónicas |
Por
Arturo Menéndez Vall-Serra
La compra de Cambio, que tiene entre sus accionistas minoritarios a Daniel Samper, hermano del ex presidente Ernesto Samper, a quien García Márquez criticó duramente, se logró después de varios meses de ires y venires. Según García Márquez, los nuevos dueños de Cambio adquirieron la publicación con el producto de "la punta de los dedos, es decir, con la máquina de escribir". En su último libro Noticia de un secuestro, Gabo ratificó su condición vital de reportero en un país que, como Colombia, tiene una realidad tan inverosímil, que está próxima a la ficción. El Nobel y sus socios aspiran a tener una publicación que sea en sí misma noticia y que sus artículos den mucho de qué hablar. El ex ministro de Comunicaciones del gobierno de César Gaviria (1990-1994), Mauricio Vargas, actual director del noticiero de televisión CM&, es uno de los nuevos socios de Cambio y asegura que los artículos del semanario pondrán a hablar al país, a generar hechos y no se limitará al registro de lo pasado. Vargas, que fue director de la revista Semana, se retira del noticiero de televisión CM& para rescatar la crónica "acaso ficción en las mentes de otras latitudes pero dura, a veces amable, pero siempre extraña y absurda en esta nación". García Márquez, con una imaginación nutrida desde la realidad colombiana y latinoamericana, piensa en Cambio no sólo como una revista sino como una escuela de periodismo en la que el rigor histórico, la investigación, la interpretación de los hechos y su narración serán lo más preciso. El hecho de que la realidad colombiana sea tan inverosímil, lo que causa graves dificultades de comprensión de todo lo que pasa en esta nación, que no resiste 24 horas con algo de quietud, fue lo que lo llevó a decir que "en un país así, ¡qué carajo!, a los novelistas no nos queda más remedio que cambiar de oficio".
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