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Página/12 tuvo ayer acceso exclusivo a la entrevista que el periodista Martín Pitton realizó a Roberto Sassen van Esloo, titular de Prodefensa, la empresa que intermedió por encargo del gobierno ecuatoriano para gestionar la compra de armas a Fabricaciones Militares. Sassen van Esloo aseguró en la extensa conversación que siempre entendió que las tratativas se mantenían con el Estado argentino, ya que así se lo había expresado el coronel Edberto González de la Vega, director de coordinación empresaria de la fábrica. Sassen hace un escalofriante relato de las amenazas de muerte que le fueron proferidas en la propia sede de FM y reitera que le dijeron que Carlos Menem conocía su destino final. El tape se emite mañana a las 21 por el Canal 14, en el programa Contrapunto. ¿Con quién se arregló la transacción? En primera instancia con el señor Luis Sarlenga y el coronel González de la Vega. ¿Cómo entraban ellos en este negocio? Antes de tomar contacto con estos personeros de Fabricaciones Militares me contactó a mí Jean Bernard Lasnaud, que era contacto de mi representante en Canadá. Le pedí que me diera constancia de la seriedad de la operación y me llamó el coronel Diego Palleros, a quien creí un militar en actividad. Luego me habló del señor Luis Sarlenga y del coronel González de la Vega, presentándomelos como directores de Fabricaciones Militares. Por seguridad, por tratarse de una negociación de mucha trascendencia, pedí los teléfonos de ellos en sus oficinas de Fabricaciones Militares e hice la verificación. ¿Lasnaud demostraba estar al tanto de los decretos que permitían la exportación de armamento? Definitivamente sí. El me hizo esa presentación para dar más garantías a la operación y posteriormente Fabricaciones Militares me envió copia del decreto presidencial y copias de la designación de Hayton Trade como representante de la exportación. ¿A usted no le llamó la atención que en el decreto 103/95 figurara como destinataria Venezuela? No. Yo tuve mis inquietudes respecto a un tercer país, pero ellos me dijeron que mientras se tramitaba la exportación y se terminaba la preparación del armamento eso se cambiaría. ¿Diego Palleros se presentó como representante de Fabricaciones Militares? Así es. Me dijo: Yo represento los intereses internacionales de Fabricaciones Militares. ¿Qué relación había entre Lasnaud, Diego Palleros, Luis Sarlenga y González de la Vega? Al principio pensé que era una relación profesional. En mi primera visita a Buenos Aires comprobé que se trataba de una relación muy buena, especialmente con González de la Vega y Sarlenga. ¿Usted creía que estaba en negociaciones con el gobierno argentino? Por supuesto que sí. Caso contrario no hubiera habido ninguna negociación. Cuando no se puede cumplir con los procedimientos tradicionales del comercio exterior, debe ser así. Una empresa privada puede declararse en quiebra, estafar. Uno sabe que el Estado nunca se declara en quiebra. ¿Sabía que Argentina era garante de paz y la venta resultaba incompatible con ese compromiso? Fue una de mis primeras preguntas a los personeros de Fabricaciones Militares. Ellos me dijeron que no tenían inconvenientes para esta negociación y, ahora lo veo, cínicamente, que tenían incluso cierta preferencia por Ecuador. Ahora, yo no soy diplomático, soy proveedor de armas. ¿Quién le dijo eso? Exactamente el coronel González de la Vega. ¿Es verdad que usted fue amenazado de muerte en Buenos Aires? Sí. Cuando llegué por primera vez a Buenos Aires lo hice para recuperar el dinero entregado, porque pese a promesas y disculpas hasta el tercer embarque sólo llegó chatarra y basura (...). Estuvimos esperando en la oficina de Horacio Estrada hasta que llegó el coronel Palleros. Yo tengo muy buena memoria. Me fue a buscar en su vehículo, un Ford Escort azul, y fuimos a Fabricaciones Militares. Bajamos a un subsuelo, nos recibió una persona que nos llevó por un pasillo muy largo hasta las oficinas del coronel González de la Vega, que tenía un bonito Rolex de acero y oro. Estaban también Luis Sarlenga, dos señores que se presentaron muy abiertamente como del Ministerio de Defensa y dos secretarias que parecían hermanas, muy guapas. González de la Vega estaba sentado en la parte frontal de su escritorio y ante mi insistencia con la devolución del dinero pegó un manotazo y me dijo: Usted no sabe lo peligrosas que son este tipo de operaciones. Le pueden costar la vida. Yo me mantuve calmo y le contesté que no había venido solo, que en la embajada había gente de inteligencia militar. Luego de eso cambió el tono, se rió y explicó que estamos todos muy nerviosos. ¿A usted le dijeron que el presidente de la Nación estaba informado de que las armas eran para Ecuador? Sí. ¿Quién se lo dijo? El coronel González de la Vega. (...) Volviendo a la reunión donde lo amenazaron. ¿Es verdad que le ofrecieron 100 mil dólares para conseguir certificados de uso final de otros países? Así es. Yo creo que cometieron desde el principio un gran error: creyeron que el grupo ecuatoriano tenía las mismas características delincuenciales que ellos. Además, lo hacían para distraer mi atención de lo que era mi objetivo: cobrar mi dinero y digo mi dinero porque yo ofrecí las garantías. (...) ¿Es verdad que cuando las armas fueron embarcadas había un representante militar ecuatoriano que se dio cuenta de que el armamento estaba en mal estado? Debo aclarar que nunca estuvo en Buenos Aires ningún militar ecuatoriano (...). Hubo sí un representante mío, que es un ciudadano argentino y del que, por su seguridad, no voy a dar el nombre. Era un absoluto conocedor de armas y municiones y pudo ver que, al menos por los empaques de la munición, era viejo. Me lo comunicó y yo hablé en el mismo momento con González de la Vega que me dijo: Son sólo los empaques. Lo que está adentro es nuevo. Cuando se comprobó que era viejo me explicó que había sido un lamentable error. En el segundo embarque le pedí a mi representante que volviera a estar. Al darse cuenta de lo que era armó un escándalo. Lasnaud le puso una pistola en la boca y le dijo que se callara. El me llamó y me dijo que con este asunto no quería saber más nada. ¿Lo conocía a Estrada? Sí. Cuando se inició el trámite de exportación, a partir de las instrucciones mismas del señor Luis Sarlenga y el coronel González de la Vega me dijeron que había que cortar el contacto por razones de seguridad y que cualquier tipo de comunicación la mantuviera con Lasnaud y con Estrada. Cuando requería hablar con ellos o enviar un fax lo hacía a las oficinas de Estrada.
Ruckauf cometió la canallada de denunciarme
Por Diego Schurman
CASSIA, KOHAN Y GALMARINI PELEAN POR LA RE-RE En
el justicialismo no hay mejor candidato que el presidente Menem. Traicionado por un
exceso de fidelidad, con esas palabras el sindicalista petrolero Antonio Cassia dejó en
evidencia que la idea de lograr la habilitación de Carlos Menem para su re-reelección no
está muerta, ni dormida. Nueve días después de que el jefe de Estado lanzara su idea de
eliminar la obligatoriedad del voto para instalar la necesidad de reformar la
Constitución nacional, los ultramenemistas decidieron actuar a cara descubierta y poner
en evidencia sus acciones.
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