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EL TRAFICANTE ECUATORIANO DICE QUE MENEM SABIA TODO
“Yo fui amenazado de muerte”

El comprador de las armas destinadas a Ecuador, Roberto Sassen Van Esloo, relató los detalles de  sus encuentros con los directivos de Fabricaciones Militares. Asegura que ellos lo amenazaron y le dijeron que el Presidente  estaba informado de  la operación.

Roberto Sassen Van Esloo. Autodenominado “proveedor de armas”.
“Creían que éramos tan delincuenciales como ellos.”

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t.gif (67 bytes)  Página/12 tuvo ayer acceso exclusivo a la entrevista que el periodista Martín Pitton realizó a Roberto Sassen van Esloo, titular de Prodefensa, la empresa que intermedió por encargo del gobierno ecuatoriano para gestionar la compra de armas a Fabricaciones Militares. Sassen van Esloo aseguró en la extensa conversación que siempre entendió que las tratativas se mantenían con el Estado argentino, ya que así se lo había expresado el coronel Edberto González de la Vega, director de coordinación empresaria de la fábrica. Sassen hace un escalofriante relato de las amenazas de muerte que le fueron proferidas en la propia sede de FM y reitera que le dijeron que Carlos Menem conocía su destino final. El tape se emite mañana a las 21 por el Canal 14, en el programa “Contrapunto”.
–¿Con quién se arregló la transacción?
–En primera instancia con el señor Luis Sarlenga y el coronel González de la Vega.
–¿Cómo entraban ellos en este negocio?
–Antes de tomar contacto con estos personeros de Fabricaciones Militares me contactó a mí Jean Bernard Lasnaud, que era contacto de mi representante en Canadá. Le pedí que me diera constancia de la seriedad de la operación y me llamó el coronel Diego Palleros, a quien creí un militar en actividad. Luego me habló del señor Luis Sarlenga y del coronel González de la Vega, presentándomelos como directores de Fabricaciones Militares. Por seguridad, por tratarse de una negociación de mucha trascendencia, pedí los teléfonos de ellos en sus oficinas de Fabricaciones Militares e hice la verificación.
–¿Lasnaud demostraba estar al tanto de los decretos que permitían la exportación de armamento?
–Definitivamente sí. El me hizo esa presentación para dar más garantías a la operación y posteriormente Fabricaciones Militares me envió copia del decreto presidencial y copias de la designación de Hayton Trade como representante de la exportación.
–¿A usted no le llamó la atención que en el decreto 103/95 figurara como destinataria Venezuela?
–No. Yo tuve mis inquietudes respecto a un tercer país, pero ellos me dijeron que mientras se tramitaba la exportación y se terminaba la preparación del armamento eso se cambiaría.
–¿Diego Palleros se presentó como representante de Fabricaciones Militares?
–Así es. Me dijo: “Yo represento los intereses internacionales de Fabricaciones Militares”.
–¿Qué relación había entre Lasnaud, Diego Palleros, Luis Sarlenga y González de la Vega?
–Al principio pensé que era una relación profesional. En mi primera visita a Buenos Aires comprobé que se trataba de una relación muy buena, especialmente con González de la Vega y Sarlenga.
–¿Usted creía que estaba en negociaciones con el gobierno argentino?
–Por supuesto que sí. Caso contrario no hubiera habido ninguna negociación. Cuando no se puede cumplir con los procedimientos tradicionales del comercio exterior, debe ser así. Una empresa privada puede declararse en quiebra, estafar. Uno sabe que el Estado nunca se declara en quiebra.
–¿Sabía que Argentina era garante de paz y la venta resultaba incompatible con ese compromiso?
–Fue una de mis primeras preguntas a los personeros de Fabricaciones Militares. Ellos me dijeron que no tenían inconvenientes para esta negociación y, ahora lo veo, cínicamente, que tenían incluso cierta preferencia por Ecuador. Ahora, yo no soy diplomático, soy proveedor de armas.
–¿Quién le dijo eso?
–Exactamente el coronel González de la Vega.
–¿Es verdad que usted fue amenazado de muerte en Buenos Aires?
–Sí. Cuando llegué por primera vez a Buenos Aires lo hice para recuperar el dinero entregado, porque pese a promesas y disculpas hasta el tercer embarque sólo llegó chatarra y basura (...). Estuvimos esperando en la oficina de Horacio Estrada hasta que llegó el coronel Palleros. Yo tengo muy buena memoria. Me fue a buscar en su vehículo, un Ford Escort azul, y fuimos a Fabricaciones Militares. Bajamos a un subsuelo, nos recibió una persona que nos llevó por un pasillo muy largo hasta las oficinas del coronel González de la Vega, que tenía un bonito Rolex de acero y oro. Estaban también Luis Sarlenga, dos señores que se presentaron muy abiertamente como del Ministerio de Defensa y dos secretarias que parecían hermanas, muy guapas. González de la Vega estaba sentado en la parte frontal de su escritorio y ante mi insistencia con la devolución del dinero pegó un manotazo y me dijo: “Usted no sabe lo peligrosas que son este tipo de operaciones. Le pueden costar la vida”. Yo me mantuve calmo y le contesté que no había venido solo, que en la embajada había gente de inteligencia militar. Luego de eso cambió el tono, se rió y explicó que “estamos todos muy nerviosos”.
–¿A usted le dijeron que el presidente de la Nación estaba informado de que las armas eran para Ecuador?
–Sí.
–¿Quién se lo dijo?
–El coronel González de la Vega.
(...)
–Volviendo a la reunión donde lo amenazaron. ¿Es verdad que le ofrecieron 100 mil dólares para conseguir certificados de uso final de otros países?
–Así es. Yo creo que cometieron desde el principio un gran error: creyeron que el grupo ecuatoriano tenía las mismas características delincuenciales que ellos. Además, lo hacían para distraer mi atención de lo que era mi objetivo: cobrar mi dinero y digo mi dinero porque yo ofrecí las garantías.
(...)
–¿Es verdad que cuando las armas fueron embarcadas había un representante militar ecuatoriano que se dio cuenta de que el armamento estaba en mal estado?
–Debo aclarar que nunca estuvo en Buenos Aires ningún militar ecuatoriano (...). Hubo sí un representante mío, que es un ciudadano argentino y del que, por su seguridad, no voy a dar el nombre. Era un absoluto conocedor de armas y municiones y pudo ver que, al menos por los empaques de la munición, era viejo. Me lo comunicó y yo hablé en el mismo momento con González de la Vega que me dijo: “Son sólo los empaques. Lo que está adentro es nuevo”. Cuando se comprobó que era viejo me explicó que había sido “un lamentable error”. En el segundo embarque le pedí a mi representante que volviera a estar. Al darse cuenta de lo que era armó un escándalo. Lasnaud le puso una pistola en la boca y le dijo que se callara. El me llamó y me dijo que con este asunto no quería saber más nada.
–¿Lo conocía a Estrada?
–Sí. Cuando se inició el trámite de exportación, a partir de las instrucciones mismas del señor Luis Sarlenga y el coronel González de la Vega me dijeron que había que cortar el contacto por razones de seguridad y que cualquier tipo de comunicación la mantuviera con Lasnaud y con Estrada. Cuando requería hablar con ellos o enviar un fax lo hacía a las oficinas de Estrada.

 


 

“Ruckauf cometió la canallada de denunciarme”

Jacinto Gaibur, vocero de Pierri, dice que el vicepresidente le montó una “operación”, y que su jefe podría pasarse al bando de Palito.

Gaibur fue denunciado por el vocero de Ruckauf, Julio Macchi, por una supuesta amenaza de muerte.
“Aunque a Macchi lo absuelvo porque es un buen muchacho, le voy a iniciar un juicio por calumnias e injurias.”

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Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) Jacinto Gaibur llega al bar City, en Coronel Díaz y Mansilla, con look informal. Es feriado y decidió cambiar el saco y la corbata por una remera azul, bermudas y zapatillas al tono. Lo que el vocero de Alberto Pierri no modificó es su actitud desde que Julio Macchi, jefe de prensa de Carlos Ruckauf, lo denunció por amenaza de muerte. Pierri y Ruckauf compiten en el justicalismo por la candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Gaibur sigue convencido de que la denuncia es producto de la campaña y por eso redobla la apuesta. En diálogo con Página/12 calificó al vicepresidente de la Nación de “canalla” y no descartó que el presidente de la Cámara de Diputados termine apoyando a Palito Ortega si Eduardo Duhalde nombra como su sucesor a Ruckauf. En cambio, respondió con un sugestivo “no sé” cuando se le preguntó si Carlos Menem le ordenó a Pierri atacar a Ruckauf, uno de los principales críticos del Presidente.
–¿Cuál es su versión de lo ocurrido con Macchi?
–Le hablé por celular desde el bar Casablanca, frente al Congreso. A mi lado estaba Raúl Gómez, actual asesor de prensa de Chacho Alvarez, y él no me va a dejar mentir. Cuando Macchi me atendió le dije: “Mirá, tratemos de que la discusión no se salga de madre”. El me respondió: “Bueno, gordo, nosotros somos dos profesionales”. Entonces yo insistí: “Está bien, pero tratá de que las balas no nos alcancen”.
–Entonces es cierto lo de las balas.
–Sí, pero nunca le dije que le íbamos a disparar balas. Era metafórico. Es tal el disparate de la denuncia que hasta uno de los abogados de Graciela Fernández Meijide me ofreció defenderme.
–¿Existe una grabación de ese diálogo?
–Me encantaría que hubiera una grabación para demostrar lo que digo. Pero también me va a preocupar porque hablar entre compañeros y grabarse..., ya nos parecemos a la Rusia de Stalin.
–Si no lo amenazó, ¿por qué cree que le hizo una denuncia?
–Porque Ruckauf salió a golpear fuerte al comparar a Pierri con Herminio Iglesias. Me eligieron como cabeza de turco para ponerme al final de la nota, como si yo representara una especie de brazo armado de Pierri.
–Supongo que la gente no tiene un buen recuerdo de Herminio Iglesias después de aquel acto en que quemó un ataúd con la bandera radical.
–Yo puedo decir que Herminio se equivocó en métodos, pero no lo puedo poner como paradigma de la corrupción. Ahora, me resultó extraño que Ruckauf, que ha dicho en radio que yo soy un compañero de muchos años de militancia, no me haya llamado para ver qué pasó. Aunque sea que mande un secretario a llamarme. Pero cometió la deslealtad y la canallada de denunciarme. Fueron a una comisaría sin siquiera llamarme.
–Entonces cree que esto fue una decisión de Ruckauf y no de Macchi.
–Sí. Y aunque a Macchi lo absuelvo porque es un buen muchacho, igual le voy a iniciar un juicio por calumnias e injurias.
–Usted insiste en que no quiso “apretar” a Ruckauf, pese a que ésa es una práctica que muchas veces le han adjudicado a Pierri.
–Mire, Ruckauf hace marketing de campaña. Tiene varias caretas. Tiene oficio, lee las encuestas. Cuando a él le parece que una persona está mal en la opinión pública, está desgastada, le pega. Es un paracaidista polaco, que, como los italianos de la Segunda Guerra Mundial, uno no sabía si jugaban a favor o en contra. El dice que cientos de intendentes lo apoyan. No vi uno solo que diga “mi candidato es Ruckauf”.
–Se asegura que Menem le ordenó a Pierri que “ataque” a Ruckauf.
–...no lo sé... Yo lo único que sé es que a Ruckauf no lo dejaron entrar una vez a la reunión de gabinete. Esta vez supongo que lo van a suspender varias fechas más.
–¿Menem quiere que Ruckauf pierda en la provincia de Buenos Aires?
–Yo comparo a Ruckauf con Alberto Tessaire (el vicepresidente de Perón que se volvió en uno de sus críticos). Si yo acompaño a Menem lo acompaño hasta el final. Y él no lo hizo. En el controvertido tema de los senadoresél estaba de acuerdo con el PJ. Después en público dijo lo contrario. Ahora aparece como un angel exterminador para sacar la cizaña y maleza, y el malo de esta historia es Pierri, que ganó el distrito legítimamente.
–La intención de voto a Pierri no es buena.
–Pero eso lo dice la gente que va a votar a Fernández Meijide.
–¿Pierri puede dejar de ser un hombre de Duhalde?
–Si Duhalde deja que las internas para candidato a gobernador se hagan en abril y no hace jugar por atrás a su ministros, convocando a Ruckauf a actos institucionales donde nada tienen que hacer, Pierri va a seguir jugando con Duhalde...
–Si no, Pierri podría apoyar a Ortega.
–Todo es posible.


 

CASSIA, KOHAN Y GALMARINI PELEAN POR LA RE-RE
Ultramenemistas a la carga

t.gif (862 bytes) “En el justicialismo no hay mejor candidato que el presidente Menem.” Traicionado por un exceso de fidelidad, con esas palabras el sindicalista petrolero Antonio Cassia dejó en evidencia que la idea de lograr la habilitación de Carlos Menem para su re-reelección no está muerta, ni dormida. Nueve días después de que el jefe de Estado lanzara su idea de eliminar la obligatoriedad del voto para instalar la necesidad de reformar la Constitución nacional, los ultramenemistas decidieron actuar a cara descubierta y poner en evidencia sus acciones.
La propuesta de Cassia fue rechazada por el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, y por el diputado nacional Fernando Galmarini, a quienes Cassia mencionó como integrantes de una comisión que trabaja para conseguir la habilitación de Menem para un tercer período. “Buscar la reelección del Presidente sería desautorizarlo, ya que él renunció el 21 de julio. Cuando se entere de esto, el Presidente nos va a reputear y la vamos a ligar los que no hicimos nada”, le dijo Galmarini a Página/12.
Mientras, Kohan negó esta posibilidad pero con un desliz. “Menem no puede (ser reelecto) y no es que no quiera. Sólo hay que leer la Constitución”, fue la respuesta del secretario general de la Presidencia ante la requisitoria periodística. “No sé quién habla de eso, pero no hay ningún intento de reelección”, fue la negativa de Kohan. El 29 de noviembre pasado, apenas unas horas después de que finalizara la interna de la Alianza, Menem anunció que tenía la intención de eliminar la obligatoriedad del voto, aunque olvidó mencionar que necesita una reforma constitucional. La obligatoriedad del sufragio está incluida en el artículo 37 de la Carta Magna.
Desde ese día, el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, y el ministro del Interior, Carlos Corach, comenzaron a fogonear desde los micrófonos para plantear la necesidad de hacerle retoques a la Constitución. Esta situación la aprovecharon los ultramenemistas como Juan Carlos Ortiz Almonacid para recordarle a la Corte Suprema que dos proyectos que incluyen un pedido para habilitar la re-re duermen en los cajones de los magistrados.
“Hay que tener dos cosas claras. Para nosotros el jefe del partido debe ser Carlos Menem, pero también hay que recordar que él renunció a su posibilidad de ser reelecto y actuar en contra de su decisión sería faltarle el respeto, porque jamás salió de la boca el reclamo de Menem para que le permiten ser candidato”, dijo Galmarini, quien no pudo negar el deseo de los ultramenemistas de que el jefe de Estado pueda enfrentar a De la Rúa en el ‘99.

 

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