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LA ALIANZA EXPUSO AL FMI SU PREOCUPACION POR MENEM
Que el Fondo rete al alumno

Un grupo de economistas opositores, encabezados por Machinea,  expuso ante funcionarios del FMI su preocupación por las últimas medidas del Gobierno. Temor por el condicionamiento a su futura gestión.

Teresa Ter Minassian y Tomás Raichen, del FMI, y el economista aliancista Guillermo Rozenwurcel.
Por la coalición también participaron José Luis Machinea, Adalberto Rodríguez Giavarini y Arnaldo Bocco.

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Por Raúl Dellatorre

t.gif (67 bytes) "Que la oposición haga buena letra y no obstruya la acción de gobierno no garantiza una transición ordenada, ni un '99 tranquilo", fue el mensaje que los economistas de la Alianza les entregaron a los miembros de la misión técnica del FMI que audita las cuentas públicas. El mayor riesgo, señalaron, es que el Gobierno siga avanzando en decisiones que condicionan la acción del próximo mandato, hasta el 2003. La delegación encabezada por Teresa Ter Minassian manifestó otra preocupación: que Roque Fernández sea desbordado por las maniobras político-electorales del oficialismo.

"Alguna vez, el Presidente de la Nación planteó que, si ganaba la Alianza, se incendiaba el país", recordó uno de los participantes del encuentro con los técnicos del FMI. "Hoy está demostrado que somos una oposición seria y previsible: el riesgo a la transición se lo pone el gobierno nacional", completó. El Fondo realizó el convite a José Luis Machinea para conocer la visión de la Alianza sobre el cuadro de situación económica. El referente hizo extensiva la invitación a Adalberto Rodríguez Giavarini, Guillermo Rozenwurcel y Arnaldo Bocco. Ricardo López Murphy, de marcadas diferencias ideológicas con el resto, habría desistido de participar, dado que tenía previsto otro encuentro con la misión en representación de FIEL, la fundación empresaria de la cual es economista jefe. Otra versión señala que fue excluido por los propios miembros de la Alianza.

Los aliancistas puntualizaron los temas que podrían minar la transición de aquí a fines del '99, cuando haya un nuevo gobierno: la designación anticipada hasta más allá del 2003 del directorio del Banco Central y del titular de la AFIP (administrador de impuestos y aduanas), la renegociación de contratos de concesión, la venta de acciones de YPF, un crecimiento menor al previsto y un déficit fiscal superior al pautado. A ello, le sumaron como signos preocupantes las maniobras en el Senado para nombrar legisladores del actual oficialismo y el replanteo de partidas presupuestarias en favor de los gobiernos provinciales, mayoritariamente justicialistas. "Es una transición muy delicada, si se lo deja pasar queda condicionada toda la agenda del próximo gobierno", expresaron los aliancistas.

La italiana Ter Minassian y el chileno Tomás Raichman tomaban nota sin mostrar gran sorpresa. Aunque en principio dijeron que sólo iban a escuchar, dejaron entrever sus propias impresiones. Ven un panorama económico para el '99 bastante más complicado que el planteado por el Palacio de Hacienda, con un crecimiento que no superaría el 2,8 por ciento (contra el 4,8 proyectado por Economía), y ello siempre y cuando la situación de Brasil no se torne explosiva. "Si la situación internacional se complica, y el crecimiento no llega al uno por ciento, pueden empezar los cuestionamientos al modelo", habría planteado en un momento del encuentro Raichman. Por otra parte, los voceros del FMI encendieron una luz amarilla sobre el sector externo: prevén un estancamiento en las exportaciones y un aumento del 5 al 6 por ciento en las importaciones, sobre un déficit comercial que este año superaría los 6000 millones de dólares.

Pero incluso ese panorama podría empeorar si, como teme el Fondo, el poder político le condiciona la gestión a Roque. La Alianza no cree en el riesgo de una salida de capitales al estilo Brasil, pero coincidieron con los visitantes en que, si hay complicaciones en el sector externo y se tensa la situación política, cambiará la calidad de los capitales que financiarán el déficit. En ese caso, la salud económica pasará a depender de los capitales especulativos.

 

Silvani, más discordia

El próximo gobierno ya tiene a Pedro Pou, el titular del Central, como su primer funcionario. Y está a punto de tener al segundo. El Senado dio ayer media sanción al proyecto de ley por el cual se otorga un status de autarquía a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Esto significa que su titular, en la actualidad Carlos Silvani, tendrá un mandato de seis años renovables indefinidamente, y será propuesto por el Ejecutivo pero su nombramiento será responsabilidad del Senado, siempre y cuando Diputados lo convierta en ley. La sanción salió con el apoyo del bloque del PJ y el rechazo de la Alianza. La negativa de la oposición se funda en que la independencia de la AFIP le quitaría el manejo de la recaudación y de la política impositiva en caso de que la Alianza llegue a la Rosada.

 


 

ESTRATEGIA DE LA COALICION ANTE EL GOBIERNO
"En nombre de la seguridad"

Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Además de la advertencia sobre los intentos del menemismo por condicionar a una futura gestión de la Alianza, la reunión de ayer entre los técnicos de la coalición y los representantes del FMI se inscribe en el marco de una estrategia política: situar a la flamante fórmula opositora como si ya fuera gobierno y aprovechar la volada para criticar al menemismo, esta vez con argumentos económicos.

La de ayer no fue la primera señal de advertencia. El jueves pasado los jefes de la Alianza decidieron aprovechar el impulso de la interna del 29 de noviembre y convocaron a una reunión del Grupo de los Cinco en el Hotel Bauen. Allí, Fernando de la Rúa, Carlos "Chacho" Alvarez, Graciela Fernández Meijide, Raúl Alfonsín y Rodolfo Terragno adelantaron que, en caso de llegar al poder, revisarán todas las contrataciones que consideren "inadmisibles" y que hayan sido efectuadas por el menemismo durante su último año de gobierno: las concesiones de trenes y peajes, los contratos del PAMI y la venta de acciones de YPF.

El martes pasado, un día después de haber oficializado su candidatura a vicepresidente, Alvarez anticipó que la semana que viene se reunirá con grupos de empresarios para advertirles sobre las consecuencias que podría ocasionar la firma de estos contratos. "No les va a convenir hacer contratos a las apuradas con un gobierno que se va", explicó Alvarez.

Pero el tema también tiene relevancia política. En diálogo con Página/12, un importante asesor de De la Rúa explicó que la estrategia se resume en dos puntos básicos:

* El hecho de sentarse a discutir con los representantes del Fondo y los empresarios locales implica situar tempranamente a la fórmula de la Alianza en una posición de poder respecto del PJ. "Uno de los grandes aciertos de la campaña de De la Rúa fue que pudimos instalar la idea de que ya era el presidente. Ahora vamos a seguir trabajando con la idea de que el triunfo en el '99 ya está dado y, para eso, este tipo de planteos nos vienen bárbaro".

* La segunda parte del argumento ya es un clásico opositor: pegarle al Gobierno. A diferencia de la mayoría de las críticas, que suelen limitarse a los escándalos de corrupción y a la situación de la Justicia, en este caso la Alianza ataca al oficialismo con argumentos económicos. "Criticamos medidas económicas sin que nos puedan acusar de que ponemos en riesgo la convertibilidad, porque lo hacemos en nombre de la seguridad jurídica y del futuro económico", explicó el dirigente.

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