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Los presidentes reunidos en la Cumbre del Mercosur, en Río de Janeiro, se quedarán con las ganas de firmar hoy un acuerdo marco sobre la política automotriz común. La resistencia de los socios menores, Uruguay y Paraguay, a suscribir el convenio debido a que con esa iniciativa pagarán más caros los autos, y a pequeñas diferencias entre Argentina y Brasil postergaron la rúbrica de uno de los capítulos más conflictivos del bloque. Pese a todo, se alcanzaron a definir las pautas básicas del convenio. Los funcionarios encargados de la negociación se mostraron ayer satisfechos, puesto que además del tema autos alcanzaron un entendimiento para la aplicación de un régimen simplificado para los trámites fronterizos para el intercambio de productos alimenticios. Ese acuerdo consiste en el reconocimiento recíproco de los certificados emitidos por los respectivos organismos de control agropecuario. En un plazo de 60 días las partes deberán terminar de definir las listas de alimentos que serán comprendidos por el control indistinto. En ese capítulo, el único punto conflictivo que quedó pendiente es el de la leche: si bien como alimento estaría incluido en ese acuerdo, en los productos lácteos Brasil se reserva el derecho de expedir licencias para su ingreso, lo que en la práctica puede actuar como barrera de entrada. En tanto, en el acuerdo por los autos se definieron pautas básicas del régimen común, las cuales consisten en la eliminación de las asimetrías fiscales, la conservación de cierta protección para las terminales y la búsqueda de mayor competitividad a los autopartistas. El convenio consta de tres partes: * 1. Régimen permanente: se define una unión aduanera con libre comercio y al Mercosur como plataforma competitiva internacional en el sector automotor. Se buscará la especialización productiva dentro del bloque. * 2. Período de transición: se estipuló que será hasta al 2005 para evitar procesos de desinversión en los países miembros. Ese lapso obedece a la necesidad de aceptar la vigencia de los beneficios fiscales que ciertos estados brasileños otorgaron para favorecer la instalación de plantas en sus territorios. * 3. Paraguay y Uruguay: esos dos países tendrán un tratamiento diferenciado, puesto que se opusieron a que el Mercosur imponga un arancel externo común para automóviles de fuera de la región de más del 35 por ciento. Esa resistencia se debe a que se les encarecerá las importaciones de vehículos europeos, asiáticos y estadounidenses, que no pagan arancel para ingresar a esos países. Respecto de las piezas extra zona se acordó que podrán representar hasta el 40 por ciento de la integración de las unidades a la salida de fábrica, pagando un arancel del 35 por ciento. De esa forma no se tomaron en cuenta los reclamos del sector privado que reclamaba una tasa diferencial para esas piezas. Habrá excepciones para partes especializadas extra zona dentro de un régimen de preferencias, con aranceles del 14, 16 y 18 por ciento en forma progresiva. Precisados los lineamientos del acuerdo, a partir del 1º de enero del 2000 entrará en vigencia la Política Automotriz Común. No fueron tan felices, en tanto, las negociaciones por el azúcar. No hubo acuerdo para avanzar en la reducción de barreras comerciales, convocando entonces a una comisión ad hoc sobre ese tema que estaba inactiva desde hace un año.
VENTA DEL 14,99% DE LAS ACCIONES Seis empresas quedaron en carrera para competir por el 14,99 por ciento de las acciones de YPF que el Estado pondrá a la venta. Además de la previsible participación de Repsol, se inscribieron Amoco, Consolidated Natural Gas, Enron (de Estados Unidos), ENI (italiana) y la argentina Pérez Companc. La licitación se hará el 20 de enero, y el Estado espera recaudar más de 2600 millones de dólares en la venta. Otras diez empresas desistieron de la invitación. Entre las deserciones, el equipo económico se sorprendió por las de Texaco y Unocal, que habían demostrado algún interés en contactos informales. En cambio, no esperaban contar con la participación de Amoco, que en la Argentina está asociada con Bridas y opera como Pan American Energy. Entre las otras "borradas" figuran Exxon, Shell y Mobil Oil. Pérez Companc, que ya posee una participación del 3 por ciento, sólo podría ofertar por el 11,99 por ciento, pero para ganar deberá ofrecer un "premio" (valor por encima de la cotización de mercado de las acciones) superior al resto. Si entre las dos mejores ofertas se produce una diferencia de precio inferior al cinco por ciento, se declarará un empate técnico y se hará un remate inmediato para definir el comprador. El Estado tiene intención de colocar la porción remanente de acciones en su poder, el 5,31 por ciento del capital, con lo cual podría definir un cambio de control de YPF si queda en manos de quien gane esta primera licitación.
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