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"Es el descubrimiento más importante del siglo." Para el profesor Phillip Tobias, de la Universidad de Witwatersrand, Johannesburgo, no cabían dudas. El esqueleto descubierto en las cuevas sudafricanas de Sterkfontein había pertenecido a un Australopithecus de hace alrededor de 3,6 millones de años. Se trata de una pieza completa que permitiría formar un nuevo borde del utópico eslabón perdido. Consciente del hallazgo, Tobias llamó a una urgente conferencia de prensa, secundado por el propio gobierno sudafricano. Las cuevas de Sterkfontein, en la localidad de Krugersdorp, cercana a Johannesburgo, donde aparecieron los restos, fueron descubiertas a principios de siglo, pero con fines mucho más contemporáneos que un eslabón perdido: como canteras de piedra caliza. Pero desde el primer momento, además de piedras, la región se mostró rica en osamentas. En la misma zona, pero en otras cuevas, las de Taung, fue descubierto en 1924 el llamado "Niño de Taung", un cráneo completo del primer espécimen de Australopithecus, de alrededor de 6 años de edad. Desde febrero de este año, Sterkfontein es investigada metodológicamente por un equipo de paleo-antropólogos de la Universidad de Witwatersrand encabezado por el especialista Ron Clarke como director de excavaciones, luego de que un grupo de obreros descubriera algunos simpáticos huesecillos. Isaac Molefe y Steven Motsumi, ayudantes de Clarke, describieron ante los azorados periodistas cómo habían pasado todo ese tiempo rasqueteando las paredes y el piso de la caverna próxima a la calera entre la oscuridad y la humedad hasta dar con el esqueleto. El fósil, petisón a juzgar por su estatura --1,22 metro--, fue desenterrado a 15 metros de profundidad. "La criatura cayó por una abertura de la cueva y se mató --explicó Clarke--. Esto permitió que lo hayamos encontrado casi intacto, porque si hubiera sido atacado por un carnívoro, sus manos y pies habrían resultado destruidos." Tobias, una eminencia mundial en paleoantropología, definió el hallazgo como "el descubrimiento más importante del siglo. Un solo hueso sería emocionante, pero la osamenta completa nos permitirá saber cómo funcionaba la criatura". La presencia del vicepresidente sudafricano Thabo Mbeki y de varios ministros durante la conferencia no hicieron más que certificar la importancia mencionada por el investigador. Los Australopithecus son considerados homínidos, una bisagra entre los monos y el hombre, es decir el famoso eslabón perdido. Se dividen en cuatro especies principales: afarensis, africanus, boisei y robustus. Hasta ayer, los afarensis constituían el grupo más antiguo, de entre 3,9 y 3 millones de años. De este grupo evolucionó el africanus, que a su vez habría dado origen a varias líneas: una la de los boisei y robustus, la otra correspondiente a los primeros humanos. Los restos que fueron armando semejante rompecabezas fueron descubiertos a partir de 1924. Aún no se sabe a qué linaje pertenece el esqueleto descubierto en Sterkfontein. "Los restos de Australopithecus descubiertos en Sudáfrica hasta ahora eran mucho más modernos, de algo más de 2 millones de años --aseguró a Página/12 el arqueólogo Hugo Yacobacco, doctorado en Arqueología, investigador del Conicet y profesor de Teoría Arqueológica en la UBA--. Si se confirma la fecha (entre 3,5 y 3,6 millones de años), se ampliaría enormemente el rango de dispersión del Australopithecus." Los Australopithecus, o monos australes, se caracterizaron por sus pequeñas dimensiones, de vida repartida entre los árboles y la estepa, tenían los dedos de sus manos desplegados como los de los primates para trepar en los árboles, de capacidad craneana muy similar a la de los monos, dientes caninos menos desarrollados que un carnívoro y eran de alimentación esencialmente vegetal. Medían entre 1 y 1,5 metro, pesaban unos 30 kilos las hembras y unos 40 los machos, y podían caminar sobre sus dos patas traseras. Los más antiguos, los afarensis y africanus, eran de contextura liviana. Los boisei y robustus eran de huesos más grandes, por su mayor adaptación al suelo. Todos los fósiles de Australopithecus fueron descubiertos en Africa. "Allá empezó todo. Es la cuna del hombre --dijo Yacobacco--. Esto se puede saber en base a estudios de ADN mitocondrial que permiten rastrear los parentescos. En Africa existe la mayor variación, más que en todo el resto del mundo junto. Esto indica una gran antigüedad." El hallazgo anunciado ayer en Johannesburgo tuvo todo el apoyo del gobierno sudafricano. "Una investigación de ese tipo puede resultar costosísima", agregó Yacobacco. En la Argentina, algo semejante es tan utópico como el eslabón perdido. Por el momento, los investigadores locales no tienen ni para llegar a Sudáfrica.
UN EXPERTO ESTADOUNIDENSE EXPLICA LA
IMPORTANCIA DEL HALLAZGO Por Mónica Flores Correa desde Nueva York El geólogo John Van Couvering fue "hace muchos años" compañero de investigación del doctor Ron Clarke, cuyo descubrimiento del esqueleto más antiguo de un homínido en Sudáfrica provocó ayer el entusiasmo de la comunidad científica internacional. En diálogo telefónico con Página/12, Van Couvering, que actualmente es editor de Micropaleontology Press, una publicación del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, tuvo palabras de elogio para Clarke, "un científico muy conocido y respetado", y explicó que el "brillante" hallazgo permitirá adentrarse un poco más en el conocimiento de los orígenes de la especie. Por hallazgos previos se sabe que los antepasados eran muy locuaces, aunque no se sabe si la comunicación era inteligente o no. A partir del descubrimiento de Clarke, se sabrá si la cháchara la realizaban completamente de pie o parcialmente erguidos y si conversaban --o lo que se entendía en aquella época por conversar-- protegidos bajo los árboles o si charlaban en pleno descampado, a puro cielo abierto. --¿Que opinión le merece este hallazgo? --Creo que es un descubrimiento realmente notable, brillante, y me entusiasma mucho. No se ve frecuentemente un caso así en la historia de los descubrimientos de fósiles de homínidos. Han hallado un esqueleto completo que, además, sería el más antiguo de todos los que se han encontrado. Conozco personalmente al doctor (Ron) Clarke desde hace tiempo. Estuvimos los dos en Kenya hace muchos años. El doctor Clarke es un científico muy conocido y respetado. --Además de la antigüedad del esqueleto, ¿qué otra importancia tiene el descubrimiento? --Posiblemente se pueda establecer en qué medida los más primitivos Australopithecus se mantenían erguidos. Sabemos con seguridad que eran bípedos. Sabemos, a través de restos óseos de manos encontradas en el mismo lugar, que eran capaces de agarrar una piedra o algún tipo de palo. pero que todavía no podían sostener algo tan pequeño como una aguja. Digamos que estaban a medio camino entre la mano del mono y la de un ser humano. Con este esqueleto será posible obtener una información más acabada acerca de la postura, acerca también de la capacidad de estos homínidos de recorrer distancias largas y si podían vivir en espacios abiertos. Ahora bien, si se establece que estos seres se erguían sólo parcialmente, entonces quizá no podían desarrollar una actividad humana semejante a la actual. Es decir, tal vez no vivían trepados a los árboles, pero todavía vivían entre los árboles para protegerse. --¿Es posible establecer la inteligencia de estos homínidos? --Este es el primer cráneo completo que se va a estudiar. Hay algunas medidas parciales de otros fósiles previamente descubiertos, que pertenecen a la misma época o que quizá sean todavía un poco más viejos. Pero teníamos que depender de las proyecciones que se hacían si los restos, por ejemplo, eran solamente un vigésimo del cráneo completo. Por cierto, aún estamos en la fase más preliminar de este estudio. Ni siquiera sabemos si el esqueleto es de un varón o de una hembra. --¿La clave de la inteligencia estaría dada por el tamaño del cerebro? --No sólo por el tamaño sino por el tipo de cerebro. Se pueden establecer diversos aspectos de la inteligencia por las impresiones que dejó el cerebro dentro del cráneo. Se puede verificar el tamaño de las distintas áreas del cerebro, por ejemplo, la que corresponde al habla. --¿Se puede saber si estos humanos primitivos hablaban? --Eso es un poco complicado de indagar. Pero por estudios hechos en la base del cráneo, donde está la laringe, es posible inferir que estas criaturas eran muy vocales. Ahora bien, si esta forma de habla era inteligente, todavía no ha sido contestado en forma definitiva. --¿Con esto ya no existen dudas acerca de que la especie humana se originó en Africa? --Sí, pero la pregunta ahora no es el origen de la especie sino en qué momento, en que época, los seres humanos dejaron ese continente y comenzaron a trasladarse. Hay algunos fósiles bastante antiguos que se han encontrado en Rusia. Sabemos que no fueron nadando, o por agua, al sudeste asiático, sino que caminaron.
UN ASTEROIDE CAYO AQUI HACE 3 MILLONES DE
AÑOS Una investigación científica reveló que hace 3,3 millones de años un gran asteroide impactó contra la Tierra, en la Argentina, y provocó la extinción de plantas y grandes mamíferos, como el gliptodonte. De acuerdo con el estudio, publicado en el último número de la revista Science, el área de impacto se sitúa entre las ciudades de Mar del Plata y Miramar, en la provincia de Buenos Aires. La tesis que sostiene la investigación se obtuvo a partir del estudio geológico de dos tipos de materiales hallados en esa zona: las denominadas tierras cocidas y las escorias. La naturaleza de estas formaciones, que fueron estudiadas por primera vez en 1865, había sido confusa hasta ahora, y su aspecto cristalizado y contraído se atribuía a un origen volcánico. Pero según ha revelado la publicación, su naturaleza tiene otras causas: fue posiblemente la tremenda energía liberada en el impacto de un asteroide o de un cometa la que fundió los materiales del suelo y provocó la aparición de las escorias, unas formaciones vesiculares de entre 50 centímetros y dos metros, compuesta por una amalgama de metales de apariencia cristalizada. Los análisis, realizados por un equipo de cinco científicos dirigidos por P. H. Schultz, sugiere que se formaron hace 3,3 millones de años, en el período denominado Plioceno Medio. Por entonces, los dinosaurios ya habían desaparecido, pero los grandes mamíferos de la región, como los gliptodontes --una especie de armadillos gigantes de hasta 2000 kilos de peso-- fueron los afectados por el impacto.
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