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Superchávez contra el FMI pronto en Washington

EE.UU. le devolvió la visa al presidente electo de Venezuela Hugo Chávez, quien viajará en las próximas semanas a Washington para intentar formar un nuevo cronograma de la deuda externa.

Chávez con Rafael Caldera, el actual presidente venezolano.
Deben negociar la transición al nuevo régimen chavista.

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t.gif (67 bytes)  El presidente electo de Venezuela Hugo Chávez anunció que ya tiene un pie en el avión a Estados Unidos y que la deuda externa figura en su agenda. Chávez se reunió ya con el actual presidente Rafael Caldera para pactar la transición de la democracia venezolana de hoy al régimen chavista de mañana, que tendrá su eje en la Asamblea Constituyente que convocará el 15 de febrero. En el monopolio estatal de petróleo, la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA), anunciaron una asamblea extraordinaria para adecuar el presupuesto a las expectativas del plan anticorrupción de Chávez.

"Desaparece un ventarrón y el cielo queda azul", dijo el ex paracaidista Chávez para referirse al affaire de la restitución de su visa norteamericana. El ex golpista de 1992, a quien el gobierno norteamericano le había rechazado desde entonces la visa, fue perdonado por la administración Clinton, que felicitó al futuro primer mandatario del principal exportador latinoamericano de petróleo a su país. Y anunció que "pronto" estará en Washington, aunque todavía no precisó con quiénes se entrevistará. Chávez se reunió con Rafael Caldera, el actual presidente, un socialcristiano de 82 años, disidente en su partido Copei, para negociar la transición del poder. "Hoy nos hemos dado la mano el presidente Caldera, el último de una etapa histórica, y Hugo Chávez, el primer presidente de otra fase histórica. La historia tiene sus propias leyes", dijo el presidente electo. Poco después de su llegada al poder en 1994, Caldera, que se presenta como un intelectual criado por una familia adinerada, liberó a Chávez y los demás responsables del golpe frustrado de 1992, restaurándolos en todos sus derechos políticos.

"Después de varios años, otra vez por estos pasillos...", dijo ayer Chávez, aludiendo a su fallido golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, en el cual varios tanques blindados irrumpieron en el palacio de gobierno de Miraflores, sin lograr deponer al entonces presidente Carlos Andrés Pérez. "Mañana haremos los contactos con el presidente del FMI para formalizar la reestructuración de la deuda externa venezolana", añadió al salir del encuentro con Caldera. Informó que su asesor económico Jorge Giordani había viajado a Washington ya antes de la victoria del domingo, para reunirse con autoridades del Banco Mundial, del FMI, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La deuda externa venezolana refinanciada en 1990 está cifrada en 25.000 millones de dólares, aunque las deudas globales llegan a 47.000 millones. Conforme al cronograma de pagos de débitos externos firmado con el FMI, y que Chávez ambiciona revertir, Caracas debe cancelar entre 4000 y 5000 millones de dólares al año hasta el 2007, que se reducirán a 1000 millones entre el 2008 y el 2013.

La convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente fue la propuesta política más atacada durante la finalizada campaña electoral en Venezuela, pero luego del triunfo arrollador de Chávez con más del 56 por ciento de los votos, se ha convertido en la hija adoptiva de la mayoría de las agrupaciones políticas. La propuesta fue ampliamente repudiada durante la campaña, principalmente por los partidos Acción Democrática (AD, socialdemócrata) y Copei, porque veían en la Constituyente una amenaza a instituciones como el Congreso y la Corte Suprema de Justicia. Como presidente electo, Chávez ha dicho que si el Congreso que se instalará a fines de enero no convoca un referéndum para consultar al pueblo si quiere o no la constituyente, él mismo emitirá un decreto convocándolo el 15 de febrero. Pero como avanza el consenso a su favor, esto posiblemente no será necesario.

Chávez fustigó a Petróleos de Venezuela (PDVSA) por efectuar su asamblea anual, que aprueba presupuesto e inversiones, cuatro días antes de los comicios. Pero ahora el ministro de energía, Erwin Arrieta, declaró que "en ningún momento se pretendió amarrar la política petrolera del nuevo gobierno". Y anunció que PDVSA podría convocar una asamblea extraordinaria para hacer los importantes ajustes presupuestarios que anhela Chávez, quien hizo uno de los ejes de su campaña de la crítica a la política petrolera actual, caracterizada por la falta de capital nacional en el proceso de apertura y la excesiva inversión (de casi 8000 millones de dólares) en momentos de crisis.

 

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