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Una ola de violencia envolvía ayer a los territorios palestinos en Cisjordania cuando faltaban cuatro días de una visita de Bill Clinton esperada con ansiedad por la Autoridad Palestina y con inquietud por el gobierno israelí. Un palestino de 16 años murió al recibir una bala en el pecho en manifestaciones de protesta en la ciudad cisjordana de Ramallah y otros 55 resultaron heridos en otras ciudades al conmemorarse el 11º aniversario de la Intifada, el levantamiento popular palestino contra la ocupación israelí. El premier israelí Benjamin Netanyahu advirtió a los palestinos que podría cesar el cumplimiento del acuerdo de Wye Plantation (que establecía el retiro israelí de un 13 por ciento de Cisjordania, de lo cual un 2 por ciento ya ha sido evacuado) mientras Yasser Arafat reiteraba que proclamará un Estado palestino, aunque en esta ocasión se abstuvo de precisar la fecha del 4 de mayo de 1999. Clinton llegará a Israel el 12 de diciembre próximo, y su viaje parece ensombrecido desde ya por el endurecimiento del gobierno israelí, que además recibe con un disgusto nada disimulado la decisión del presidente de pasar un día en la Franja de Gaza, en territorio autónomo palestino, por entender que eso constituye un apoyo a las intenciones de Arafat de proclamar el Estado el año que viene. Fuentes del gobierno han expresado una profunda frialdad ante el jefe del Estado que más respalda a Israel, llegando a decir que "si Clinton quiere venir, que venga; si no, que no lo haga"; mientras tanto, autoridades palestinas dijeron ayer que el presidente norteamericano aterrizará en helicóptero en Gaza proveniente de Tel Aviv, y pronunciará en el aeropuerto un breve discurso. También en Gaza Clinton hablará ante el Consejo Nacional Palestino, que bajo los términos del acuerdo de Wye debe anular las últimas cláusulas de la Carta palestina que llaman a la lucha contra el Estado judío. Netanyahu usó nuevamente ayer el argumento de la violencia para reafirmar su negativa a aplicar los sucesivos repliegues militares de Cisjordania previstos en Wye. "Cuando los palestinos participan en motines, violan cada cláusula del acuerdo de Wye y cuando linchan a ciudadanos israelíes, yo digo: 'Basta ya'. Si ellos cambian su forma de proceder, continuaremos el proceso, pero si no, no lo proseguiremos". Pero la verdadera razón detrás de la postura de Netanyahu parece ser la división de su coalición de gobierno, donde los ministros de la extrema derecha amenazan con retirarse en caso de que prosiga la implementación de Wye. Políticos de izquierda y de derecha dijeron esta semana que el acosado Netanyahu sólo podrá mantener unida su coalición de gobierno si abandona el acuerdo con los palestinos, que fue lo que insinuó hacer cuando la semana pasada anunció que no procedería a la segunda retirada de Cisjordania, prevista para el día 18. Mientras tanto, Arafat insistió ante sus partidarios en Hebrón --ciudad dividida entre el control palestino y el israelí-- con la proclamación del Estado. "(Los israelíes) nos han dicho que no debemos mencionar las palabras 'Estado palestino'. Yo les dije, sin embargo, que esas dos palabras ya las hemos pronunciado nosotros muchas veces ante todo el mundo desde hace más de 10 años. En esa época ellos pensaron que yo estaba soñando cuando dije que todos elevaríamos nuestras oraciones en Jerusalén, pero ese día está muy cerca. Aunque no le guste al primer ministro Benjamin Netanyahu, Jerusalén (oriental) es la capital de Palestina". Estas declaraciones seguramente provocarán irritación en el gobierno de Israel, que ha advertido que la proclamación unilateral de un Estado palestino sería contestada con la anexión de amplias zonas de Cisjordania y la anulación de los acuerdos existentes. Además del aniversario de la Intifada, las movilizaciones de ayer tuvieron como eje convocante el reclamo por la liberación de presos políticos palestinos, una de las cláusulas del acuerdo de Wye, que fue aplicada a medias por Netanyahu, incluyó a 150 delincuentes comunes entre los 250 que Wye lo comprometía a entregar. Dirigentes palestinos dijeron que los 2000 palestinos que se encuentran en cárceles israelíes hicieron ayer huelga de hambre por cuarto día consecutivo para pedir su liberación.
44 MUERTOS POR INTEGRISTAS A 44 ascendían anoche las últimas víctimas mortales de la violencia integrista en Argelia. De madrugada, un comando realizó una nueva matanza de civiles indefensos en la localidad de Tayena, cerca de la estación balnearia de Tipaza situada a cien kilómetros al oeste de la capital. No se ha precisado ni la identidad de los fallecidos, ni su edad o sexo, así como tampoco se ha identificado la pertenencia de los asesinos a alguno de los grupos terroristas que operan en la región. Sin embargo, resulta probable que se trate de un comando del Grupo Islámico Armado, que dirige Antar Zuabri. Esta es la matanza más sangrienta cometida en Argelia desde el mes de marzo pasado cuando fueron asesinadas 47 personas, de ellos 27 niños, en una localidad de la región de Yelfa, a 300 kilómetros al sur de Argel. En esta misma región entre Tipaza y Chlef, donde se cometió la barbarie la noche pasada, se produjeron anteriormente otros ataques terroristas, aunque éste ha sido sin duda el más importante y el que ha creado mayor estupor en la población sometida a una angustia creciente con la llegada dentro de 10 días del mes de Ramadán, propicio para los actos de violencia de los terroristas. En la última semana se han cometido varias acciones terroristas en diferentes puntos del país con un saldo total de más de 120 muertos. Ello a pesar de que los comandos islamistas radicales han sido diezmados en los últimos meses a base de operaciones de rastreo y castigo llevadas a cabo por medios militares y con la utilización de aviación, artillería y blindados.
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