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El poeta José Hierro, un histórico militante de la izquierda española, obtuvo ayer, para sorpresa de la cátedra, el Premio Miguel de Cervantes, el más prestigioso de la literatura en castellano. La decisión del jurado, anunciada en Madrid, distingue a una de las voces más representativas -junto a Blas de Otero, Gabriel Celaya y Eugenio de Nora de la poesía social de la España de posguerra, que es decir de la militancia de izquierda contra el franquismo. No sé qué razones han llevado al jurado a otorgarme el premio. Yo sólo he aportado a la poesía un toque personal, dijo desde Barcelona el emocionado ganador, de 76 años. Estoy emocionado y satisfecho por el premio, pero también algo avergonzado. Siempre te queda la sensación de haberle robado algo a los demás. El premio, dotado con quince millones de pesetas (unos 100.000 dólares) se concede cada año a una personalidad de la literatura en lengua castellana por el conjunto de su obra. Cuaderno de Nueva York, su último libro, fue definido por el presidente del jurado, Lázaro Carreter, como una obra cumbre de poesía, Carreter dijo: Sobran poetas pero no poetas excelsos, como Hierro, que hablan por la humanidad. El peruano Mario Vargas Llosa, que integra el jurado, afirmó que la obra de Hierro es tenaz, disciplinada, exigente y honrada. Hierro nació en Madrid en 1922, aunque la región que marcó su infancia fue Cantabria, donde adquirió la mayor parte de su formación intelectual. Afiliado a la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, es decir a la militancia desde la cultura a favor del gobierno republicano que Francisco Franco derrocarría al final de una sangrienta guerra, su primer poema, Una bala le ha matado, apareció en 1937. Al finalizar la Guerra Civil, fue detenido y procesado por auxilio y adhesión a la rebelión. Hierro permaneció en la cárcel hasta 1944 y allí empezó a practicar de forma sistemática la literatura. Ya en sus primeros escritos, aparecían hechos vividos durante la contienda, como la muerte de su padre, la interrupción de sus estudios y el descubrimiento de la Generación del 27 a través de la antología de Gerardo Diego, a quien considera su padre espiritual. Su obra no es muy extensa, pero sí intensa, de verso desnudo y profundo. Definido por Vicente Aleixandre como una persona de contrastes, Hierro se dedica, además, a la pintura. "La pintura es mi trabajo, la literatura mi vocación", dice Hierro escribió durante varios años en la revista Proel, conformando junto a Celaya, Otero y Nora un movimiento lírico de sesgo realista, que terminó por conocerse como poesía social. El poeta, que en 1981 ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 1990 el Premio Nacional de las Letras y en 1995 el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, obtuvo su primera distinción de importancia en 1947, cuando logró el premio Adonais con su texto Alegría. En 1953 obtuvo el Nacional de Poesía; el de la Crítica lo mereció en dos ocasiones, 1958 y 1965 y en 1953 le otorgaron la Medalla de la Universidad Menéndez Pelayo. Su producción, en la que es fácil observar el exacto conocimiento y valor de cada palabra, incluye títulos como Tierra sin nosotros, Alegría, Con las piedras, con el viento, Quinta del 42, Estatuas yacentes, Cuanto sé de mí y Libro de alucinaciones. El poeta también abordó la prosa, con el título Quince días de vacaciones como mayor exponente y su obra está reflejada en varias antologías entre las que destacan Poesía del momento y Poesías Completas. La distinción, instituida por el Ministerio de Cultura de España, será entregada a Hierro por el rey de España el 23 de abril, fecha de la muerte de Miguel de Cervantes, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
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