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Tiene aire acondicionado, control de la humedad ambiente, música funcional, puertas que se abren al pulsar un botón, un sistema antibloqueo de frenos, parlantes para que el conductor transmita información a los pasajeros. El vagón que ayer fue presentado en la estación Retiro aspira a ganar la fama de los ferrocarriles europeos: es uno de los denominados trenes inteligentes, que comenzarán a circular desde la semana próxima en las líneas Mitre y Sarmiento, operadas por TBA. Son 33 vagones de un total de 150 coches que están en proceso de remodelación y se terminarán de incorporar en un año. Por ahora, las mayores comodidades no incidirán en el bolsillo de los pasajeros ya que la tarifa será la misma que se cobra por un servicio común. Aunque el boleto aumentará un 15 por ciento una vez finalizada la primera etapa de las nuevas obras (ver recuadro). En un primera etapa, las comodidades podrán ser aprovechadas diez veces al día por los pasajeros que realicen el recorrido Retiro-Tigre y Retiro-Suárez. Paulatinamente, se irán agregando nuevos coches de alta tecnología hasta reemplazar, en un plazo de tres años, a los actuales. A la primera tanda se incorporará otra de 15 vagones en mayo y a fines del año próximo habrá 150 unidades en funcionamiento. Al mismo tiempo se licitará la compra de 555 coches nuevos por una suma estimada en 1500 millones de dólares, mientras continúa la remodelación de las estaciones. Esmerados en mostrar cambios y mejoras, los concesionarios apuntaron a una operación de maquillaje. Los 33 vagones que circularán desde la semana próxima fueron reconstruidos a nuevo sobre la base de los antiguos coches eléctricos japoneses, reemplazando la tecnología electromecánica por la electrónica. La remodelación de cada uno de los coches UMAP (Unidad Múltiple Argentina de Pasajeros) costó 700.000 dólares y el prototipo de fabricación, 3 millones. Las unidades están armadas en módulos de tres vagones (triplas) y tienen capacidad para 60 pasajeros sentados. A los costados de las puertas resaltan una docena de apoya-colas de plástico al estilo de las que existen en los trenes españoles. Pero la primera diferencia que el usuario percibirá al entrar a un vagón será ambiental. El verano se volverá más agradable durante los 45 minutos de viaje hasta Tigre gracias al aire acondicionado. Otra de las novedades del servicio será la música funcional emitida por un sistema de altavoces comandado desde la conducción, que también informará al pasajero sobre los problemas de tráfico que puedan presentarse durante el viaje. El sistema de acceso al vagón aplica también un nuevo sistema: basta que el usuario accione por contacto el botón colocado en algunas de las tres puertas de los coches para que éstas se abran y cierren automáticamente. Y los vagones dejarán de ser lúgubres para los viajeros. Hay enormes paneles de vidrio sellado, ubicados a los costados como ventanas, para relajar la vista durante el viaje. Las nuevas unidades pueden reconocerse a simple vista. Llevan la carcasa de las carrocerías de los vagones antiguos pero se diferencian de éstos por los colores. Están pintados de blanco y tienen dos franjas celestes y azules en el centro. Pero los cambios no sólo responden a los méritos de lifting realizados por la empresa. A ellos se combina la tecnología de punta. Como parte de las innovaciones técnicas, las nuevas unidades serán manejadas por una computadora en cada cabina y aplicarán un sistema de comando antibloqueo de los frenos para evitar las patinadas y brindar mayor seguridad a los usuarios. Para Juan Cincotta, gerente comercial de Trenes de Buenos Aires, la transformación se resume en 40 años de salto tecnológico.
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